Migración

Localidad texana, en el centro de la escena mientras se intensifica la lucha por la inmigración

2024-02-07

"Es asequible. Puedes comprar tijeras por 99 centavos", señaló. "No...

Por Ted Hesson

EAGLE PASS, EU, 7 feb (Reuters) - Main Street, en el centro de Eagle Pass, Texas, está en silencio mientras Laurel Cadena empuja un cochecito con su hija de tres semanas dentro, en un marcado contraste con las horas previas, cuando las protestas por la política fronteriza entre Estados Unidos y México llenaron el aire de gritos y cánticos.

Cadena, una estudiante universitaria de 22 años y ciudadana estadounidense, ha visitado la zona comercial desde que era niña. Muchos clientes cruzan la frontera legalmente desde Piedras Negras, la ciudad mexicana al otro lado del Río Grande, para comprar de todo, desde ropa y flores hasta una réplica de la Torre Eiffel.

"Es asequible. Puedes comprar tijeras por 99 centavos", señaló. "No voy a Walmart si puedo ir al centro".

Pero en el último año, Eagle Pass ha atraído a otros visitantes: miles de migrantes que cruzan el río ilegalmente y tropas de la Guardia Nacional de Texas que intentan detenerlos, lo que ha desatado un enfrentamiento político y legal entre el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, y la administración demócrata del presidente Joe Biden.

A pesar de una historia transfronteriza que abarca generaciones, la ciudad de 28,000 habitantes se encuentra en el centro de un acalorado debate político antes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.

Durante el fin de semana, cientos de manifestantes contra la inmigración ilegal fueron a un rancho cercano a Eagle Pass para mostrar su apoyo al expresidente Donald Trump, partidario de la línea dura en materia de inmigración y principal aspirante republicano para pelearle la Casa Blanca a Biden.

Algunos manifestantes recorrieron el centro de la ciudad el domingo con camionetas decoradas con mensajes a favor de Trump y de la extrema derecha.

Cadena cree que ambos partidos deberían encontrar formas de ayudar a los migrantes, y califica de "extremas" las alambradas instaladas por Texas en las orillas del Río Grande.

Algunos residentes simpatizan con los migrantes, pero han perdido la paciencia. El año pasado, las autoridades fronterizas estadounidenses cerraron en dos ocasiones uno de los dos puentes de Eagle Pass con México y reasignaron trabajadores para ayudar a procesar a los migrantes a medida que aumentaban los cruces.

PROBLEMAS EN LA FRONTERA

El cierre del puente provocó largas esperas en el puerto fronterizo de Eagle Pass con México y causó cuantiosas pérdidas a las empresas locales, dijo Margie Montoya, directora ejecutiva interina de la Cámara de Comercio de Eagle Pass.

"Dependemos de la gente que viene de México", afirmó.

A poca distancia de Main Street, el estado de Texas se ha apoderado de Shelby Park, una extensión de 19 hectáreas junto al río Grande, y ha construido una barrera fronteriza para reducir los cruces ilegales. Las tropas de Texas patrullan la frontera, asumiendo un papel legalmente polémico que históricamente ha sido competencia del gobierno federal.

Pese al deterioro del comercio en general, algunos negocios se han beneficiado del aumento de tropas y otras fuerzas del orden estacionadas en la zona, como hoteles y restaurantes, dijo Montoya.

El número de inmigrantes que intentaron cruzar la frontera descendió en enero, sobre todo en Eagle Pass y sus alrededores.

El descenso se debió en gran medida a la disminución del número de migrantes venezolanos tras la ofensiva de las autoridades estadounidenses y mexicanas para desarticular las redes de contrabando que los transportan, dijo a Reuters un funcionario de Aduanas y Protección Fronteriza de EU que solicitó el anonimato para hablar de información no pública.

Un portavoz de la agencia de migración de México dijo que las llegadas de migrantes "habían disminuido significativamente" desde diciembre hasta la actualidad en medio de la intensificación de la aplicación de la ley.

Después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador acordara a mediados de diciembre tomar medidas enérgicas contra la migración, las autoridades mexicanas aumentaron los esfuerzos para impedir que los migrantes viajaran en la parte superior de los trenes y enviaron a los migrantes del norte de México al sur del país en avión y autobús.

El domingo, en Piedras Negras, tropas de la Guardia Nacional mexicana vigilaban el río frente a los montículos de alambre en el lado estadounidense.

Los migrantes que se encontraban fuera de un refugio cercano dijeron que las llegadas se habían desplomado en enero. Algunos comentaron que estaban intentando entrar en Estados Unidos utilizando la aplicación CBP One, un programa del Gobierno federal que abre 1.450 plazas al día para que los migrantes se acerquen a un paso fronterizo legal y soliciten la entrada.



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