Internacional - Seguridad y Justicia
Esperanzas rusas en Ucrania se revelan en batalla de Bakhmut
Por INNA VARENYTSIA y SAM MEDNICK
BAKHMUT, Ucrania (AP) — Los soldados rusos que bombardeaban una ciudad del este de Ucrania con artillería se acercaban poco a poco a Bakhmut, que ha estado en manos ucranianas durante los ocho meses que dura ya la guerra a pesar del objetivo de Moscú de capturar toda la región fronteriza del Donbás.
Aunque durante el último mes la mayoría de los combates se han centrado en la región de Jersón, en el sur de Ucrania, la batalla que se está librando en torno a Bakhmut demuestra el deseo del presidente de Rusia, Vladimir Putin, de lograr avances visibles tras semanas de claros reveses en el país vecino.
La toma de Bakhmut podría romper las líneas de suministro ucranianas y abrir una ruta para que los rusos avancen hacia Kramatorsk y Sloviansk, bastiones clave de Kiev en la provincia de Donetsk. Los separatistas prorrusos han controlado partes de Donetsk y de la vecina Luhansk desde 2014.
Antes de invadir Ucrania, Putin reconoció la independencia de las repúblicas autoproclamadas por los separatistas afines al Kremlin. El mes pasado, se anexionó ilegalmente Donetsk, Luhansk y otras dos provincias que sus tropas ocuparon en su totalidad o parcialmente.
Rusia ha golpeado Bakhmut con proyectiles durante más de cinco meses. El asalto por tierra se aceleró luego de que sus fuerzas obligaron a las ucranias a retirarse de Luhansk en julio. La línea del frente está ahora a las afueras de la ciudad. Los mercenarios del Grupo Wagner, una oscura compañía militar rusa, estarían liderando el operativo.
La prolongada operación rusa en Bakhmut expone la “locura” de Moscú, dijo el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, en uno de sus discursos nocturnos a la nación esta semana.
“Día tras día, desde hace meses, llevan a la gente a la muerte, concentrando allí la máxima potencia de los ataques de artillería”, indicó.
Los bombardeos causaron al menos tres muertos entre el miércoles y el jueves, de acuerdo con las autoridades locales.
El ejército ucraniano, por su parte, está disparando morteros y artillería pesada para repeler el avance de los rusos, que en la madrugada del jueves estaban a menos de 5 kilómetros (3 millas), dijo el Instituto para el Estudio de la Guerra, un centro de estudios con sede en Washington.
Rusia necesita una victoria en Bakhmut ya que está perdiendo el control de grandes zonas de la región nororiental de Járkiv por la contraofensiva ucraniana del mes pasado y su posición en Jersón se está deteriorando. Estas zonas fueron de las primeras en caer en manos rusas tras la invasión que comenzó el 24 de febrero.
“Rusia está sufriendo derrotas en todos los ámbitos (...) Necesitan mostrar algún tipo de victoria ofensiva para apaciguar a los críticos internos y mostrar a la población rusa que esta guerra va todavía según lo previsto”, dijo Samuel Ramani, miembro asociado del Royal United Services Institute, un grupo de expertos en defensa y seguridad con sede en Londres.
Durante su estancia en Bakhmut esta semana, reporteros de The Associated Press vieron autos quemados, edificios destruidos y gente tratando de sobrevivir en medio de la cacofonía de los constantes bombardeos. La ciudad lleva un mes sin agua ni electricidad y los residentes están preocupados por calentar sus hogares ante el descenso de las temperaturas.
“Esperábamos que esto (la guerra) terminase o tuviésemos condiciones que nos permitiesen vivir. Pero desde el mes pasado las condiciones son terribles”, dijo el residente Leonid Tarasov.
Pocas tiendas permanecían abiertas. La AP vio a gente utilizando leña para cocinar las calles y sacando agua de los pozos.
Antes de la guerra, Bakhmut tenía una población de alrededor de 73,000 habitantes, pero aproximadamente el 90% de ellos se han marchado, según Pavlo Kyrylenko, el gobernador ucraniano de la región de Donetsk.
Algunos de los que se quedaron pidieron en los últimos días que se les evacue de zonas a las que, debido a los combates, ahora es peligroso que accedan tanto los voluntarios como los soldados, apuntó Roman Zhylenkov, voluntario del grupo de ayuda local Vostok-SOS.
Otros se sienten atrapados.
“La gente que se fue, se fue con sus hijos o con sus hermanos. Tenían lugares a los que ir”, señaló Ilona Ierhilieieva mientras preparaba una sopa en una fogata al aire libre al lado de una carretera. “Pero nosotros no teníamos a dónde ir. Por eso estamos aquí”.
Jamileth
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