Internacional - Seguridad y Justicia

Trudeau reúne a su gabinete de emergencia y pide a los canadienses que salgan del Líbano

2024-07-04

Canadá se podría estar preparando para la evacuación de hasta 45,000 personas...

 

Toronto (Canadá), 4 jul (EFE).- El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se reunió este jueves con su gabinete de emergencia para tratar el empeoramiento de los combates entre Israel y la milicia libanesa Hizbulá y solicitó a sus ciudadanos en el Líbano que abandonen el país.

En un comunicado, la Oficina del Primer Ministro señaló que durante la reunión se trató la "cambiante situación en el Oriente Medio" y especialmente "el riesgo de una creciente escalada" en la frontera entre Israel y el Líbano.

Trudeau y su gabinete de emergencia "subrayaron la urgente necesidad de que los canadienses salgan del Líbano mientras las opciones comerciales de viaje estén disponibles".

La reunión del gabinete de emergencia canadiense se produjo el mismo día que Hizbulá lanzó más de dos centenares de proyectiles y drones contra cinco cuarteles generales del Ejército israelí en el norte de Israel en respuesta por el asesinato el miércoles de Mohamed Niamah Nasser.

Niamah Nasser, un destacado comandante de Hizbulá, murió asesinado por Israel en el área de Al Housh, en el sur del Líbano.

Israel ha advertido que está dispuesto a lanzar un ataque de grandes proporciones para destruir el grupo chií que ha multiplicado sus ataques desde que las fuerzas armadas israelíes invadieron la Franja de Gaza en octubre de 2023.

Canadá se podría estar preparando para la evacuación de hasta 45,000 personas que residen en el Líbano y tienen la nacionalidad canadiense.

Durante la guerra de 2006 entre Israel y Hizbulá, Canadá tuvo que improvisar la evacuación de unos 15,000 ciudadanos de el Líbano.

Entre julio y septiembre de 2006, ante el cierre del aeropuerto Beirut y la cancelación de los vuelos comerciales, Canadá se vio obligada a alquilar siete barcos y varios aviones para evacuar a sus ciudadanos, operación que costó al país unos 90 millones de dólares estadounidenses.



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