Panorama Económico
La economía rusa supera todos los pronósticos
Por Arthur Sullivan | DW
Hace dos años, Rusia recibió severas sanciones después de invadir Ucrania. Sin embargo, las predicciones de una crisis económica no se han cumplido. ¿Por qué?
Han pasado dos años desde la invasión rusa a gran escala de Ucrania y los economistas están de acuerdo en que la economía rusa no se ha derrumbado.
Y eso es lo que muchos predijeron cuando la UE, Estados Unidos y otros impusieron sanciones sin precedentes, tras la invasión de febrero de 2022.
Cómo sobrevivió y prosperó Rusia
Elina Ribakova, economista del Instituto Peterson de Economía Internacional, explicó a DW las tres razones principales por las que la economía rusa se mantiene más que a flote.
El sistema financiero ruso estaba bien preparado para capear la ola de sanciones bancarias y financieras de las primeras semanas, porque desde 2014, con la anexión de Crimea, Moscú estaba en modo de respuesta a la crisis.
Rusia obtuvo beneficios masivos de las exportaciones de petróleo y gas en 2022. Además, las potencias occidentales tardaron mucho en reaccionar ante dichas exportaciones.
Los controles de exportación no han funcionado como para evitar que Rusia utilice a terceros países para obtener los bienes que necesita para su complejo militar-industrial.
Sin embargo, Benjamin Hilgenstock, de la Kyiv School of Economics, cree que "el entorno macroeconómico de Rusia se ha deteriorado significativamente y que gran parte de ello se debe a las sanciones", pero también a los ingresos rusos por exportaciones de petróleo y gas, que cayeron en 2023 en comparación con 2022, y al hecho de que el Banco Central Ruso tuvo que subir los tipos de interés al 16 por ciento, debido a la alta inflación.
Capeando las sanciones
Moscú ha sorteado las sanciones, eludiendo los controles de exportación, sigue adquiriendo productos occidentales y sigue vendiendo su petróleo en todo el mundo, a pesar de que la alianza occidental introdujo un límite al precio del petróleo en diciembre de 2022. Sin embargo, desde hace casi un año, Rusia vende su petróleo a precios parecidos al mercado. Esto se debe en gran medida a su flota de barcos en la sombra, que ha ayudado al petróleo ruso a llegar a mercados en países como China, India y Pakistán.
Estados Unidos ha estado sancionando cada vez más a barcos y entidades individuales. Joe Biden, por ejemplo, autorizó en diciembre pasado posibles sanciones contra los bancos extranjeros que permitan transacciones que ayuden a financiar la base militar-industrial de Rusia.
"Las instituciones financieras tienen un papel importante que desempeñar a la hora de aplicar controles, porque pueden ver algunas de estas transacciones desde el lado financiero, que pueden ser muy difíciles de rastrear físicamente", dijo Hilgenstock.
¿Riesgos económicos de guerra?
Otro factor clave del desempeño económico de Rusia es el gasto en defensa, que se ha triplicado desde 2021.
"Ahora tenemos principalmente una economía de guerra", dice Elina Ribakova. Ella cree que esto está impulsando el PIB, ya que el elevado gasto público impulsa la producción de grandes cantidades de misiles, artillería y drones.
"Eso supone mucha actividad, pero no es una actividad productiva a medio plazo", afirma. "No es bueno para la economía. Básicamente, es un desperdicio", reitera.
Chris Weafer, asesor de inversiones que ha trabajado en Rusia durante más de 25 años, reitera que "se agotarán las reservas y, cuando termine el conflicto, la economía acabará mucho más dañada y con muchas dudas sobre qué hacer a continuación".
Para él, otro elemento clave de la economía de guerra del país es cómo ha cambiado el mercado laboral. El servicio militar obligatorio y el hecho de que alrededor de un millón de trabajadores altamente cualificados hayan abandonado Rusia desde 2022 significa que ahora hay escasez de trabajadores en múltiples áreas. El desempleo es casi inexistente, pero los salarios aumentaron notablemente a lo largo de 2023.
"Ese aumento de los ingresos ha sido realmente un gran impulsor del auge de la inflación del consumo", afirma a DW. "Cuanto más tiempo no sean capaces de afrontarlo, más desafiante, más costoso y más dañino será para la economía este problema de la reducción de la fuerza laboral".
Según Weafer, la UE en particular se ha comprometido demasiado con lo que él llama "economía política". "Dirán quela economía no colapsó en 2022 o 2023, pero lo hará ahora debido al gasto industrial militar y eso colapsará la economía", explica. Pero "eso es sólo economía política. Son ilusiones", zanja.
Para Ribakova, es vital que la alianza occidental haga más para limitar aún más la capacidad del Kremlin para proseguir la guerra: "Estamos dando apoyo financiero a Ucrania con una mano y luego a Rusia con la otra. Seguimos comprando su energía, no estamos aplicando plenamente el límite de precios del petróleo y el embargo, y todavía no estamos haciendo cumplir del todo los controles de exportación".
aranza
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