Educación

Peligra la promoción a minorías en las universidades de Estados Unidos

2022-10-29

El máximo tribunal de la nación analizará dos casos el lunes, vinculados con...

Por MARK SHERMAN y HANNAH SCHOENBAUM

CHAPEL HILL, Carolina del Norte, EU (AP) — Otrora bastón de segregación, la Universidad de Carolina del Norte (UNC) ha tomado en cuenta la raza de los solicitantes de ingreso para compensar su pasado sórdido y aumentar el número de estudiantes negros y de otras minorías en el campus.

Su programa de Acción Afirmativa, que usa la raza entre otros factores para crear un cuerpo estudiantil diverso, es similar a programas en otras universidades públicas y privadas en Estados Unidos, pero la Corte Suprema federal parece encaminada ahora a restringir su uso o abolirlo completamente

La causa, que sigue a la anulación en junio del derecho constitucional al aborto, ofrece otra prueba para una corte dominada ahora por los conservadores. La pregunta es si el máximo tribunal del país moverá más a la derecha las políticas del país en otro de sus asuntos culturales más contenciosos.

El máximo tribunal de la nación analizará dos casos el lunes, vinculados con la UNC y Harvard, respectivamente las universidades pública y privada más viejas en la nación.

Los demandantes en las causas han perdido en cada paso, con las cortes menores rechazando sus argumentos de que esas escuelas discriminan ahora a los aspirantes blancos y de ascendencia asiática.

Pero la organización Students for Fair Representation, creada por el activista conservador Ed Blum, siempre ha tenido la mira en la Corte Suprema —más conservadora ahora que tres nominados por el previo presidente, Donald Trump, están entre sus nueve magistrados— como el mejor foro para dar marcha atrás más de 40 años de fallos judiciales que han permitido que la raza sea un factor a considerar al tratar de equilibrar la diversidad en las admisiones.

La universidad insignia de Carolina del Norte en Chapel Hill es un lugar curioso para exponer el argumento.

Sus primeros estudiantes negros llegaron allí en 1951 y solamente gracias a una orden judicial. Hasta la década de 1980, varios estudiantes reportaron haber sido sujetos a epítetos raciales y muestras asombrosas de insensibilidad, incluso un caso en que un estudiante blanco les pidió lavar su ropa, de acuerdo con un recuento del historiador David Cecelski incluido en los documentos del caso.

Incluso ahora, la jueza federal de distrito Loretta Biggs apuntó en su fallo en 2021, que ratificó el actual programa en la UNC, que muchas minorías consiguen ingresar a la universidad a una tasa menor que los solicitantes blancos y asiáticos y que “los estudiantes de minorías en la universidad siguen reportando que son confrontados con epítetos raciales, además de sentirse aislados, excluidos, estereotipados y vistos como muestras en muchos espacios de la universidad”.

Defendiendo su programa, UNC le escribió a la Corte Suprema que la escuela “sigue teniendo mucho qué hacer”.

En un día otoñal reciente en Chapel Hill, varios estudiantes hablaron sobre los que consideran ventajas y desventajas de los programas de Acción Afirmativa en las admisiones universitarias.

Christina Huang, una estudiante de 18 años que está en su primer año en la universidad, pero que ya es codirectora de UNC for Affirmative Action, defendió la necesidad de la diversidad en el campus, afirmando que enriquece el ambiente académico para todos los estudiantes, incluso fuera de las aulas.

“Creo que existe una connotación negativa hacia la Acción Afirmativa, esa idea de que hay que cumplir con una cuota que perjudica a los asiático-estadounidenses”, afirmó Huang, que estudia Ciencias Políticas.

“Pero la cultura tiene un papel importante, especialmente en el campus de la UNC, porque lo recorres y hay cultura en todas partes. Hay gente vestida en ropas tradicionales, espectáculos de moda, gente bailando diferentes tipos de música, incluso los alimentos que comemos: eso es muy significativo. Se perdería mucho si no nos aseguramos de tener esa diversidad”.

Los estudiantes ahora disfrutan pícnics bajo los árboles en McCorkle Place, donde la estatua del Ejército Confederado Silent Sam estuvo durante más de 100 años hasta que varios manifestantes la derribaron en 2018, pues la consideraron un símbolo de racismo, supremacismo blanco, intolerancia y esclavitud.

