Ecología y Contaminación

Hay que evitar el mensaje "catastrofista" sobre la ruralidad y la crisis climática

2023-10-25

Se trabaja en "diversos mecanismos para empoderar a estas mujeres", dijo Mendoza, que...

 

Ciudad de Panamá, 25 oct (EFE).- Si hay alguien consciente de la crisis climática es un campesino. En la ruralidad este fenómeno se vive de forma intensa y es precisamente allí donde hay que evitar mensajes "catastrofistas", trabajando de manera conjunta para salir adelante, aseguró a EFE un directivo del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de la ONU.

"El mensaje que siempre trato de dar en cuanto a la ruralidad y el cambio climático es de optimismo. Creo que hoy día tenemos que tener cuidado con (el) mensaje catastrofista, que puede hacer que simplemente la gente se dé por vencida", afirmó el director de la División de Medio Ambiente, Clima, Género e Inclusión Social del FIDA, Juan Carlos Mendoza, que participa en la Semana del Clima de América Latina y el Caribe que se celebra en Panamá.

FIDA, una agencia especializada de Naciones Unidas que invierte en la población rural capacitándola para aumentar su seguridad alimentaria, nutrición, ingresos y resiliencia, advierte que tres cuartas partes de los más pobres del mundo viven en las zonas rurales de los países en desarrollo.

La mayoría de ellos, explica, depende de la agricultura para su sustento, y la crisis climática es uno de los factores que puede empujar a millones de las personas más vulnerables a la pobreza extrema y el hambre para 2030.

"Teniendo en cuenta el interés de los jóvenes de ser parte de la solución al reto que el cambio climático es, siempre quiero dejar un mensaje de optimismo. Tenemos que trabajar conjuntamente (...) entre todos podemos salir adelante", apuntó.

Y para esto, añadió, "tenemos que escuchar justamente a quienes están en la primera línea del impacto del cambio climático: los jóvenes, las poblaciones rurales y los pueblos indígenas".

Hacer la ruralidad atractiva para los jóvenes

Uno de los enfoques del FIDA, explica Mendoza, "es justamente los jóvenes en las zonas rurales, para hacer atractivo" que se queden allí.

Para esto en Centroamérica, por ejemplo, el fondo desarrolla una serie de proyectos dirigidos en muchos casos a mujeres jóvenes; como uno para crear en El Salvador invernaderos hidropónicos en los que se emplea un sistema de regadío a través del cual las raíces del cultivo reciben directamente una solución nutritiva.

"Los invernaderos hidropónicos son una excelente manera de adaptarse al cambio climático, es algo tecnológicamente atractivo para los jóvenes y este es el tipo de actividades que impulsamos para incentivar a quedarse en sus comunidades", afirmó Mendoza.

En comunidades de indígenas lencas de Honduras, el FIDA trabajó "con jóvenes para promocionar ciertas actividades que, aunque son rurales, no son agrícolas, como el ecoturismo".

"Cuando hablamos con los jóvenes, ellos quieren estar en el campo pero no hacer las actividades que hacían sus abuelos", explicó.

Las mujeres productoras

"En América Central hemos tenido bastante éxito en trabajar con asociaciones de productores dirigidas por mujeres, para aumentar la productividad y su capacidad de resiliencia ante los shocks climáticos y de todo tipo", dijo Mendoza.

El hecho es que en áreas como el Corredor Seco Centroamericano, una franja que se extiende desde el sur de México hasta Panamá, en la que viven 11 millones de personas, la mayoría pobres, "es la alta proporción de mujeres, que son las que llevan la actividad económica", porque los hombres migraron.

Se trabaja en "diversos mecanismos para empoderar a estas mujeres", dijo Mendoza, que indicó que, en el aspecto de la resiliencia, se abordan los retos de la crisis climática.

"Como siempre digo, no hay ningún campesino que ponga en duda el cambio climático. Cualquier campesino te va a decir que las cosas, ahora, son muy diferentes a hace 20 años y no se diga a hace 50 años", sentenció.

La inclusión de jóvenes, mujeres y comunidades indígenas en el desarrollo de la economía rural, y los pequeños productores como actores fundamentales en la solución a la crisis climática son los temas que aporta el FIDA en la Semana del Clima de América Latina y el Caribe.

Actualmente, el FIDA desarrolla en América Latina y el Caribe 30 operaciones en 17 países con un financiamiento total de 1,600 millones de dólares, una cifra récord, según indicó esta agencia de la ONU.



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