Internacional - Seguridad y Justicia
Colombia redobla esfuerzos para reemplazar plantíos de coca
Por MANUEL RUEDA
BOGOTÁ (AP) — La policía colombiana aseguró el martes que un periódico se equivocó al reportar que había suspendido las operaciones de erradicación forzada de los plantíos de coca, en momentos en que el nuevo gobierno izquierdista del país busca cambiar su estrategia en el combate a las drogas ilegales.
Un comunicado de la policía indicó que los equipos de erradicación manual continúan sus operaciones, pero añadió que las autoridades están redoblando sus esfuerzos para persuadir a los campesinos para que adopten voluntariamente cultivos alternativos.
En un principio, el periódico El Tiempo de Bogotá había reportado que el nuevo director de la policía nacional, Henry Sanabria, dijo en entrevista que se habían suspendido las operaciones de erradicación. El diario señaló posteriormente que el equipo de comunicación de Sanabria les explicó que el funcionario se refería únicamente a la fumigación aérea de plantíos, la cual se suspendió en 2015.
Sanabria, quien fue nombrado en el cargo la semana pasada, dijo durante la entrevista que la policía trataba de reducir el impacto de las políticas antinarcóticos en las personas que “deben menos en el tráfico de drogas”.
Sus declaraciones reflejan las prioridades del gobierno del nuevo presidente Gustavo Petro, un izquierdista que durante su campaña dijo que quería encontrar nuevas maneras de combatir el tráfico de drogas, incluyendo un mayor énfasis en el desarrollo rural en zonas en las que aún se producen grandes cantidades de hoja de coca, el ingrediente básico de la cocaína.
Anteriormente, los gobiernos de Colombia fijaban objetivos anuales de erradicación de plantíos de coca y desplegaban a miles de policías y soldados para eliminar manualmente los sembradíos de coca. También mataban las plantas de coca arrojando herbicidas desde aeronaves y, más recientemente, desde drones.
La erradicación forzada resultaba ocasionalmente en violentas confrontaciones entre policías y campesinos, quienes argumentaban que la falta de infraestructura en las regiones remotas del país hacía que plantar otras cosechas no fuera económicamente viable. Con el paso de los años, decenas de agentes de policía que participaban en las operaciones de erradicación fueron asesinados por francotiradores o resultaron heridos por minas terrestres.
Los programas de erradicación recibieron apoyo financiero y técnico de Estados Unidos, pero no lograron avances significativos en la lucha contra el tráfico de cocaína.
Según la Oficina de la Casa Blanca para la Coordinación de Políticas Antidrogas, la producción anual de cocaína de Colombia aumentó de 273 toneladas en 2011 a 972 toneladas el año pasado. La agencia estima que, en ese mismo lapso, la cantidad de terreno usado para el cultivo de cocaína se triplicó.
Durante su discurso de investidura hace unas semanas, Petro dijo que la guerra contra las drogas había fracasado y que era momento de que las naciones de todo el mundo encontraran nuevas maneras de lidiar con sustancias como la cocaína.
El martes, el ministro de Justicia Néstor Osuna dijo que la cocaína seguirá siendo ilegal en Colombia, aunque se podrían otorgar ciertos permisos a algunos campesinos que cultiven la hoja de coca para productos medicinales.
Osuna añadió que policías y jueces se enfocarán en desmantelar a las bandas del narcotráfico y a las empresas que les lavan el dinero.
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