Joy Jiang, de 19 años y codirectora del grupo que defiende la Acción Afirmativa, expresó que las recientes tensiones raciales en el campus —que ella describió como una respuesta negativa al derribo de la estatua— han hecho que muchos estudiantes no blancos teman expresar abiertamente su apoyo al programa.

Jacob James, un estudiante blanco de 20 años, dice reconocer el valor de la diversidad, pero acotó: “La diversidad en los campus universitarios es buena, pero no debería ocurrir a expensas de la imparcialidad”, agregó James, director de College Republicans en la UNC. La Acción Afirmativa “pone en desventaja injustamente a algunas personas con pretexto de la raza”, agregó.

Los comentarios de James encajan con el argumento central del grupo de Blum, de que la Constitución prohíbe cualquier consideración de la raza. Students for Fair Admission alega que extrae su respaldo del importante caso Brown vs. La Junta de Educación, un fallo de 1954 que abrió la vía para la desegregación de las escuelas públicas del país.

El grupo alega ante los jueces de la Corte Suprema que Brown rechazó muchos de los argumentos que presenta la UNC. “Argumenta que las clasificaciones raciales benefician a todos. Advierte que las universidades no pueden descartar la raza aún. Y argumenta que la legalidad de las prácticas debe ser decidida por las personas de Carolina del Norte, no por esta Corte. Los segregacionistas estuvieron de acuerdo”, según la declaración final del grupo ante la Corte Suprema.

Students for Fair Representation también usa reiteradamente la decisión de la Corte en junio de anular el derecho al aborto en favor de sus argumentos de que el máximo tribunal del país debe abandonar sus precedentes sobre la Acción Afirmativa.

La decisión de la Corte Suprema en la causa Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization indica que la corte estaría dispuesta a imponer una prohibición total a la consideración de raza en las matrículas universitarias, advirtió Paulette Granberry Russell, presidenta de la National Association of Diversity Officers in Higher Education.

“Las implicaciones van más allá de la UNC y Harvard. Pudiera resultar en un resultado diferente al que vimos en la causa Bakke, la causa Grutter en 2003, los casos de Fisher”, agregó Granberry Russell, citando las causas previas sobre matrículas escolares consideradas por la corte.

Blum, que durante años ha trabajado para eliminar las consideraciones raciales de las admisiones escolares, respaldó también una demanda infructuosa de Abigail Fisher, una mujer blanca que dijo que fue discriminada cuando intentó ingresar a la Universidad de Texas.

Esa causa fue decidida apenas hace seis años, pero la composición de la corte ha cambiado significativamente desde entonces, con la edición de tres nominados de Trump y de Ketanji Brown Jackson, la primera jueza suprema negra.

Jackson está fuera del caso de Harvard porque fue miembro hasta hace poco de una junta asesora, pero participa en la causa de la UNC, lo que indica que la corte pudiera usar ese caso si hace un pronunciamiento mayor sobre la Acción Afirmativa.

Todas las universidades en las que estudiaron los miembros de la Corte Suprema, a excepción de una, han pedido al máximo tribunal de Estados Unidos a que mantenga la Acción Afirmativa.

Seis de los jueces estudiaron en Harvard. Yale, Princeton, Columbia, Notre Dame y Holy Cross también se han sumado a declaraciones en defensa de los programas de Harvard y la UNC.

Solamente el alma mater de la jueza conservadora Amy Coney Barrett, el Rhodes College, en Memphis, Tennessee, no participa en las causas.

Nueve estados ya prohíben la consideración de raza en las matrículas de universidades públicas: Arizona, California, Florida, Georgia, Michigan, Nebraska, Nueva Hampshire, Oklahoma y Washington.

En California, el mismo electorado que le dio a Joe Biden un margen de 5 millones de votos sobre Trump en la elección presidencial de 2020 rechazó ampliamente una propuesta para revivir la Acción Afirmativa.

La opinión pública sobre el tema varía dependiendo de cómo se hace la pregunta. Un sondeo Gallup de 2021 concluyó que 62% de los estadounidenses favorecen los programas de Acción Afirmativa para minorías aciales, pero en una encuesta de Pew Research Center en marzo, 74% de los estadounidenses, incluso mayorías de negros e hispanos, dijeron que la raza y la etnia no debían ser factores en las admisiones a las universidades.

No se espera una decisión de la Corte Suprema sobre las causas antes de finales de la próxima primavera.



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