Migración
Meloni visita Albania de cara a inicio de polémico plan para retener migrantes con destino a Italia
SHENGJIN, Albania (AP) — La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, arribó a Albania el miércoles para agradecer al gobierno de este país por su papel al aceptar alojar a miles de solicitantes de asilo mientras Italia tramita sus solicitudes, y para visitar los centros para migrantes que, según dijo, estarán listos en agosto.
Meloni rechazó que su viaje de un día fuera una parada de campaña en la víspera de las elecciones al Parlamento Europeo, en las que la migración es un gran tema, y arremetió contra las críticas a la visita, señalando que se trataba de maniobras típicas de la oposición.
Meloni y el primer ministro de Albania, Edi Rama, firmaron en noviembre un acuerdo de 5 años en el que Albania aceptaba albergar a hasta 3,000 migrantes al mes que hayan sido rescatados de aguas internacionales mientras Italia tramita sus solicitudes de asilo. Procesar cada caso podría tomar en torno a un mes, de modo que el número de solicitantes de asilo enviados a Albania podría alcanzar los 36,000 al año.
“Ellos (los italianos) están agradecidos con el gobierno, están agradecidos con el pueblo albanés por este importante esfuerzo de amistad que están haciendo para darnos una mano”, señaló Meloni en una conferencia de prensa.
Albania no forma parte de la Unión Europea, y la idea de enviar a solicitantes de asilo fuera del bloque es controversial. El acuerdo fue respaldado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que señaló que era un ejemplo de “pensamiento fuera de lo común”, pero ha sido muy criticado por grupos de derechos que advierten que las protecciones a los refugiados podrían verse comprometidas.
Meloni ha defendido el plan “extremadamente innovador” y ha dicho que es un componente necesario de su política contra la inmigración, que aspira a disuadir a los posibles refugiados de pagar a contrabandistas para hacer la peligrosa travesía del mar Mediterráneo.
Comentó que el acuerdo ha despertado el interés de 15 de los 27 países miembros de la UE que están preguntando a la Comisión Europea si “la unión (podría) seguir el modelo italiano en el acuerdo con Albania”.
“El elemento más útil de este proyecto es que puede representar una herramienta extraordinaria de disuasión para los migrantes ilegales destinados a llegar a Europa”, dijo.
Meloni, acompañada por el Ministro del Interior, Matteo Piantendosi, comenzó su visita al pequeño estado balcánico en Gjader, un antiguo aeródromo militar unos 80 kilómetros (50 millas) al norte de la capital, Tirana, donde han comenzado los trabajos para habilitar uno de los dos centros.
Después se dirigió al puerto de Shengjin, a 20 kilómetros (12 millas) al suroeste de Gjader, donde hay un centro de recepción con unidades de vivienda y oficinas en un espacio de 4,000 metros cuadrados (4,800 yardas cuadradas) y rodeado por una valla metálica de 5 metros (yardas) de altura con alambre de púas en la parte superior.
Meloni confirmó un retraso de dos meses en la apertura de los centros, diciendo que se debió a refuerzos estructurales imprevistos que fueron necesarios en uno de los sitios. Dijo que el 1 de agosto ambos centros estarán operativos y listos para recibir a los primeros 1,000 migrantes. Un enlace regular de ferry a Italia comenzará a mediados de septiembre.
La primera ministra italiana y sus aliados conservadores han pedido desde hace mucho que los países europeos compartan más la carga migratoria, y ha señalado que su acuerdo con Albania es una solución innovadora para un problema que ha superado a la UE durante años.
Meloni, del grupo de ultraderecha Hermanos de Italia, también ha defendido su llamado Plan Mattei para financiar proyectos en países africanos que están en las rutas migratorias a cambio de que se refuercen los controles fronterizos.
Al final de la conferencia de prensa, Riccardo Magi, un parlamentario italiano del partido liberal Más Europa, que formaba parte del grupo visitante, intentó bloquear los convoyes de Rama y Meloni, chocando físicamente con los guardaespaldas y diciendo que el acuerdo había sido un fracaso desde el principio y explotado políticamente por Meloni. La primera ministra italiana se detuvo y platicó un poco con él.
Los dos centros de Albania le costarán a Italia 670 millones de euros (unos 730 millones de dólares) en cinco años. El costo de llevar a 36,000 migrantes a Italia es de 136 millones de euros (148 millones de dólares), casi la misma cantidad que se gastará en Albania, según Meloni.
Las instalaciones estarán totalmente gestionadas por Italia, mientras tramita rápidamente las solicitudes de asilo de los migrantes. Ambos centros están bajo jurisdicción italiana mientras que guardias albaneses prestarán seguridad en el exterior de los recintos.
Italia recibirá a los migrantes si obtienen protección internacional u organizará su deportación de Albania si son rechazados.
Las personas detenidas dentro de las aguas territoriales italianas o recogidas por barcos de rescate operados por organizaciones no gubernamentales conservarán su derecho, según la ley internacional y de la UE, de pedir asilo en Italia y que sus casos se tramiten allí.
Datos del Ministerio del Interior de Italia muestran que el número de migrantes que llega a la nación europea es mucho menor que en el mismo periodo del año pasado: para el martes, 21.574 personas habían llegado a Italia en barco este año, en comparación con 51.628 en el mismo periodo de 2023.
Rama, del Partido Socialista albanés y que lidera un gobierno de izquierda, ha dicho que el acuerdo es un gesto de gratitud en memoria de los albaneses que encontraron refugio en Italia y “escaparon del infierno e imaginaron una vida mejor” tras el derrumbe del régimen comunista en Albania en la década de 1990.
“Italia ha sido útil y ha servido a Albania muchas veces y si tenemos la posibilidad de ser útiles a Italia... aprovechemos esta oportunidad”, dijo Rama.
Tirana ha rechazado las peticiones de otros países de alcanzar acuerdos similares al de Italia, según Rama.
La oposición de centroizquierda en Italia ha descrito el acuerdo como una costosa maniobra de propaganda antes de las elecciones europeas y un intento vergonzoso de convertir Albania en la “Guantánamo” italiana.
Un grupo de 30 legisladores conservadores de la oposición albanesa llevó el caso a la Corte Constitucional en un intento fallido de bloquear el acuerdo por motivos de derechos humanos.
aranza
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