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Temperaturas del Atlántico inusualmente cálidas alimentan la furia del huracán Idalia

2023-08-29

A las 11 a.m., hora del este del martes, Idalia tenía vientos de hasta 137 kilómetros...

 

(Bloomberg) -- Se prevé que el huracán Idalia, ahora de categoría 1, toque tierra este miércoles a lo largo de la costa del golfo de Florida. La probable evolución del huracán de aquí a entonces se deberá en parte a las aguas inusualmente cálidas en su trayectoria.

A las 11 a.m., hora del este del martes, Idalia tenía vientos de hasta 137 kilómetros por hora y se movía hacia el noreste, justo después de la punta de Cuba. Entre este país y Florida hay 321 kilómetros de océano candente e ininterrumpido. Las temperaturas del agua a lo largo de la trayectoria prevista de la tormenta se acercan a los 32°C, lo que refleja una temperatura récord del océano en el golfo de México, un sello distintivo del cambio climático. El agua no solo está caliente en la superficie; el calor se extiende a más de 30 metros de profundidad.

La situación es la ideal para lo que se conoce como intensificación rápida, un fenómeno en el que la velocidad del viento de una tormenta aumenta al menos 56 kph en un plazo de 24 horas. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos pronostica que Idalia se intensificará rápidamente entre el martes y el miércoles, lo que hará que alcance categoría 3 cuando toque tierra.

El agua caliente actúa como combustible para los huracanes. El agua se evapora más fácilmente a temperaturas más altas, liberando más energía a la atmósfera. Cuanta más humedad, más catastrófica puede llegar a ser una tormenta.

Un huracán es esencialmente una máquina de calor, dijo James P. Kossin, científico atmosférico de la Universidad de Wisconsin-Madison y la organización sin fines de lucro First Street Foundation contra riesgos de inundaciones. Su insumo es “principalmente vapor de agua que sale de la superficie del océano”, no muy diferente del vapor que se eleva cuando se calienta agua en una sartén.

O, como lo expresó Phil Klotzbach, autor principal del pronóstico de huracanes estacionales de la Universidad Estatal de Colorado, las aguas extra calientes son esencialmente “combustible para cohetes”.

Las investigaciones han demostrado que la velocidad de los vientos huracanados puede aumentar aproximadamente un 5% por cada aumento de 1 °C en la temperatura del océano, dijo Jeff Masters, meteorólogo de Yale Climate Connection. Un aumento del 5% en la velocidad del viento se traduce en un aumento del 50% en el potencial destructivo de la tormenta. El agua en el Golfo de México está actualmente entre 1°C y 2°C por encima de lo normal, lo que significa que Idalia podría ser entre un 50% y un 100% más destructiva de lo que habría sido en un año con temperaturas promedio de la superficie del mar, añadió.

La asombrosa profundidad del agua caliente también es una enorme señal de alerta para el pronóstico de Idalia. “Es una locura mirar el perfil de profundidad”, dijo Masters. “La cantidad de agua caliente es muy profunda”. Esto es importante porque los huracanes agitan la superficie a medida que se mueven; si la tormenta levanta agua fría, puede debilitarse. Dado que el agua caliente se extiende a cerca de 35 metros de profundidad, ese escenario es poco probable.

El cambio climático ha elevado el calor en los océanos de todo el mundo. Este verano, sin embargo, la tendencia ha sido particularmente pronunciada. El huracán Franklin, el primer gran huracán del año en el Atlántico, se intensificó rápidamente en medio de las mismas aguas calientes entre el domingo y el lunes, y se espera que pase hacia el oeste de las Bermudas el miércoles. La isla se encuentra actualmente bajo vigilancia de tormenta tropical.

La rápida intensificación es difícil de pronosticar y a menudo puede tomar por sorpresa a funcionarios y residentes, lo que dificulta la planificación y ejecución de las evacuaciones. Sin embargo, un creciente conjunto de investigaciones sugiere que, al aumentar la temperatura de los océanos, el cambio climático está haciendo que los fenómenos de rápida intensificación sean más comunes. Un estudio publicado en Nature Communications este año encontró que los eventos de rápida intensificación en todo el mundo se triplicaron entre 1980 y 2020 en áreas marinas dentro de un radio de 400 kilómetros de la costa.



Jamileth