Ecología y Contaminación
Mexicana convierte su casa en un hospital para colibríes
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — “Hola chiquito, bonito ¿tienes mucha hambre?”, dice Catia Lattouf mientras sostiene entre sus manos a un pichón de colibrí, el último paciente que ingresó a la especie de hospital que tiene en su apartamento de la capital mexicana en el que ha salvado de la muerte a cientos de las diminutas aves en la última década.
El colibrí va cediendo de a poco a las caricias de Lattouf y se deja evaluar la cabeza y el cuerpo mientras es observado atentamente por el joven que lo rescató en el patio de su casa luego de caer de un nido.
“Es un Cynanthus pico ancho”, dice la filántropa, de 73 años, tras culminar la revisión. De inmediato le acerca un gotero al pico para comenzar a suministrarle alimento mientras cariñosamente le susurra: “¡ay, mamá!, quieres comer”.
Así es la rutina que hace 11 años Lattouf asumió como parte de su vida cotidiana luego de transformar su apartamento, ubicado en la exclusiva barriada capitalina de Polanco, en un improvisado hospital para aves donde ahora atiende a 60 colibríes enfermos o heridos o pichones que cayeron de sus nidos.
aranza
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