Migración

Las caravanas gestan rechazo al migrante

2019-04-06

Una encuesta publicada hoy por el diario capitalino El Universal arrojó que seis de cada 10...

Por Marcos Romero

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 5 ABR - El sentimiento contra los inmigrantes crece cada vez más entre los mexicanos, a partir de las caravanas de centroamericanos iniciadas el 12 de octubre pasado, que dieron lugar a un flujo continuo y cada vez más impetuoso de extranjeros hacia el país.
   
Una encuesta publicada hoy por el diario capitalino El Universal arrojó que seis de cada 10 mexicanos considera que "perjudican a la comunidad" y que la percepción negativa contra los extranjeros aumentó 24 puntos en los últimos seis meses.
   
Los resultados del sondeo siguen a declaraciones recientes de la ministra de Gobernación (interior) de México, la ex jueza de la Suprema Corte Olga Sánchez, quien afirmó que al finalizar este año podrían sumar 700,000 los centroamericanos que ingresen al país, casi el doble de los registrados normalmente.
   
El sondeo indicó que el 58,2% de los interrogados opinó que las personas sin documentos que entran a México "perjudican a la comunidad", y más de la mitad opina que "el gobierno debería de impedir su paso al país".
   
El aumento en la percepción negativa que la población tiene sobre los foráneos va en el mismo sentido con el desacuerdo de los mexicanos con las políticas adoptadas por el nuevo gobierno del presidente Andrés López Obrador en torno al fenómeno migratorio.
   
En octubre pasado, otra medición realizada por el mismo rotativo indicó que el 37% estaba en contra de que se permitiera la entrada a México de los centroamericanos y se les diera refugio, pero la cifra aumentó ahora al 62%, un aumento de 25 puntos.
   
Tradicionalmente, existe la creencia de que los ciudadanos de este país suelen tener los brazos abiertos hacia los migrantes, sobre todo aquellos que han sufrido persecución por razones políticas o huyen de condiciones desesperadas de sus países.
   
La política del Estado mexicano ha sido también acorde con este sentimiento y en los años 40 México acogió durante la guerra civil española a miles de republicanos procedentes de la Península Ibérica.
   
En los años 70, también dio acogida a miles de sudamericanos, especialmente chilenos, uruguayos y argentinos, víctimas de las dictaduras militares de la época.
   
Sin embargo, especialistas consideran que esta actitud ha comenzado a cambiar y México se ha visto obligado, por razones de "real politik", a endurecer su política migratoria.
   
Los propios embajadores de Honduras, Alden Rivera y El Salvador, Enrique Cáceres, señalaron al diario Reforma que el gobierno de México retomó desde febrero pasado la "política migratoria restrictiva" que imperaba hacia los centroamericanos.
   
Los operativos del Instituto Nacional de Migración (INM) contra centroamericanos se han vuelto "muy intensos" y cada vez se está deteniendo a más personas sin documentos, especialmente hondureñas, afirmó Rivera.
   
El 28 de enero, el INM suspendió la entrega de "tarjetas de visitantes por razones humanitarias" que había venido entregando desde diciembre.
   
"Retornamos a lo que observamos en años anteriores: asegurar a los centroamericanos, conducirlos a estaciones migratorias y retornarlos a sus países de origen", afirmó el diplomático, quien calculó que a diario son deportados 300 hondureños.
   
"En este momento todas las estaciones migratorias en México están totalmente llenas. Se están haciendo retornos masivos de personas a los países centroamericanos", expuso.
   
El embajador salvadoreño denunció que el gobierno mexicano ejecuta "una política más restrictiva y preocupante" y reprochó que "nadie vele" por las personas de su país que llegan a las ciudades fronterizas mexicanas.
   
La postura mexicana parece obedecer a las cada vez más fuertes presiones del presidente de Estados Unidos Donald Trump que echa en cara a México su inacción para frenar el flujo de migrantes y ha amenazado con cerrar la frontera común, restringiendo el acceso a su país desde ahora.
   
En efecto, a partir de la semana pasada, el tránsito entre fronteras se volvió muy lento, con tiempos de espera de hasta 6 horas para automovilistas.
   
El canciller Marcelo Ebrard afirmó que, ante las presiones de Trump, el gobierno mexicano no cambiaría su política migratoria que privilegia un flujo regular y la protección a los derechos humanos, pero los diplomáticos centroamericanos creen que las cosas son distintas. 



JMRS
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