Tras Bambalinas
Arabia Saudí: el socio controvertido en el conflicto en Gaza
Por Kersten Knipp | DW
Mientras el conflicto en Gaza obliga a Riad a un acto de equilibrio entre un acercamiento a Israel y la solidaridad panárabe, Alemania ha dejado de bloquear la entrega de Eurofighters a los saudíes.
El canciller alemán, Olaf Scholz, no quiere seguir bloqueando la entrega de aviones caza del tipo Eurofighter a Arabia Saudí, a pesar de las claras objeciones en partes de su partido socialdemócrata y de la coalición de Gobierno con Verdes y liberales.
El canciller comparte la apreciación de la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, sobre que Arabia Saudí tiene una "actitud muy constructiva" hacia Israel en el conflicto actual en Medio Oriente, dijo el portavoz gubernamental, Steffen Hebestreit, el lunes (8.01.2024) en Berlín.
El vocero se refirió a que, con los Eurofighter, la Fuerza Aérea saudí también había interceptado misiles lanzados por los rebeldes hutíes en dirección a Yemen.
Baerbock había dicho el domingo, durante su visita a Israel, que el Gobierno alemán "ya no se opondría" al deseo británico de construir y entregar aviones Eurofighter a Riad. La postura de Berlín es crucial, dado que Gran Bretaña sólo puede entregar el Eurofighter a los saudíes con su consentimiento, pues partes del avión de guerra se producen en Alemania.
Es evidente que el argumento de la "actitud constructiva" de Arabia Saudí pesa más, para Scholz y Baerbock, que los reparos en sectores de los partidos gobernantes debido al rol de Arabia Saudí en la guerra en Yemen y a sus violaciones de los derechos humanos.
También el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, tuvo palabras positivas sobre el papel de Arabia Saudí, tras su visita a Riad, el lunes. Se habló de normalizar las relaciones entre Arabia Saudí e Israel, informó Blinken, luego de su conversación con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán. Según informes de agencias, los saudíes tienen un "claro interés en continuar con esto", dijo Blinken.
Acercamiento entre Arabia Saudí e Israel está congelado
Blinken, Scholz y Baerbock tienen una visión claramente más positiva que algunos expertos en el Medio Oriente. Luego del ataque terrorista de Hamás contra Israel, el 7 de octubre de 2023, y la subsiguiente guerra en Gaza, estos ven un creciente alejamiento entre Israel y Arabia Saudí. Detener este acercamiento habría sido, obviamente, uno de los motivos de Hamás para el ataque terrorista a gran escala.
La normalización de las relaciones israelo-saudíes es cosa del pasado, se dijo a comienzos de diciembre en el Foro de Doha, un encuentro de expertos árabes y de todo el mundo. De hecho, Arabia Saudí suspendió, al menos en principio, el proceso de acercamiento, en vista de la guerra con miles de muertos en Gaza. Pero al acercamiento no se le puso formalmente punto final, sino que quedó congelado.
Sin embargo, este proceso de normalización ya estaba muy avanzado. Alentados por las declaraciones de los principales políticos israelíes y saudíes, se especuló a menudo sobre la inminente conclusión de un acuerdo histórico entre ambos países, que aún no sostienen relaciones diplomáticas oficiales entre sí, pero sí contactos informales. Más recientemente, Arabia Saudí incluso abrió su espacio aéreo a los aviones israelíes, en el verano de 2022.
Pero la respuesta militar al ataque de Hamás, considerada una organización terrorista por Alemania, la Unión Europea, EE. UU. y otros países, cambió el escenario: como la mayoría de los países árabes y predominantemente musulmanes, Riad juzgó la intervención militar de Israel -en declaraciones oficiales- mucho más críticamente que la mayoría de los países occidentales.
En noviembre, en una cumbre digital de los llamados países BRICS, Mohamed bin Salmán pidió que no se entregaran más armas a Israel. Algunos expertos consideran incluso que, debido al impacto de la guerra en Gaza, Arabia Saudí podría acercarse hasta a su archienemigo, Irán.
