Internacional - Seguridad y Justicia
Ramadán: la guerra en Gaza atribula a los palestinos
Por Tania Krämer | DW
Este 10 de marzo empieza la celebración sagrada de Ramadán, pero esta vez cunde la incertidumbre. Las tensiones podrían desbordarse en Jerusalén Este, anexada por Israel.
Pocos días antes del comienzo del mes sagrado del Ramadán, las calles del casco antiguo de Jerusalén Oriental están más vacías de lo habitual. A diferencia de otros años, no hay luces festivas de Ramadán en las estrechas callejuelas. El ambiente es sombrío, con un aire de incertidumbre sobre cómo se desarrollará el mes sagrado de ayuno y oración.
Este año "no sentimos el Ramadán", dice Um Ammar mientras camina por la calle Al-Wad, una de las principales arterias de la ciudad antigua. Todos tenemos en la mente la guerra en Gaza. Según el Ministerio de Sanidad, dirigido por Hamás, organización clasificada como terrorista por Alemania, la UE y EE. UU., en el enclave han muerto ya unas 31,000 personas y organizaciones humanitarias advierten de una hambruna inminente.
"Cuando la gente se siente a la mesa, ¿de cuál Ramadán hablaremos? Esto no es Ramadán, parece más bien un velatorio para dar el pésame", afirma Um Ammar.
Otros vecinos se hacen eco de sus sentimientos. Hashem Taha regenta una tienda de especias en la calle Al-Wad. "Jerusalén se siente muy triste, la gente de Gaza es nuestra gente, son familia, y estamos muy afectados por lo que vemos allí", cuenta Taha.
Existe la esperanza de que reine la calma en Ramadán
A lo largo de los años, los comerciantes y residentes de este barrio han visto su cuota de tensión y violencia entre la policía fronteriza israelí y los residentes palestinos, pero la mayoría espera que la relativa calma en Jerusalén prevalezca este Ramadán.
Cerca de la tienda de Taha, la policía fronteriza israelí detiene a jóvenes palestinos para comprobar su identidad y sus pertenencias. "Ya la están poniendo muy difícil y acosan a la gente todo el tiempo", dice Taha.
Este año, la guerra en Gaza, que comenzó después de que militantes de Hamás mataran a 1,200 personas en el sur de Israel y tomaran más de 240 rehenes el 7 de octubre de 2023, está ensombreciendo el Ramadán. El mes sagrado comienza cuando se ve la luna creciente, probablemente el 10 o el 11 de marzo.
Punto álgido: la mezquita de Al-Aqsa
En el pasado, las tensiones se han centrado en el recinto de la mezquita de Al-Aqsa, conocida por los musulmanes como Haram al-Sharif o Noble Santuario, y por los judíos como Monte del Templo.
Durante el Ramadán, cientos de miles de musulmanes se reúnen allí para rezar en la gran plaza situada frente a la mezquita de Al-Aqsa. Los intentos de Israel de imponer restricciones de edad a los palestinos que acceden al lugar, sagrado tanto para musulmanes como para judíos, han provocado a menudo enfrentamientos o una escalada entre las fuerzas policiales y los fieles.
Aún no está claro si los palestinos de la Cisjordania ocupada podrán entrar en Jerusalén. La semana pasada, en un discurso televisado, el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, había pedido a los palestinos de Cisjordania ocupada que marcharan a la mezquita de Al Aqsa el primer día del Ramadán.
El 5 de marzo, el Gobierno israelí dijo que no impondría nuevas restricciones, por el momento. "Durante la primera semana del Ramadán, se permitirá a los fieles entrar en el Monte del Templo en número similar al de años anteriores", decía una declaración de la Oficina del Primer Ministro. Miembros de extrema derecha del gabinete israelí habían pedido amplias restricciones para los palestinos durante el Ramadán.
¿Permanecerá abierto el acceso a Al-Aqsa?
Los responsables religiosos acogieron con satisfacción la decisión del Gobierno. "Estamos muy contentos de que en este mes bendito haya cosas que han empezado a quedar claras para los musulmanes en relación con la apertura de las puertas de la mezquita de Al-Aqsa a todos los visitantes sin restricción de edad", dijo el jeque Azzam al-Jatib a DW en Jerusalén.
Azzam al-Jatib es el director del Waqf de Jerusalén, el organismo encargado de la custodia jordana de los lugares sagrados islámicos y cristianos de Jerusalén y otros lugares.
El comienzo del Ramadán se había fijado también como una especie de fecha límite para los recientes esfuerzos de los mediadores estadounidenses, cataríes y egipcios, para lograr un nuevo acuerdo sobre los rehenes y un alto el fuego temporal entre Israel y Hamás. Sin embargo, sigue sin llegarse a un acuerdo.
Nour Al-Muzaini lleva seis meses huyendo de ciudad en ciudad en Gaza. "Ramadán es un mes de misericordia y perdón, pero es difícil cumplirlo cuando has sido desplazado", dijo a DW.
Si no se llega a un nuevo acuerdo sobre los rehenes, Israel ha dicho que ampliará su operación terrestre a Rafah, donde se calcula que 1,4 millones de palestinos desplazados buscan refugio actualmente. El primer pinistro Benjamin Netanyahu ha reiterado que "las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) seguirán operando contra todos los batallones de Hamás en toda la Franja, y eso incluye Rafah, el último bastión de Hamás. Quien nos diga que no operemos en Rafah nos está diciendo que perdamos la guerra. Eso no ocurrirá".
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