Internacional - Economía
Medidas de candidato oficialista para engrosar bolsillos saben a poco en la Argentina inflacionaria
ALMUDENA CALATRAVA
BUENOS AIRES (AP) — Las argentinas María Encarnación Páez y Leticia Molina han dejado de darse ciertos lujos como ir al teatro o a merendar y desde hace unos años gozan de una vivienda gratuita que les brinda una asociación civil, lo que les permite capear la imparable suba de precios con su magra jubilación.
A poco menos de dos meses de las elecciones generales, recibieron la noticia de que fueron beneficiadas por el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, con un bono que incrementará a unos 124,000 pesos (339 dólares al cambio oficial) su haber jubilatorio.
La ayuda que cobrarán a partir de septiembre y durante tres meses haría suponer que su situación podría desahogarse un poco más.
Pero, inevitablemente, les sabe a poco.
“La inflación se lo come”, dijo a The Associated Press Molina, de 73 años y residente en Las Casas de Nuestros Mayores Marcela Rocca, de la Asociación Civil Padre Pablo Tissera.
Este complejo residencial situado en las afueras de Buenos Aires brinda nueve departamentos gratuitos a más de una docena de jubilados gracias a los aportes solidarios de distintas personas.
La ayuda que reciben sus huéspedes es vital, teniendo en cuenta que un tercio de la canasta de productos que consume un jubilado -calculada en 250,000 pesos (684 dólares)- suele irse en gastos para el alquiler y mantenimiento de la vivienda, según cálculos de la Defensoría de la Tercera Edad.
“Todos los que vivimos acá, si no tuviéramos este lugar, no sé dónde estaríamos”, afirmó Molina.
Para Páez, el bono de 37,000 pesos mensuales (101 dólares) supone cierto alivio. Pero esta jubilada, que tiene pensado votar a Massa en las elecciones de octubre, cuestionó el carácter temporal de la ayuda. “Llegue quien llegue (como presidente) por ahí dice: ‘No se da más porque no es obligatoria’”.
Héctor Hugo García, quien se acaba de mudar a la misma residencia dejando atrás la dura experiencia de dormir en las calles, apreció el esfuerzo del ministro por “mantener” a las personas que más sufren. “Pero no sirve... Cuando vayamos a cobrar los 37,000 pesos, van a quedar en nada”.
Massa, candidato de la oficialista Unión por la Patria, anunció el domingo la ayuda para más de siete millones de jubilados y pensionados que reciben el haber mínimo en medio de la espiral inflacionaria. Integra una batería de medidas para engrosar también los bolsillos de trabajadores y personas en situación de pobreza en medio del repunte de los precios generado por la última devaluación del peso de algo más de 20%, y en la recta final hacia los comicios en los que el peronismo se juega el poder.
Algunas personas entrevistadas por AP han recibido los anuncios del oficialista con cierta esperanza para ir afrontando los crecientes gastos. Otros muchos lo hicieron con escepticismo, al sentir que la carrera contra la inflación está perdida y la pobreza no hará más que aumentar en los próximos meses.
Eugenio Semino, Defensor de la Tercera Edad, dijo a AP que el monto en que quedará la jubilación mínima es muy insuficiente, teniendo en cuenta que la canasta de productos que consume un adulto mayor -como alimentos, productos de higiene y medicación- previsiblemente aumentará al calor de la inflación. “Hay una perdida de calidad de vida y los jubilados se convierten en mendicantes”.
Uno de los rubros que se han disparado últimamente es el de las medicinas y productos de higiene de farmacia, con incrementos de 30%, apuntó Semino.
“Massa se nos ríe en la cara”, sostuvo por su parte el transportista Daniel Artigas, quien cuestionó no haber sido beneficiado por ninguna de las medidas anunciadas.
“Si tengo que poner un repuesto, una batería y una goma... Es una locura lo que valen”, dijo el hombre, que afirmó que los anuncios son electoralistas “para poder subsistir” en los próximos tres meses. “¿Y después qué?”.
Casi el 40% de la población de más de 47 millones de personas es pobre y en el segundo semestre del 2022 la pobreza de la tercera edad saltó al 14,5% (unas 512,000 personas), según los últimos datos oficiales.
En tanto, la inflación en julio fue de 6,3% y la interanual de 113,4%, mientras que distintos estudios económicos privados calculan que en agosto —dato que se dará a conocer dentro de dos semanas— llegará a los dos dígitos.
El repunte de los precios en las últimas semanas obedece en gran parte a la fuerte depreciación del peso respecto al dólar en un marco de gran incertidumbre luego de que el ultraderechista Javier Milei cosechara el mayor número de votos en las primarias abiertas y obligatorias del 13 de agosto que definieron a los candidatos.
El economista, que aglutinó el voto de los descontentos con la situación social y cuestiona el sistema político tradicional, se perfila como favorito en las generales.
Las medidas anunciadas por Massa incluyen beneficios para jubilados, Pymes, trabajadores independientes, asalariados y grupos que dependen de programas sociales del Estado. Se trata de créditos, refuerzos monetarios o reducción de impuestos.
Cámaras empresariales y los gobiernos de distintas provincias han afirmado que no podrán pagar la suma fija de 60,000 pesos (164 dólares) que se debe abonar por única vez y en dos cuotas a más de 5,5 millones de empleados del sector privado y sector público que perciben ciertos montos salariales.
Sostienen que la recomposición en los ingresos ya está contemplada en el marco de las negociaciones salariales que mantienen periódicamente empleadores y trabajadores para contrarrestar la constante suba de los precios.
El gobierno ha pedido por su parte a los críticos que no se quejen y aporten cuando el país los necesita.
aranza
Notas Relacionadas
- Empleados públicos protestan en Argentina por mejoras salariales y amenazan con otro paro
- Los argentinos ponen a prueba su ingenio ante una nueva crisis económica
- El plan de estabilización de Milei entra en su 'fase 2' con más incógnitas que certezas
- La lucha política paraliza al gobierno y alimenta el malestar social en Bolivia
- La inflación cae a un dígito en Argentina, pero el bolsillo de los ciudadanos sigue sufriendo