Vox Dei

«Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos»

2023-11-10

Se dijo a sí mismo el administrador: «‘¿Qué haré, pues mi...

Viernes de la 31ª semana

"Con la misma dedicación que la astucia de los hijos de la luz, pero por amor, hemos de trabajar como buenos administradores de los dones que Dios nos concede"

Lecturas

Romanos 15,14-21

"En Cristo Jesús estoy orgulloso de mi trabajo por Dios"

Respecto a vosotros, hermanos, yo personalmente estoy convenido de que rebosáis de buena voluntad y de que os sobra saber para aconsejaros unos a otros. A pesar de eso, para traeros a la memoria lo que ya sabéis, os he escrito, a veces propasándome un poco. Me da pie el don recibido de Dios, que me hace ministro de Cristo Jesús para con los gentiles: mí acción sacra consiste en anunciar el Evangelio de Dios, para que la ofrenda de los gentiles, consagrada por e Espíritu Santo, agrade a Dios. En Cristo Jesús estoy orgulloso de mi trabajo por Dios.

Sería presunción hablar de algo que no fuera lo que Cristo hace por mi miedo para que los gentiles respondan a la fe, con mis palabras y acciones con la fuerza de señales y prodigios, con la fuerza del Espíritu de Dios. Tanto, que en todas direcciones, a partir de Jerusalén y llegando hasta la Iliria, lo he dejado todo lleno del Evangelio de Cristo. Eso sí, para mi es cuestión de amor propio no anunciar el Evangelio más que donde no se ha pronunciado aún el nombre de Cristo; en vez de construir sobre cimiento ajeno, hago lo que dice la Escritura: «Los que no tenían noticia lo verán, los que no habían oído hablar comprenderán.»

Salmo 97, 1.2-3ab.3cd-4

Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.
 
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclamad al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad.

Evangelio, Lucas 16,1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido." El administrador se puso a echar sus cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa." Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?" Éste respondió: "Cien barriles de aceite." El le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta." Luego dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" Él contestó: "Cien fanegas de trigo." Le dijo: "Aquí está tu recibo, escribe ochenta." Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que habla procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz».

Reflexiones

Llucià Pou Sabaté

Pablo no puede vivir sin "anunciar la buena noticia de Dios a los gentiles". Lo ha dejado todo y ahora irá a Roma, la capital del mundo. Es atrevido, libre: “El don recibido de Dios me ha hecho un ministro de Jesucristo para con los paganos, ejerciendo el sagrado oficio del Evangelio de Dios”... desea que ellos también sean santificados por el Espíritu. Ahí termina su ciclo, su misión.

“El Señor revela a las naciones su victoria”, cantamos hoy con el salmista: “cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo”. La fidelidad da como recompensa la alegría de sentir esa fuerza divina.

No somos "propietarios" de lo que tenemos, sino "administradores"

“Un hombre rico tenía un administrador... que fue denunciado por malbaratar su hacienda." Y el amo le dice: “¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración". No somos "propietarios" de lo que tenemos (tiempo, dinero, cualidades intelectuales y morales, destrezas, etc.) sino "administradores". El administrador que quedará en paro piensa en su futuro, que hace una estrategia para cobrar (vencían las deudas al año sabático, cada 7 años, y había también un gran perdón cada 50, de ahí el “jubileo” que celebramos a veces en la Iglesia). Sin entrar en esos detalles, la idea de fondo que nos dices, Señor, es "atesorar riquezas en el cielo" (Mt 6,20): la santidad es un don de su Espíritu (1 Tes 4,8). De aquí sacó Teresa de Lisieux su técnica de preferir y recomendar las virtudes pequeñas más que las "grandes" en las cuales fácilmente se infiltra, o la falaz presunción, que falla como pasó con san Pedro (Jn 13,37 ss)…

-“Los "Hijos de este mundo" son más astutos para sus cosas que los "Hijos de la luz"”. En los asuntos económicos y financieros podemos poner ingenio en servicio a los demás, pero sobre todo Jesús nos pide ese ingenio para los asuntos espirituales. “Hijos de Dios. —Portadores de la única llama capaz de iluminar los caminos terrenos de las almas, del único fulgor, en el que nunca podrán darse oscuridades, penumbras ni sombras.

”—El Señor se sirve de nosotros como antorchas, para que esa luz ilumine... De nosotros depende que muchos no permanezcan en tinieblas, sino que anden por senderos que llevan hasta la vida eterna” (J. Escrivá).



JMRS
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