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Los pasos de China hacia la hegemonía global
Luz Araceli González U. / Newsweek
China avanza lenta, sigilosa y contundentemente rumbo a su posicionamiento como una hegemonía global. El mundo occidental, particularmente Estados Unidos y la Unión Europea, así como la prensa que los acompaña, continúan con los reflectores puestos en la guerra en Ucrania. Le apuestan a la opción militar y envían armamento y apoyos de toda índole, pero rechazan las vías diplomáticas para la resolución del conflicto.
Por otra parte, se van articulando una serie de maniobras y movimientos políticos que perfilan a China como un actor global en diversos frentes. El país asiático está dando pasos muy significativos en su posicionamiento como promotor de acuerdos que lleven a soluciones diplomáticas en conflictos que parecían irresolubles. El recién acercamiento entre Arabia Saudita e Irán, quienes sellaron, en territorio chino, la reanudación de sus relaciones diplomáticas, es prueba de ello, pues se concretó el acuerdo impulsado por el presidente Xi Jinping.
Este acuerdo histórico por una parte pone fin a una serie de profundas rivalidades y hostilidades que se recrudecieron en los últimos siete años. Y por otra, abre la puerta a la presencia de China en una región que por décadas había estado dominada por Estados Unidos como mediador con resultados poco alentadores.
UN PLAN CONTRA LA GUERRA
Como parte de esta línea de acción de Pekín en la que antepone la vía diplomática, hemos de recordar el plan chino de 12 puntos para poner fin a la guerra ruso-ucraniana. En este plan, Xi Jinping propuso el cese al fuego por ambas partes, planteó el fin de las sanciones unilaterales, así como el respeto a la soberanía de los países. Y, ante todo, hizo un llamado para evitar a toda costa el uso de armas nucleares, opción que ambos bandos ya han puesto sobre la mesa.
Como sabemos, estas amenazas parecen agudizarse con la reciente incorporación de Finlandia a la OTAN, el pasado 4 de abril, lo que ha llevado al fin del Espíritu de Helsinki, el cual permitió un equilibrio durante la Guerra Fría al promover no solo la distensión, sino un acercamiento real entre el este y el oeste, el cual parece haber llegado a su término junto con el fin de la neutralidad finlandesa.
China avanza en su posicionamiento hegemónico consolidando otros frentes como el bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), al que han solicitado su ingreso Irán y Arabia Saudita, lo que amplía la influencia diplomática y el posicionamiento de sus miembros en lo que sin lugar a dudas destacan China, Rusia e India, quienes se han acercado aún más como consecuencia de las sanciones de occidente contra Rusia.
Tal y como lo reporta la BBC, desde que comenzó la invasión contra Ucrania, en febrero de 2022, India, China y Turquía aumentaron sus compras de petróleo a Moscú y juntos ahora representan el 70 por ciento de todo el flujo de crudo ruso que se transporta por mar.
RECONFIGURACIÓN DE LAS FUERZAS
Esta situación augura una consolidación de las relaciones comerciales de Rusia con estos y otros países, siendo China un actor central. Un error estratégico más de occidente al suponer que las sanciones ahogarían a Rusia. El resultado ha sido contraproducente y los mayores afectados han sido los europeos, quienes dependían en gran medida de los recursos energéticos rusos.
La pandemia primero, y luego la guerra en Ucrania, han acelerado la reconfiguración de fuerzas en distintos flancos, que incluyen lo político, lo militar, lo económico y lo financiero, generando grandes desafíos para Estados Unidos y sus aliados occidentales.
China avanza su influencia en todos los continentes, y Latinoamérica no es la excepción. El gigante asiático se ha convertido en uno de los principales socios comerciales tal y como lo reporta la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). China para América Latina y el Caribe es estratégica toda vez que se ha convertido en el primer mercado de destino de las exportaciones de Brasil y Chile y el segundo de Perú, Cuba y Costa Rica. Al tiempo, la región se ha convertido en uno de los destinos más destacados para la inversión extranjera directa china y representa el 13 por ciento del total de sus importaciones.
Un rubro adicional en el que destaca el posicionamiento chino a nivel global es en el ámbito financiero. El Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), creado hace una década como alternativa al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, puede poner en jaque al sistema monetario y financiero nacido en 1944 con los acuerdos de Bretton Woods y, con ello, impactar significativamente la hegemonía estadounidense.
CHINA SE COME AL MUNDO
El reciente nombramiento de Dilma Rousseff como directora de este banco, además de mostrar el acercamiento entre China y Brasil, lo cual se evidenció con la visita del presidente Lula da Silva a Shanghái, refuerza la tesis de que este banco buscará ser una alternativa real para las economías del sur global en las que China cada vez tiene más presencia.
Pekín y otras ciudades chinas se han vuelto el destino de varios líderes europeos una vez que China puso fin a su política de covid cero el otoño pasado. Destaca la presencia de Olaf Scholz, de Alemania; Pedro Sánchez, de España; Emmanuel Macron, de Francia, así como el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, destacándose con esta intensa actividad diplomática el reconocimiento de China como actor global, así como el inicio de un paulatino y progresivo deslinde de Washington por parte de Europa.
Un nuevo ajedrez geopolítico está en construcción. Líderes y jefes de Estado de distintas partes del mundo se acercan a China al tiempo que la relación de Estados Unidos con el gigante asiático se tensa cada día más, ya sea por los apoyos de Washington a Taiwán, por rivalidades económicas, comerciales e incluso por el dominio de nuevas tecnologías.
Mientras Estados Unidos siga por la vía de los conflictos y la confrontación respaldado por los conservadores de Washington, China, con su influencia económica, comercial y diplomática seguirá ganando terreno en su posicionamiento hegemónico.
aranza
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