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Estadounidenses creen que debe regularse poder presidencial, a menos que gane su partido
WASHINGTON (AP) — Como a muchos estadounidenses, a Richard Bidon le gustaría que el gobierno de Estados Unidos “volviera a su configuración original”, un sistema de controles y contrapesos desarrollado hace casi 240 años para evitar que cualquier rama, especialmente la presidencia, se volviera demasiado poderosa.
Pero eso sería sobre todo si los republicanos están en el poder.
Bidon, un demócrata de 84 años que vive cerca de Los Ángeles, dijo que si el presidente Joe Biden es reelegido, no quiere que tenga que obtener la aprobación de un Congreso posiblemente controlado por los republicanos para promulgar políticas destinadas a frenar el cambio climático. Quiere que los presidentes tengan poder para cambiar las políticas unilateralmente, siempre que sean del partido adecuado.
“Cuando está un demócrata, apoyo” una presidencia fuerte, indicó Bidon. “Cuando están los republicanos, no la apoyo tanto. Es un tanto vago”.
Una nueva encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Opinion Research revela que la opinión de Bidon es común. Aunque los estadounidenses dicen no querer que un presidente tenga demasiado poder, esa opinión cambia si el candidato de su partido gana la presidencia. Es una opinión mantenida por miembros de ambos partidos, aunque es especialmente común entre los republicanos.
En general, sólo 2 de cada 10 estadounidenses dicen que sería “bueno” que el próximo presidente pudiera cambiar políticas sin esperar al Congreso o a los tribunales. Pero casi 6 de cada 10 republicanos dicen que sería bueno que un futuro presidente Donald Trump tomara medidas unilaterales, mientras que alrededor de 4 de cada 10 demócratas dicen lo mismo si Biden es reelegido.
Este sentimiento se gesta en medio de una creciente polarización y es un signo de la voluntad de los ciudadanos de superar los límites del marco político que ha mantenido a Estados Unidos como una democracia estable durante más de dos siglos. En la encuesta, sólo el 9% de los estadounidenses afirma que el sistema de controles y contrapesos de la nación funciona extremadamente bien o muy bien. También se produce después que Trump prometió “actuar como un dictador” desde el primer día de un nuevo gobierno para proteger la frontera y expandir las perforaciones de petróleo y gas.
Bob Connor, un excarpintero ahora discapacitado residente en Versailles, Missouri, quiere ese tipo de acción decisiva en la frontera. Ha perdido la esperanza de que el Congreso actúe.
“Por lo que he visto, los republicanos intentan hacer algunas cosas, los demócratas intentan hacer otras: no se ponen de acuerdo”, observó Connor, de 56 años. “No estamos llegando a ninguna parte”.
Atribuye la afluencia de migrantes al hecho de que Biden revocó unilateralmente algunas de las políticas de seguridad fronteriza implementadas por Trump también de manera unilateral.
“No soy un fanático de Trump, pero lo que dice que hay que hacer es correcto”, manifestó Connor.
Joe Titus, un demócrata de 69 años de Austin, Texas, cree que los republicanos han destruido la capacidad del Congreso para actuar en su papel legislativo tradicional y afirma que Biden tendrá que intervenir en ese vacío.
“Hay una supuesta ‘mayoría’ en el Congreso, y son una bola de chiflados”, comentó Titus, un mecánico retirado de la Fuerza Aérea, refiriéndose a la Cámara de Representantes, donde los republicanos son mayoría. “No es la forma en que esto se planteó”.
El actual Congreso está estableciendo récords poco halagadores como el menos productivo en la historia del país, con menos de tres docenas de proyectos de ley presentados ante Biden el año pasado. A instancias de Trump, los republicanos de la Cámara de Representantes han paralizado la ayuda a Ucrania y un proyecto de ley bipartidista sobre inmigración.
Titus afirmó que, en general, se opone a la ampliación del poder presidencial, pero que apoyaría que Biden financiara más jueces de inmigración y enviara más ayuda a Ucrania por su cuenta.
“Hay ciertas cosas que me parece que la opinión pública demanda y que el otro partido está bloqueando”, dijo Titus.
La presidencia ha ido ganando poder en los últimos años a medida que los bloqueos en el Congreso se han hecho más habituales. Con cada vez mayor frecuencia, el jefe del ejecutivo de la nación resuelve los problemas mediante políticas administrativas o decretos. La Corte Suprema de Estados Unidos tiene previsto pronunciarse a finales de este año sobre un caso que podría debilitar significativamente la capacidad de las agencias federales —y, por lo tanto, de una administración presidencial— para emitir normativas.
Mientras tanto, los conservadores planean hacerse del control de la burocracia federal si ganan la Casa Blanca en noviembre, una medida que podría aumentar la capacidad del gobierno para realizar cambios de política radicales por su cuenta.
La encuesta de AP-NORC reveló que las opiniones de los votantes sobre qué instituciones tienen demasiado poder estaban influidas por su propio partidismo. Sólo el 16% de los demócratas, cuyo partido controla actualmente la Casa Blanca, dicen que la presidencia tiene demasiado poder, mientras que casi la mitad de los republicanos creen que así es. En cambio, aproximadamente 6 de cada 10 demócratas opinan que la Corte Suprema de Estados Unidos, con su mayoría conservadora de 6-3, tiene demasiado poder.
Con el Congreso igualmente dividido entre los dos partidos —el Partido Republicano tiene una estrecha mayoría en la Cámara de Representantes y los demócratas en el Senado—, los estadounidenses tienen opiniones similares sobre su poder, independientemente del partido. Aproximadamente 4 de cada 10 personas simpatizantes de los dos grandes partidos opinan que tiene demasiado poder.
“Creo que el Congreso tenía demasiado poder cuando la presidencia y el Congreso estaban gobernados por demócratas, pero ahora que los republicanos son mayoría hay un equilibrio equitativo”, comentó John V. Mohr, un empleado de limpieza de 62 años de Wilmington, Carolina del Norte.
Por el contrario, se quejó de que Biden esté “sentado escribiendo decretos a diestra y siniestra”, incluida su proclamación del Día de la Visibilidad Transgénero, que este año cayó en Domingo de Resurrección.
La idea abstracta de un presidente con un poder casi ilimitado sigue siendo impopular.
Steven Otney, camionero jubilado de Rock Hill, Carolina del Sur, dijo que las políticas importantes deben ser aprobadas por el Congreso y recibir el visto bueno de los tribunales. Pero también señaló que depende del tema. Quiere que el próximo presidente, si es Trump, actúe con rapidez en ciertos asuntos.
“Algunas cosas deben hacerse de inmediato, como que se termine ese muro fronterizo”, dijo Otney, de filiación republicana.
Dijo que es simplemente sentido común.
“Si Trump llegara y dijera ‘quiero bombardear Irán’, no, eso es una locura”, afirmó Otney. “Dentro de lo razonable; tampoco cosas descabelladas. Algo que ayude al pueblo estadounidense, no que nos perjudique”.
aranza
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