Internacional - Política

Pakistán elige a un nuevo parlamento entre incidentes violentos y denuncias de partido opositor

2024-02-08

Tras votar en la ciudad oriental de Lahore, Sharif se mostró optimista y dijo que no pensaba...

 

ISLAMABAD (AP) — Los paquistaníes desafiaron al frío invernal y la amenaza de violencia para elegir el jueves a un nuevo parlamento, al día siguiente de que al menos 30 personas murieran en los peores ataques relacionados con elecciones en el país.

Decenas de miles de agentes de seguridad se desplegaron en centros de votación y las autoridades suspendieron los servicios de celular para impedir interrupciones y protestas repentinas. El Ministerio paquistaní del Interior dijo que la decisión de suspender los servicios de telefonía se tomó para mantener la ley y el orden. No aclaró cuándo se restablecerían.

Varios ataques parecían tratar de interferir con la votación.

Cinco policías murieron y dos resultaron heridos en el noroeste del país cuando hombres armados detonaron una bomba y después dispararon contra una camioneta policial, según el oficial de la policía local Khalid Khan. Los agentes estaban encargados de prestar seguridad durante los comicios.

Nadie reivindicó el ataque en un primer momento, aunque la zona es un antiguo bastión del Talibán paquistaní, que ataca con frecuencia a las fuerzas de seguridad.

También en el noroeste, hombres armados dispararon a soldados en la localidad de Kot Azam y mataron a un soldado, según el agente de policía Fiyyaz Khan. Ese ataque tampoco fue reivindicado en un principio.

En otro incidente el jueves, agresores no identificados arrojaron granadas de mano contra dos centros de votación en la inestable provincia suroccidental de Baluchistán, donde al menos 30 personas murieron y dos docenas resultaron heridas el miércoles en las explosiones de dos bombas en oficinas electorales. El grupo Estado Islámico reclamó haber colocado las bombas.

Las granadas del jueves sembraron el pánico entre los votantes pero nadie salió herido, según la policía.

Los comicios también se han visto empañados por las acusaciones del partido Pakistan Tehreek-e-Insaf, del encarcelado ex primer ministro Imran Khan, de que sus candidatos no pudieron hacer campaña en condiciones justas.

El astro del cricket convertido en político islamista, que fue depuesto en una moción de censura en el parlamento en 2022, está entre rejas e inhabilitado para optar a puestos públicos, aunque aún tiene muchos seguidores. Sin embargo, no estaba claro que sus enojados y desencantados partidarios fueran a acudir en gran número a las urnas.

Las elecciones se celebraban en un momento crucial para el país, que tiene armas nucleares y es un aliado impredecible de Occidente en una región con numerosas fronteras hostiles y relaciones complicadas. El próximo gobierno de Pakistán enfrentará enormes desafíos, como contener la violencia, combatir una persistente crisis económica o frenar la inmigración ilegal.

Hasta 44 partidos aspiraban a una parte de los 266 escaños en juego en la Asamblea Nacional, la cámara baja del parlamento. Otros 70 escaños están reservados a mujeres y minorías en la sala de 336 puestos.

Tras las elecciones, el nuevo parlamento elegirá al primer ministro, y es probable que las profundas divisiones políticas lleven a un gobierno de coalición. Si ningún partido consigue una mayoría simple, el más votado tendrá la oportunidad de formar un gobierno de coalición con aliados en la cámara.

El favorito es el partido Liga Musulmana de Pakistán del tres veces primer ministro Nawaz Sharif, que regresó al país el pasado octubre tras cuatro años de exilio autoimpuesto para evitar penas de prisión. Apenas unas semanas después de su regreso, sus condenas fueron revocadas y pudo buscar su cuarto mandato.

Tras votar en la ciudad oriental de Lahore, Sharif se mostró optimista y dijo que no pensaba en un gobierno de coalición, sino que estaba deseando que su partido lograra una mayoría parlamentaria.

Con su archirrival Khan descalificado y en prisión, Sharif parecía tener el camino bastante despejado, respaldado por su hermano menor, el ex primer ministro Shehbaz Sharif, que probablemente ocuparía un puesto destacado en su gobierno.

La única otra fuerza importante es el Partido Popular de Pakistán. Tiene una base de poder en el sur y está liderado por una estrella en auge de la política nacional, Bilawal Bhutto-Zardari, hijo de la ex primera ministra asesinada Benazir Bhuto.

Los Sharif y Bhutto-Zardari son rivales tradicionales pero en el pasado han unido fuerzas contra Khan, y Bhutto-Zardari fue ministro de Exteriores hasta agosto, durante el mandato de Shebaz Sharif.



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