Internacional - Política
El progresista Arévalo se perfila como nuevo presidente de Guatemala
SONIA PÉREZ D. y CHRISTOPHER SHERMAN
CIUDAD DE GUATEMALA (AP) — La rotunda victoria del progresista Bernardo Arévalo en la segunda vuelta presidencial de Guatemala se sintió como una reprimenda de los votantes a la élite política en medio de críticas a la corrupción generalizada.
El lunes, después de recibir las felicitaciones de mandatarios de la región y del presidente saliente Alejandro Giammattei, la ex primera dama Sandra Torres -que perdió por tercera vez una elección en segunda vuelta- aún no se había pronunciado sobre su derrota.
Su partido, Unión Nacional de la Esperanza (UNE), informó en un comunicado que su comité ejecutivo se ha declarado en sesión permanente sobre el conteo de votos. “Fijaremos una postura cuando se esclarezcan los resultados con total transparencia”, dijo.
Los resultados preliminares mostraron una ventaja abrumadora de Arévalo sobre la derechista Torres, pero está aún por verse si el defensor de la lucha anticorrupción será reconocido como nuevo presidente después de numerosos intentos de la fiscalía y la justicia de suspender a su partido para impedir que participara en el balotaje.
Con el 100% de los votos escrutados, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó en su página de internet que el candidato del Movimiento Semilla lideró el conteo oficial con un 58,01% frente al 37,24% de Torres. De los 22 departamentos del país Arévalo ganó en 17. De acuerdo con el TSE la participación superó el 45% mientras que en la primera vuelta había sido de 60,5%.
El legislador e hijo del exmandatario Juan José Arévalo (1945-1951) repitió en sus primeras palabras al conocer los resultados preliminares su promesa de combatir la corrupción que se ha extendido a varios sectores políticos y económicos.
La proclamación de resultados se espera para los próximos días una vez que las autoridades electorales revisen las actas y las eventuales impugnaciones que puedan presentarse.
“Ahora, unidos como pueblo de Guatemala, lucharemos contra la corrupción”, dijo el candidato de Semilla, una fuerza política que se creó en 2018. “Aceptamos con humildad esta victoria que nos ha dado el pueblo”, agregó Arévalo en una conferencia de prensa en la que estuvo acompañado de su compañera de fórmula, Karin Herrera.
“Nosotros sabemos que hay una persecución política en curso que se lleva a cabo por medio de las instituciones y fiscalías y jueces que han estado cooptados corruptamente. Y nosotros sabemos que eso está en curso”, recalcó el también exembajador. “Quisiéramos pensar que la contundencia de esta victoria va a hacer evidente que los intentos de descarrilar el proceso electoral no van a tener lugar”, añadió.
En una publicación en la red social X, antes llamada Twitter, Giammattei felicitó a los guatemaltecos por unas elecciones “en paz, con pocos incidentes aislados” y a Arévalo, a quien invitó a iniciar una transición “ordenada”.
Arévalo adelantó que se reunirá con Giammattei al día siguiente de que se oficialicen los resultados de la elección y que en los próximos días dará a conocer a los integrantes de su gabinete.
En las afueras del hotel donde ofreció su conferencia de prensa cientos de simpatizantes con banderas de Guatemala coreaban “Sí, se pudo”. En otras plazas de la capital y la histórica Plaza de la Constitución, miles de personas bailaron y cantaron celebrando los resultados.
A la medianoche del domingo Alec Escobar, de 30 años, sostuvo que “aunque ella (Torres) no quiera aceptar los resultados, el pueblo decidió”, pero advirtió que aún deben oficializarse los resultados y esperar para ver si UNE impugna los votos. “Así como protegimos la primera vuelta electoral, vamos a proteger la democracia del país”, sostuvo el joven publicista.
Quien también felicitó a Arévalo fue el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en la red social X.
Torres y Arévalo presentaban visiones distintas de lo que la sociedad guatemalteca necesita. Arévalo, de 64 años, prometió combatir la corrupción e impunidad que invade el país. Mientras Torres, de 67 años, apeló a los valores conservadores y religiosos y también ofreció ayuda social y reducción en los precios de la canasta básica.
Es poco probable que la abrumadora ventaja de Arévalo marque el fin de los comicios. Se necesitaron más de dos semanas para que se certificaran los resultados de la primera ronda del 25 de junio y el mismo día en que fueron proclamados la Fiscalía anunció una investigación contra Semilla y una orden de suspensión.
Esa investigación continúa y los fiscales parecen estar en camino de intentar despojar a Arévalo de su partido. Rafael Curruchiche, el fiscal a cargo de la investigación y sancionado por Estados Unidos por obstruir la lucha anticorrupción, anunció la semana pasada que solicitaría ordenes de aprehensión y retiros de inmunidad contra políticos de Semilla.
Eduardo Núñez, director del Instituto Nacional Democrático de Guatemala, auguró dos escenarios que se intensificarán en los próximos días: la polarización y la judicialización del proceso electoral.
“Es presumible que podría haber una secuencia de acciones oficiales que buscarían modificar de una u otra manera lo que ha pasado en las elecciones de junio y podría pasar ahora en las elecciones de agosto”, dijo el analista.
La percepción local e internacional es que el país se encamina hacia el hundimiento institucional y que Giammattei cooptó la Fiscalía General y otros organismos para perseguir a sus detractores y así asegurar la impunidad de los acusados de corrupción.
Guatemala es el país más poblado de América Central y la economía más grande de la región pero enfrenta los mismos problemas de pobreza generalizada, corrupción y delincuencia que aquejan a otros vecinos. Sin embargo, su economía se ha mantenido relativamente estable gracias al flujo de las remesas que este año se espera que alcancen la cifra récord de 20,000 millones de dólares.
La nación pasó por varias transiciones democráticas luego de la guerra civil de 36 años entre 1960 y 1996. Desde entonces los guatemaltecos se han sentido cada vez más frustrados con un sistema político que parece amañado para beneficiar a unos pocos.
El gobierno de Estados Unidos suspendió la cooperación con la oficina de la Fiscal General Consuelo Porras y luego la sancionó por presunta participación en “la corrupción significativa y el socavamiento de la democracia”. El Estado de Derecho se ha venido deteriorando desde hace varios años, proceso que se aceleró en 2019 cuando el entonces presidente Jimmy Morales (2016-2020) expulsó a una exitosa misión anticorrupción respaldada por las Naciones Unidas. El esfuerzo multinacional había logrado avances contra la corrupción y empoderó a un grupo de jueces y fiscales.
Bajo el mandato de Giammattei, estos cazadores se convirtieron en cazados. La oficina de Porras amenazó con cargos a más de dos docenas de fiscales y jueces, quienes huyeron al exilio. El aumento del costo de vida, las posibilidades limitadas de empleo y el crecimiento de la delincuencia también empujaron a miles de guatemaltecos a emigrar hacia Estados Unidos en los últimos años.
Jamileth
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