Arabia Saudí se expresó claramente sobre el conflicto en Gaza, resumía también un análisis de la publicación especializada Foreign Policy, el 18 de diciembre de 2023, según el cual, Riad está a la vanguardia de un esfuerzo diplomático destinado a cuestionar la legitimidad de la campaña militar de Israel y el apoyo diplomático de Estados Unidos a la misma.
El ministro saudí de Exteriores, Faisal bin Farhan al-Saud, asumió la dirección de un comité diplomático iniciado por la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica, que se empeña en lograr un cese al fuego inmediato, en contra de la voluntad de Israel.
Es de resaltar que las primeras reuniones de Bin Farhan sobre este tema tuvieron lugar en Pekín y Moscú, según Foreign Policy, y no en Washington: "Una señal clara para Washington de que Arabia Saudí tiene otras opciones en este mundo multipolar en constante evolución", afirma la revista especializada. Además, "las élites dirigentes saudíes quieren evitar verse involucradas en el discurso israelí".
Los intereses de Arabia Saudí no han cambiado
A pesar de toda la retórica crítica con Israel, una cosa, sin embargo, está clara, dice Philipp Dienstbier, director del Programa Regional de los Estados del Golfo Árabe, de la sede en Jordania de la Fundación Konrad Adenauer (KAS). Los intereses de política exterior de Arabia Saudí no han cambiado sustancialmente tras el comienzo de la guerra en Gaza. El reino saudí solo accede al deseo de Estados Unidos de una buena relación con Israel porque sigue apostando a una sociedad con EE. UU. que garantice su seguridad.
"Tras la decepción por la falta de una respuesta de Estados Unidos al bombardeo de instalaciones petroleras saudíes en 2019, Arabia Saudí espera ahora una asociación de seguridad más sólida y confiable con Estados Unidos", según Dienstbier. "Además, Riad está interesado en el apoyo de EE. UU. a su programa nuclear, así como en la cooperación armamentística".
Arabia Saudí persigue asimismo intereses concretos en relación con el propio Israel, explica Dienstbier. En vías de su modernización económica, el reino busca un estrecho intercambio con las economías más importantes de la región: "En ese sentido, Israel está, naturalmente, a la cabeza, especialmente en lo que respecta a tecnología de punta. A ambos países los unen también intereses comunes en el comercio y los proyectos de infraestructura", añade el experto.
Entonces, ¿por qué la clara crítica a Israel? Dienstbier opina que Arabia Saudí ve necesario usar otra retórica porque el reino reclama un liderazgo en el mundo musulmán y no puede, por tanto, normalizar sus relaciones con Israel sin una perspectiva para los palestinos. La cúpula del Estado saudí también está bajo presión de la propia población y de sus élites políticas. "Esas diferentes perspectivas e intereses hacen que Arabia Saudí intente el acto de equilibrio que observamos desde el 7 de octubre", subraya Dienstbier.
Arabia Saudí tiene, sin embargo, un enorme interés en mantener la estabilidad de la región, a pesar de la guerra en Gaza, ya que las crisis y los conflictos en los países vecinos son un obstáculo para los planes de modernización del país. Los ataques de las milicias hutíes a la navegación internacional en el mar Rojo demuestran cuán frágiles son la seguridad y la estabilidad actualmente en toda la región. "Arabia Saudí no ha confirmado, pero tampoco ha negado" que los saudíes interceptaron varios cohetes lanzados por los hutíes hacia Israel", afirma Dienstbier.
Durante años, Arabia Saudí había liderado una alianza militar internacional contra las milicias hutíes respaldadas por Irán en Yemen. Un alto al fuego negociado recientemente se mantiene en gran medida, aunque formalmente expiró hace mucho tiempo. Hasta que Yemen, devastado por la guerra, no sea pacificado de forma permanente, Arabia Saudí seguirá haciendo grandes esfuerzos para asegurar su región fronteriza, y defenderse de los ataques desde Yemen.
"Esto, por supuesto, podría haber contribuido a la capacidad del reino para interceptar preventivamente los ataques de los hutíes", señala Dienstbier. Entendido de esta manera, el derribo de los cohetes lanzados por los hutíes no tendría que ser necesariamente visto como una maniobra militar directamente a favor de Israel, sino más bien como una medida de autoprotección, que también beneficia indirectamente a Israel.
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