TikTok debe ser prohibida en Estados Unidos

Marco Rubio, Mike Gallagher

Estados Unidos está inmerso en una nueva Guerra Fría con el Partido Comunista de China (PCCh), una que, según advierten los principales asesores militares, podría calentarse en Taiwán en cualquier momento. Sin embargo, millones de estadounidenses están recurriendo cada vez más a TikTok, una aplicación china de redes sociales expuesta a la influencia del PCCh, para leer noticias, compartir contenido y comunicarse con amigos.

TikTok, que ya es una de las compañías de medios más populares en Estados Unidos, le ofrece al PCCh una capacidad única de monitorear a más de 1,000 millones de usuarios en todo el mundo, incluidos casi dos tercios de adolescentes estadounidenses. Debemos prohibir este potencial programa espía (spyware) antes de que sea demasiado tarde, en vez de alentar su uso en Estados Unidos, como lo ha estado haciendo el presidente Joe Biden.

TikTok es propiedad de la empresa china ByteDance. Esta no es una empresa estatal, pero en China ninguna compañía es verdaderamente privada. Bajo la Ley Nacional de Inteligencia de 2017 del país, todos los ciudadanos y empresas deben brindar asistencia en el trabajo de inteligencia, lo que incluye compartir datos.

Eso no es todo. Según Forbes, los perfiles de LinkedIn revelan que 23 de los directores de ByteDance trabajaron anteriormente para los medios de propaganda del PCCh, y al menos 15 empleados de ByteDance trabajan para ellos en la actualidad. Además, el editor en jefe de la compañía, quien también es el secretario de su comité interno del PCCh, enfatizó que el comité “tomaría la iniciativa” en “todas las líneas de productos y negocios” para garantizar que los productos de ByteDance tengan la “dirección política correcta”.

Que esa compañía sea dueña de TikTok es problemático por dos razones. En primer lugar, la aplicación puede rastrear la ubicación de los usuarios de los teléfonos celulares y recopilar datos de la navegación en internet, incluso cuando los usuarios visitan sitios web no relacionados.

Es preocupante que TikTok, y por extensión el PCCh, tenga la capacidad de examinar cada tecla presionada por los adolescentes en sus teléfonos. Con esta aplicación, Pekín también podría recopilar información confidencial de seguridad nacional de los empleados del gobierno de Estados Unidos y desarrollar perfiles de millones de estadounidenses para su uso en chantajes o espionaje.

Por supuesto, TikTok niega que alguna vez haría algo así. Sin embargo, eso es difícil de creer tras el reportaje reciente publicado en Forbes que reveló que ByteDance planeó utilizar la aplicación para monitorear, con fines no revelados, las ubicaciones de ciudadanos estadounidenses que no estaban relacionados con la publicidad dirigida.

TikTok no respondió a las preguntas de Forbes sobre si ha espiado a funcionarios del gobierno de Estados Unidos, activistas, figuras públicas o periodistas. La negativa de la empresa a ser transparente alimenta la sospecha de que el PCCh ya podría estar recopilando datos de la aplicación.

Sin embargo, aún más alarmante que esa posibilidad es el potencial abuso del algoritmo de TikTok.

TikTok proporciona contenido abierto de personas de todas partes del mundo. Su algoritmo es una caja negra, y sus diseñadores pueden alterar su funcionamiento en cualquier momento sin informárselo a los usuarios. Se presume que el algoritmo está diseñado para identificar y promover contenido con alta probabilidad de volverse viral: música pegadiza, bailes, bromas y cosas similares. Pero en manos de ByteDance, también podría usarse para adoctrinar de forma sutil a los ciudadanos estadounidenses.

TikTok ya ha censurado referencias a temas políticamente delicados, como el trato a los trabajadores en Sinkiang, China, y las protestas de 1989 en la plaza de Tiananmén. Bloqueó de forma temporal a un adolescente estadounidense que criticó el trato a los uigures en China. En videos alemanes sobre el comportamiento chino hacia los uigures, TikTok modificó los subtítulos para términos como “campo de reeducación” y “campo de trabajos forzados”, reemplazando las palabras con asteriscos.

El PCCh también podría utilizar TikTok para propagar videos que apoyen a políticos simpatizantes del partido o que exacerben la discordia en la sociedad estadounidense. No es necesario que estos videos se originen de representantes del PCCh: cualquiera podría crearlos. Pekín podría aprovechar los datos básicamente ilimitados sobre el contenido creado por los usuarios que tiene a su disposición para avivar las llamas de las divisiones internas.

Además, gracias al número cada vez mayor de adultos que reciben las noticias de TikTok, la plataforma tiene la capacidad de influir sobre qué temas mostrarles a los estadounidenses, qué información consideran correcta y qué conclusiones sacan de los eventos mundiales. Esto coloca un poder extraordinario en manos de los empleados de la compañía quienes en cualquier momento podrían ser revocados por el PCCh.

TikTok es una gran amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. Sin embargo, Biden está fomentando una mayor participación con la plataforma desde que comenzó a cortejar directamente a influencers de TikTok. Además, algunos informes sugieren que Biden está concretando un acuerdo que autorizaría la operación continua de TikTok en Estados Unidos sin que haya ningún cambio en la titularidad.

Esto comprometería peligrosamente la seguridad nacional y proporcionaría un modelo para que otras compañías controladas por el PCCh se establezcan en Estados Unidos con mínimo escrutinio. A menos que TikTok y su algoritmo puedan separarse de Pekín, el uso de la aplicación en Estados Unidos seguirá poniendo en peligro la seguridad de nuestro país y allanando el camino para que nuestro entorno tecnológico tenga influencia china.

Este panorama es inaceptable. Es por eso que estamos presentando una legislación que busca prohibir que TikTok y otras compañías de redes sociales que estén controladas por el PCCh operen en Estados Unidos. El Congreso debe actuar contra la amenaza de TikTok antes de que sea demasiado tarde.
 

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