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Biden sube la apuesta en la guerra comercial con China

2024-05-15

En abril, el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, sostuvo que el rápido ascenso de...

Por Uwe Hessler | DW

Con el fin de salvaguardar las industrias nacionales y hacer frente a prácticas comerciales desleales, Estados Unidos ha subido los aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos y otras tecnologías. He aquí el por qué.

En una medida que probablemente avivará las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo, la administración de Estados Unidos anunció este martes la imposición de nuevas restricciones sobre importaciones chinas por valor de 18,000 millones de dólares (16.670 millones de euros). Se trata de un aumento en determinados sectores, siendo los vehículos eléctricos chinos los más afectados. El arancel total sobre estos vehículos se disparará hasta el 102,5% desde el 27,5% actual.

Las nuevas medidas también afectan a otras tecnologías, como las baterías, las células solares, el acero y el aluminio. Con todo, la medida pretende animar a China a "eliminar sus prácticas comerciales desleales en materia de transferencia de tecnología, propiedad intelectual e innovación", dijo la Casa Blanca en un comunicado.

Por otro lado, la tasa sobre los vehículos eléctricos pretende proteger a EE. UU. de una posible avalancha de automóviles chinos, que podría poner de cabeza la políticamente sensible industria automovilística.

¿Qué eficacia tendrán las medidas?

Los vehículos eléctricos chinos quedaron prácticamente excluidos del mercado estadounidense hace años por los aranceles existentes, mientras que las empresas chinas de energía solar exportan principalmente a Estados Unidos desde el extranjero, evitando restricciones similares.

"Estas medidas están calculadas para abordar actividades y riesgos concretos y evitar una escalada, para mantener la relación que tenemos con China" fuera de esos bienes clave, dijo Greta Peisch, del bufete de abogados Wiley Rein LLP, a la agencia de noticias Bloomberg.

Los consumidores estadounidenses dependen escasamente de China en los sectores seleccionados, por lo que la medida es más bien simbólica y subraya una preocupación más amplia por la influencia económica de Pekín.

China niega prácticas comerciales desleales

En respuesta inmediata a las medidas, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino dijo oponerse "a las subidas unilaterales de aranceles que violan las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)".

En abril, el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, sostuvo que el rápido ascenso de empresas de vehículos eléctricos en el país no se debía a las subvenciones, sino a las "constantes innovaciones". Así mismo, consideró que las acusaciones de EE. UU. y Europa de distorsión del mercado mediante subvenciones estatales y exceso de capacidad carecían de fundamento, y atribuyó la ventaja de China en esta materia a un "sistema de cadena de suministros bien establecido y a la competencia en el mercado".

¿Y la Unión Europea?

La Unión Europea inició en octubre una investigación para determinar si debe imponer aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China "para compensar las subvenciones estatales e igualar las condiciones de competencia".

En este sentido, una última herramienta, el Reglamento sobre Subvenciones Extranjeras (FSR) -orientada a investigar sobre los vehículos eléctricos-, representa un cambio significativo respecto a las medidas tradicionales de defensa comercial. El objetivo es determinar si los productores chinos han recibido subvenciones nacionales y si tales subvenciones perjudican a los fabricantes de automóviles de la UE.

Si se consideran perjudiciales, la Comisión Europea impondrá derechos de importación más elevados -actualmente entre el 10% y el 20%- para mitigar los efectos adversos sobre las industrias europeas.

El regreso de Trump

En mitad de la carrera presidencial de 2024, Donald Trump contempla aplicar subidas generalizadas. El aspirante republicano lo hizo saber durante un acto de campaña en Nueva Jersey el sábado 11 de mayo, cuando abogaba por imponer aranceles aún más duros a los productos chinos.

El republicano también advirtió que las empresas chinas intentarán construir autos en México y que, en ese caso, impondría un arancel del 200% a los vehículos chinos producidos en el país latinoamericano.



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