Reportajes

La autoridad moral de EU minada por su "guerra contra el terror"

2011-08-18

Con las detenciones arbitrarias, los juicios militares y los asesinatos selectivos de sospechosos...

 Lachlan Carmichael, AFP

Washington.- Los atentados del 11 de septiembre de 2001 despertaron simpatía y apoyo internacional a Estados Unidos, pero la posterior "guerra contra el terror" librada por Washington minó la autoridad moral de la superpotencia.

Diez años después, opinan los analistas, Estados Unidos no ha recuperado todavía su prestigio de firme defensor de la libertad y férreo protector del imperio de la ley, algo que otorga al fallecido Osama bin Laden al menos una victoria parcial.

Los críticos acusaron al presidente George W. Bush (2001-2009) de haber pisado sin miramientos las libertades civiles al hacer uso de la tortura, la entrega de supuestos terroristas para ser interrogados en terceros países y la vigilancia doméstica sin orden judicial mientras libraba su llamada "guerra contra el terror" al precio que fuera.

Al asumir en la Casa Blanca en enero de 2009 con un mensaje de esperanza y cambio, el presidente Barack Obama estaba llamado a ser el líder capaz de restaurar las libertades, pero ahora lo están poniendo en el mismo saco que su antecesor.

"Aunque el gobierno de Obama abandonó la terminología de la guerra global de la administración Bush, ha adoptado en gran medida el (último) marco legal de la guerra global", dijo a la AFP Hina Shamsi, de la Unión Estadounidense para las Libertades Civiles.

Con las detenciones arbitrarias, los juicios militares y los asesinatos selectivos de sospechosos de terrorismo, el equipo de Obama ha "de hecho arraigado el marco de la guerra global", añadió.

Bajo la falsa premisa de estar buscando armas de destrucción masiva -de las que funcionarios de Estados Unidos decían que podían terminar en manos extremistas-, el gobierno de Bush enfureció a gran parte del mundo con la invasión de Irak en 2003.

También levantó críticas al etiquetar a prisioneros sospechosos en su "guerra contra el terror" como combatientes "ilegales", por lo que quedaron fuera de la plena protección de la 3a Convención de Ginebra.

Bajo el término "entrega extraordinaria", secuestró a sospechosos y los trasladó en secreto a cárceles en el extranjero, donde muchos de ellos languidecieron varios años sufriendo presuntas torturas sin cargos ni juicios.

El gobierno de Bush instaló a esos combatientes "ilegales" en una cárcel militar de Estados Unidos en Guantánamo, en la isla de Cuba, la cual Obama prometió cerrar antes de un año cuando asumió en enero de 2009 pero todavía no lo ha logrado. La prisión se convirtió en un símbolo de los excesos.

Pero los aliados de Estados Unidos también estaban furiosos por el trato que los sospechosos recibieron en Afganistán y en una red de cárceles secretas en todo el mundo operadas por la CIA.

Las fuerzas estadounidenses llevaron y siguen llevando a cabo "asesinatos selectivos" o lo que entre los críticos se conoce como "ejecuciones extrajudiciales", usando a veces aviones no tripulados.

Shamsi dijo que el compromiso de la administración Obama "de desmantelar Guantánamo ha quedado desacreditado por la reafirmación de la autoridad para detener a personas por tiempo indefinido sin cargos ni juicio en Guantánamo y en Afganistán".

Sin embargo se le reconoce a Obama, quien ordenó la operación de las fuerzas especiales "Navy Seals" que mató a Bin Laden, su intención de tratar de enderezar la situación.

Shamsi elogió a la administración Obama por haber prohibido terminantemente la tortura y por haber dejado fuera de la ley los centros secretos de detención.

Por su parte, la ex embajadora de Estados Unidos en Pakistán, Wendy Chamberlin, explicó que a pesar de que Obama defraudó algunas expectativas, especialmente en el caso del cierre de Guantánamo, la reputación del país es mucho más alta que en la era Bush.

Las políticas de Bush "nos hicieron mucho daño", dijo a la AFP Chamberlain, quien ahora preside el Instituto de Medio Oriente.

"En todo el mundo, incluyendo Europa, incluyendo a nuestros aliados, (la gente) perdió la confianza en nuestro liderazgo moral", agregó.

Brian Katulis, del centro de estudios para el Progreso Americano, dijo a la AFP que bajo Obama las cosas han mejorado apenas marginalmente, porque "no cerramos Guantánamo o avanzamos en el proceso de paz para Medio Oriente".



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