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Cenar tarde podría aumentar el riesgo de cáncer de mamas y próstata
Mariángela Velásquez
Las personas que duermen dos o más horas después de la cena reducen en un 20 % el riesgo de cáncer (Getty Images)
Las personas que se acuestan a dormir dos o más horas después de cenar reducen en un 20 % el riesgo de cáncer (Getty Images)
Los hogares españoles están en plena actividad a las 10 pm porque es la hora típica de la cena, a diferencia de la mayoría de los países latinoamericanos donde la última comida del día es ligera y se hace a más tardar a las 8 pm.
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Quizás esta peculiaridad de los horarios de las comidas españolas fue lo que llevó al Instituto Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) a evaluar si los horarios de comidas y de sueño pueden estar relacionados con el riesgo de padecer cánceres de mama y de próstata
“La evidencia reciente en estudios experimentales indica que el momento de comer es importante y muestra que hacerlo en horas tardías afecta a la salud”, señaló ISGlobal en una publicación en su página web.
Las personas que cenan más temprano o esperan al menos dos horas desde la cena hasta acostarse a dormir tienen un menor riesgo de tener cánceres de mama y próstata.
Los resultados concretos de la pesquisa revelaron que las personas que comen antes de las 9 pm o esperan al menos dos horas antes de acostarse tienen cerca de un 20% menos de riesgo de estos tipos de cáncer que las que cenan después de las 10 pm o las que se acuestan inmediatamente después de comer.
Los investigadores explicaron que el metabolismo se desacelera en la medida en que se acerca la hora de ir a la cama, pero lo volvemos a acelerar cuando ingerimos alimentos tarde en la noche.
Esa ingesta tardía puede alterar el reloj interno del cuerpo, conocido como ritmo circadiano, que controla nuestro ciclo de sueño y vigilia.
Los científicos observaron 621 casos de cáncer de próstata y 1.205 casos de cáncer de mama, de 872 participantes hombres y 1.321 mujeres seleccionados al azar en centros de salud primaria de España.
“Nuestro estudio concluye que seguir patrones diurnos de alimentación se asocia con menos riesgo de cáncer”, explicó Manolis Kogevinas, investigador de ISGlobal y primer autor del estudio publicado en 2018.
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Los peligro de desalinear el reloj biológico
Los ritmos circadianos son ciclos de 24 horas que permiten la anticipación y adaptación del organismo a los cambios externos diarios y que son coordinados por el reloj circadiano. En los humanos, el reloj circadiano es responsable de regular actividades claves como el sueño, el movimiento, la temperatura corporal, la secreción hormonal, la regulación inmunitaria y el ciclo celular.
Así lo afirma Anna Palomar, investigadora predoctoral que trabaja bajo la supervisión de Kogevinas, quien ha continuado evaluando si la dieta y el sueño están asociados con enfermedades cardiometabólicas y cáncer.
“Este sistema está regulado por un reloj central ubicado en el cerebro y múltiples relojes periféricos ubicados en otros tejidos. El ciclo de luz/oscuridad captado por los ojos es el encargado de sincronizar el reloj central, pero los horarios de las comidas juegan un papel fundamental en la puesta a cero de los relojes periféricos en el músculo, el hígado, el páncreas y el tejido adiposo”, dijo Palomar.
Al cenar tarde alteramos nuestros ciclos naturales. Palomar lo describe como“la cronodisrupción”, que es la alteración de los ritmos circadianos cuando desalineamos nuestro reloj interno al comer o estar expuestos a ciertos estímulos a destiempo.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) clasificó el trabajo por turnos, que involucra la interrupción del ritmo circadiano, como probablemente cancerígeno para los humanos debido a los cánceres de mama, próstata y colon.
Una investigación más reciente de ISGlobal , publicada en la revista Nutrients, examinó la asociación entre la duración del ayuno nocturno y el riesgo de cáncer de próstata.
Tras el análisis de 607 casos de cáncer de próstata y 848 personas sanas, el estudio mostró que el ayuno de más de 11 horas durante la noche se asoció con una ligera reducción en el riesgo de cáncer de próstata, específicamente en un 8%.
“Aunque se necesitan más estudios para confirmar esta asociación, estos resultados indican que tener un período de ayuno nocturno prolongado podría estar asociado con un menor riesgo de cáncer de próstata cuando este período de ayuno se interrumpe temprano en el día”, dijo Palomar.
Tanto la investigación que vincula la hora de cenar con el mayor riesgo de tener cáncer de mama y próstata como el estudio del ayuno y el cáncer de próstata destacan la importancia de los horarios de las comidas en la regulación del sistema circadiano y en la investigación del cáncer.
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