Internacional - Seguridad y Justicia

Netanyahu, presionado por sus socios ultras para abrir una guerra en Líbano

2024-06-28

“Un acuerdo con Hizbulá conducirá a otro 7 de octubre. No se puede llegar a un...

 

Jerusalén, 28 jun (EFE).- El sector más derechista del Gobierno de coalición israelí ya le pide directamente al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, una guerra abierta contra Hizbulá en el Líbano, unas exigencias que abren nuevas grietas en un Ejecutivo ya muy dividido, mientras la Franja sigue bajo fuego israelí.

Estas discrepancias afloraron ayer en una tensa reunión del Gabinete de Seguridad, tal y como la describen los medios israelíes, en la que algunos de los ministros más ultraderechistas exigieron a Netanyahu una ofensiva total en Líbano para acabar con Hizbulá.

"¿No hemos aprendido nada de los últimos 20 años de acuerdos (diplomáticos)? Dentro de uno o dos años, violarán a nuestras mujeres y asesinarán a nuestros niños”, dijo el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir en declaraciones filtradas a varios medios israelíes.

“Un acuerdo con Hizbulá conducirá a otro 7 de octubre. No se puede llegar a un acuerdo con los nazis", agregó Ben Gvir.

La subida de tono de Ben Gvir vino a raíz del mensaje que trasladó el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, durante su visita de esta semana a Estados Unidos, en la que aseguró a la Casa Blanca que Israel prefiere un acuerdo diplomático antes de empezar una guerra abierta.

“Estamos preparando la fuerza militar… y esto puede suceder rápidamente. Por otro lado, se está preparando la alternativa política, que siempre es mejor”, dijo hoy Gallant en un encuentro con tropas israelíes en el norte de Israel.

Y pese a que Gallant reconoció que la situación se ha tornado cada vez más delicada en el norte del país, donde todavía los más de 60,000 evacuados no pueden regresar a sus hogares, quiso poner en valor que el Ejército ha matado a más de 450 milicianos en estos meses.

“No buscamos la guerra, pero estamos preparados para ella. Si Hizbulá decide ir a la guerra, sabremos qué hacer", agregó.

El fuego cruzado persiste

La tensión que se vive en la frontera entre Israel y el Líbano ha ido escalando y es la más alta desde 2006, cuando tuvo lugar el último gran enfrentamiento entre las partes.

La de ayer fue otra jornada intensa después de que el grupo proiraní lanzará una treintena de cohetes contra Israel tras la muerte de tres de sus miembros en ataques israelíes anteriores.

Este viernes, el Ejército también informó de la llegada de varios proyectiles antitanque lanzados desde el Líbano hacia el área de Galilea e indicó que no se han reportado víctimas.

"Una instalación perteneciente a la unidad de defensa aérea de Hizbulá en la región montañosa de Jabal Safi en el Líbano fue atacada hoy", indica hoy el Ejército en un comunicado.

Los gazatíes en "condiciones insoportables"

Por su parte, fuentes médicas gazatíes informaron este viernes de la muerte de al menos 11 personas y de más de 40 heridos en la zona humanitaria de Al Mawasi, en la parte occidental de Rafah, al sur de la Franja, tras un bombardeo israelí durante esta pasada noche.

La mayoría de los gazatíes que se refugiaban en Rafah, la ciudad fronteriza con Egipto, se desplazaron a la zona costera de Al Mawasi, por orden de Israel, tras el inicio de la invasión terrestre israelí de esta ciudad sureña el pasado mes de mayo.

La agencia de noticias palestina Wafa también reporta ataques aéreos y de artillería israelí en las primeras horas de esta mañana contra viviendas en el centro de Gaza, que dejaron al menos cuatro civiles muertos, entre ellos una mujer y un niño.

Louise Wateridge, una de las portavoces de UNRWA y que se encuentra en el enclave, definió hoy en su cuenta de X como "insoportables" las condiciones en las que viven los gazatíes.

“Me sentí conmocionada la semana pasada cuando estuvimos en Jan Yunis (centro de la Franja). Los edificios son esqueletos, todo son escombros y, sin embargo, la gente vuelve a vivir allí sin agua y sin comida”, indicó.

En casi nueve meses de guerra, la ofensiva israelí ha dejado ya más de 37,700 personas muertas, en su mayoría mujeres y niños, y otras 86.429 heridas, además de escuelas, hospitales y edificios residenciales arrasados.



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