Policrato Philodemos

Lealtad y Honestidad

2012-06-07

Lo anterior nos lleva a la conclusión de que en el quehacer de la política -sobre...

¿Son estorbos en la política?

¿El fin justifica los medios?

Antes de abordar el tema central que nos ocupa en este escrito, es conveniente dejar en claro algunos conceptos básicos que constituirán los fundamentos del análisis, sobre los cambios de conducta que ha tenido en Veracruz la campaña para promover a Enrique Peña Nieto, como candidato del PRI a la presidencia de la república para el período 2012 – 2018.

En primer lugar debemos diferenciar entre lo que es un valor y lo que son los instintos, pues mientras que los instintos son compartidos por todos los animales como conductas heredadas genéticamente, que son indispensables para la sobrevivencia de la especie y/o de los individuos, los valores como motor y medida de una conducta son abstracciones aprendidas, y características exclusivas de los seres humanos, que nos sirven para calificar éticamente los actos y también para darle sentido a la vida misma.

Cuando se pasa por alto esta diferencia confundiendo uno por otro, se cae en el error de calificar una conducta instintiva (como podrían ser  los instintos territorial, el de supervivencia, de reproducción, o el del poder), con los juicios de valor que son parámetros éticos aprendidos que varían con cada tipo de cultura y/o de época.

Llevado lo anterior al ámbito del poder, encontraremos que éste es común a toda sociedad de seres gregarios (incluyendo a las sociedades humanas), y que tiene como finalidad asegurar la reproducción de los más aptos para garantizar la sobrevivencia de la especie, de donde se infiere que el poder forma parte de una conducta instintiva, esto es, constituye un instinto que el hombre comparte, solo que dicho instinto se ha matizado en el ámbito de la sociedad humana, tomando una forma más elaborada que en el resto del reino animal, forma a la que hemos bautizado como "quehacer político", en el que la hipocresía, los intereses partidistas o de grupo, la mojigatería, y la conveniencia económica o ideológica, busca confundir y descalificar, pasando por alto que se trata de una conducta instintiva para la sobrevivencia de un grupo dado, aplicándole absurdamente juicios de valor para medirla, lo que sería equivalente a pretender utilizar la metodología empleada para conocer la naturaleza de una célula, a una molécula de cristal de cuarzo para conocer como está compuesta esta última.

Una vez aclarada la diferencia entre los conceptos de valor (de carácter ético), con los de naturaleza instintiva, será más fácil entender y calificar las causas por las que de repente en Veracruz, han desaparecido los espectaculares y pendones del P.R.I. del señor Peña Nieto alusivos a la campaña presidencial, dejando únicamente aquellos en los que aparece como candidato del Partido Verde Ecologista… dejando en claro que se trata de una artimaña mercadotécnica de sobrevivencia política en la búsqueda del poder (y de sus beneficios), para que los incautos no asocien la imagen y nombre del citado candidato, con las trapacerías de algunos miembros del P.R.I. (que recientemente han salido de manera escandalosa a la luz pública), con la imagen del candidato de dicho partido a la presidencia, pretendiendo que subliminalmente éste sea asociado únicamente con el P.V.E..

Lo anterior nos lleva a la conclusión de que en el quehacer de la política (sobre todo en tiempos de campaña), el traslape engañoso y convenenciero entre valores e instinto es únicamente un comodín, que se maneja en función de las circunstancias y que siempre responderá a la naturaleza de un instinto, en este caso el del poder político (instinto de sobrevivencia de grupo y reproducción ideológica), como sería en la guerra (instinto de sobrevivencia), en donde todo se vale y se utiliza, a pesar de que existan leyes y normas que pretendan regular las acciones de acuerdo con los valores aceptados.



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