Agropecuaria

Mujeres agrícolas de Túnez salen de la sombra para reclamar mejoras

2023-03-07

El 80% de los trabajadores del campo son mujeres, su salario es un 50% inferior al de los hombres y...

 

Túnez, (EFE).- Las trabajadoras agrícolas tunecinas se reúnen por primera vez, con motivo del Día Internacional de la Mujer, en un congreso nacional en la capital para defender sus derechos socioeconómicos y salir de la precariedad y del olvido del Estado pese a representar el 16% de la población activa.

El 80% de los trabajadores del campo son mujeres, su salario es un 50% inferior al de los hombres y sólo el 33% de ellas se beneficia de la seguridad social (93,000 personas), según las estimaciones oficiales. Esto dificulta el censo de este colectivo, que vive en la sombra de uno de los principales motores económicos del país, que equivale al 13% del PIB.

Gracias al apoyo de asociaciones feministas como Aswat Nissa (Voz de mujeres), más de dos centenares de mujeres llegadas de Sidi Bouzid (sur), Kairouan (centro) y Sfax (sur)- regiones donde este sector tiene un mayor peso- pusieron sobre la mesa sus reivindicaciones entre vÍtores y aplausos.

Sarra Medini, analista de esta organización especializada en temas de mujeres, recuerda que existe una ley desde 2019 que busca la protección de las trabajadoras agrícolas pero que en ningún momento consultó con ellas y que, a pesar de ser un texto pionero, no ha contado nunca con presupuesto para su aplicación.

"Trabajan desde las cuatro de la mañana hasta las ocho de la noche durante la temporada de siembra o gañanía. Son invisibles para el Estado, las estadísticas y las políticas públicas. Hoy es la ocasión de darles su espacio, que puedan expresarse y trasmitir sus demandas", señala Medini.

Otro techo de cristal para las temporeras es su falta de acceso a la propiedad agrícola, añade, ya que sólo el 5% de ellas poseen tierras. Esta disparidad se debe en gran parte al derecho sucesorio aplicado por la sharia (ley islámica), la cual estipula que la mujer recibe la mitad del hombre en el mismo grado de parentesco.

Para Sabrine Hosni, representante de las trabajadoras agrícolas de Sfax, segunda ciudad en importancia, cada tentativa del colectivo para organizarse ha sido frustrada por las fuerzas de seguridad mientras los propietarios de tierras impiden que alcen la voz a riesgo de no volver a ser contratadas.

"Cada vez que venimos a la capital estamos felices por transmitir nuestro mensaje pero nos volvemos con lágrimas en los ojos. La última vez queríamos manifestarnos en el centro de la capital pero la Policía nos echo como si fuéramos terroristas y nos acompañó hasta la carretera", recuerda esta joven de 27 años.

Una invisibilidad forzada por el Estado, defiende, que sólo las percibe cuando un accidente de ruta transciende en la sección des sucesos para relevarlas al momento al silencio habitual.

Los bajos salarios son otro de sus lastres, la mayoría cobra una media de 20 dinares diarios (6 euros), de los cuales una cuarta parte sirve para costear su propio transporte.

Por ello, su primera demanda es un transporte seguro que no obligue a centenares de mujeres a hacinarse en la parte trasera de una furgoneta- destinada al rebaño- y arriesgar sus vidas cada día para acudir a su puesto de trabajo.

La asociación Foro Tunecino por los Derechos Económicos y Sociales registró entre 2015 y 2019 un total de 40 víctimas mortales y más de 500 heridas en siniestros.

"¿Qué culpa tienen estas mujeres? Sólo salieron a trabajar para alimentar a sus hijos y ayudar a sus maridos. Pedimos al Estado que nos reconozca y nos de una solución", insiste Hosni, que reclama un mayor respeto hacia la profesión y su afiliación a la seguridad social para que no sean abandonadas en caso de accidente o enfermedad.

En un país con dificultades para exportar debido a la falta de liquidez del Estado y su dependencia con los recursos naturales del extranjero, la producción nacional agrícola es más importante que nunca, "ellas alimentan a los tunecinos, sin ellas todo se pararía", subraya Medini.



Jamileth