Internacional - Economía
La crisis energética puede sumir en la pobreza a 141 millones de personas más
Redacción Ciencia, (EFE).- La escalada de los precios de la energía provocada por la guerra en Ucrania podría empujar a la pobreza extrema a 141 millones de personas más en todo el mundo, según revela un nuevo estudio de modelización publicado en Nature Energy.
Los costes energéticos de los hogares para calefacción, refrigeración y movilidad han aumentado considerablemente, mientras que el incremento de los precios de la energía ha hecho subir los costes de los bienes y servicios, describen los autores.
Un grupo internacional de científicos, entre ellos expertos de las Universidades de Birmingham, Groningen y Maryland, así como de la Academia China de las Ciencias, ha modelizado el impacto de la subida de precios en los hogares de 116 países.
Los investigadores hacen un llamamiento en favor de una asistencia energética específica para ayudar a los hogares vulnerables durante la crisis actual.
Así, el trabajo prevé que el costo total energético de los hogares aumente entre un 62,6% y un 112,9%, contribuyendo a un incremento del 2,7% al 4,8% del gasto doméstico y a presiones sobre el coste de la vida que podrían empujar a entre 78 y 141 millones de personas a la pobreza extrema.
Yuli Shan, de la Universidad de Birmingham, explica que los altos precios de la energía afectan a la economía doméstica de dos maneras.
Las subidas de los precios de los combustibles incrementan directamente la factura energética de los hogares, mientras que los insumos energéticos necesarios para producir bienes y servicios hacen subir también los precios de esos productos y, en especial, los de los alimentos, lo que afecta indirectamente a los hogares.
"Debido a la desigual distribución de la renta, el aumento de los precios de la energía afectará a los hogares de maneras muy diferentes. Los costes inasequibles de la energía y otras necesidades empujarán a las poblaciones vulnerables a la pobreza energética e incluso a la pobreza extrema", recalca el investigador.
"Esta crisis energética mundial sin precedentes nos recuerda que un sistema energético muy dependiente de los combustibles fósiles perpetúa los riesgos para la seguridad energética, además de acelerar el cambio climático", afirma en un comunicado de la Universidad de Birmingham.
Los investigadores encontraron variaciones significativas entre los distintos países y, dentro de ellos, determinadas por los patrones de consumo de los hogares y la dependencia de los combustibles fósiles de las cadenas de suministro mundiales.
Constataron que los hogares más ricos tienden a tener mayores tasas de carga de costes energéticos en los países de renta baja, mientras que los hogares más pobres tienden a tener mayores tasas en los países de renta alta.
Los hogares de los países del África subsahariana son los más afectados en cuanto a la tasa de carga total de los costes energéticos.
Globalmente, los grupos más ricos tienden a tener mayores costes energéticos en bienes y servicios de alto valor añadido, mientras que los hogares más pobres tienden a gastar más en cubrir necesidades diarias como la alimentación y la energía directa.
Jamileth
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