Religión
Sacerdotes católicos denuncian espionaje y palizas en medio de represión en Nicaragua
Por David Alire Garcia
CIUDAD DE MÉXICO, 7 jul (Reuters) - La policía apareció dos días después de que un clérigo católico en una iglesia cerca de Managua, la capital de Nicaragua, pronunciara una homilía dominical en mayo que incluía una oración "se pide por los sacerdotes".
Los oficiales reprodujeron un audio de la oración y advirtieron "que este tipo de cosas son peligrosas", recordó otro sacerdote que estaba en los servicios dominicales y cuando llegaron los policías, quien pidió no ser identificado por temor a ser arrestado.
"Tratamos de explicar que esto es solo una oración normal, nada que ver con la política", dijo el sacerdote en una entrevista en video. "Ya tienen pruebas contra nosotros que ellos pueden manipular a su antojo", agregó.
La campaña de cinco años del presidente nicaragüense Daniel Ortega contra la iglesia católica se ha intensificado desde febrero, según lo dicho en entrevistas con cinco sacerdotes dentro y fuera del país.
La breve liberación esta semana del obispo Rolando Álvarez generó esperanzas de un punto de inflexión, aunque el obispo mexicano Ramón Castro dijo que las conversaciones entre los representantes del gobierno nicaragüense y la iglesia están "indudablemente" en curso y que tenía pocas esperanzas de un gran avance.
"Es muy probable", sostuvo el representante diplomático del vaticano. "Vamos a tener que pasar momentos más difíciles muy probablemente", afirmó.
La escalada actual se intensificó cuando el papa Francisco condenó al Gobierno de Nicaragua como una "dictadura grosera", a lo que Ortega respondió cortando los lazos con el Vaticano.
Los sacerdotes, uno en Nicaragua y cuatro fuera del país, describen un fuerte acoso a los representantes de la iglesia por parte de la policía e informantes ciudadanos: palizas por parte de agentes de la fuera, arrestos y expulsiones de clérigos y monjas, así como incautaciones de propiedades a la grey.
La policía remitió algunas preguntas de Reuters al Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua, que no las respondió.
Un diplomático con sede en Managua, que habló bajo condición de anonimato, dijo que había escuchado informes de espionaje policiaco al clero y los encontró creíbles.
El funcionario expresó además su preocupación de que la represión parecía continuar, con relatos creíbles de un aumento en las expulsiones de órdenes religiosas y confiscaciones de propiedades, además del espionaje.
Funcionarios del Vaticano han dicho a Reuters en confidencia que ven el conflicto en Nicaragua como uno de los peores desde la Guerra Fría, cuando muchos países comunistas de Europa del Este persiguieron a los representantes de la iglesia.
En febrero, el obispo Álvarez, un crítico de Ortega, fue condenado por traición, despojado de su ciudadanía y sentenciado a poco más de 26 años de prisión sin que se llevara a cabo un juicio por el caso.
El comunicado de sentencia señala que Álvarez es "autor de los delitos de menoscabo a la integridad nacional, propagación de noticias falsas a través de tecnologías de la información y comunicación, obstrucción de funciones agravada y desobediencia o desacato a la autoridad". Álvarez ha negado los cargos.
El obispo de la diócesis rural de Matagalpa fue devuelto a prisión el miércoles después de que fracasaran las conversaciones sobre su posible liberación y la de otros clérigos encarcelados, dijo a Reuters una fuente diplomática.
"DEBE ESTAR EN SILENCIO"
A fines de mayo, el Gobierno de Nicaragua inició una investigación contra la iglesia por lavado de dinero, ordenando a los obispos del país y al líder principal, el cardenal Leopoldo Brenes, entregar documentos financieros y congelar todas las cuentas bancarias de la iglesia.
El congelamiento de las cuentas ha dificultado la compra de alimentos y la respuesta a otras necesidades que tienen las parroquias, dijeron los cinco sacerdotes entrevistados por Reuters. El Gobierno intervino el mes pasado para pagar los salarios de los maestros en cientos de escuelas afiliadas a la iglesia.
Brenes no ha comentado públicamente sobre la investigación. Su oficina dijo a Reuters que "lamentablemente en este momento no es posible" programar una entrevista. Otro funcionario del Vaticano, que habló bajo condición de anonimato, calificó las acusaciones de lavado de dinero como "absurdas".
Al menos cuatro sacerdotes han sido puestos bajo arresto domiciliario desde el 23 de mayo, según Martha Patricia Molina, una investigadora y abogada nicaragüense exiliada que ahora vive en Texas, Estados Unidos.
Siete sacerdotes han sido expulsados, otros seis han huido del país y a dos más se les ha negado el reingreso a la nación centroamericana en lo que va del año, según Molina.
A un grupo de monjas brasileñas de la diócesis de León se le ordenó abandonar Nicaragua en junio, revelaron mensajes de texto revisados por Reuters y una publicación en su página de Facebook.
La conferencia de obispos de Nicaragua no respondió a una solicitud de comentarios sobre el caso.
A fines del mes pasado, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunió con el Papa en el Vaticano y prometió que presionaría personalmente a Ortega para que liberara a Álvarez, ofreciendo abrir un canal de comunicación entre el Vaticano y Managua. El Gobierno de Brasil no respondió a las preguntas o solicitudes de comentarios.
Los sacerdotes describen una fuerte vigilancia de los servicios de la iglesia por parte de la policía o miembros civiles de los consejos comunitarios patrocinados por el Gobierno, especialmente desde Semana Santa.
Tres de ellos dicen que creen que las llamadas telefónicas están siendo monitorizadas, pero no proporcionaron pruebas y Reuters no pudo verificar la autenticidad de su historia.
"Me comentó ayer mi mama que la policía llegó a la zona de mi casa", dijo uno de los sacerdotes que está fuera del país. "Les obligaron a todos a entregar sus números de teléfonos, entonces es una cuestión a voces también que los teléfonos de muchas personas están intervenidos", agregó.
La campaña de Ortega contra la iglesia comenzó hace cinco años, después de que el gobierno pidiera a los líderes católicos que ayudaran a mediar durante las protestas masivas provocadas por recortes de presupuesto a la pensión por vejez.
Al menos 356 civiles murieron en las protestas, según la comisión de derechos humanos de la Organización de Estados Americanos.
Ortega, de 77 años, llegó al poder en 1979 después de derrocar una dictadura de derecha. Lanzó una ofensiva contra la iglesia en la década de 1980, pero después de su derrota electoral en 1990 hizo propuestas a los católicos y respaldó la prohibición del aborto.
Nueve líderes de la iglesia dentro y fuera de Nicaragua no respondieron a las solicitudes de entrevista para esta historia.
aranza
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