Internacional - Política

Muhammad Yunus, 'karma' y antagonista de la fugada Sheikh Hasina

2024-08-08

El Banco Grameen de Yunus transfirió en aquel año el equivalente a 96 millones de...

 

Nueva Delhi, 8 ago (EFE).- El nobel de la Paz Muhammad Yunus tomó este jueves el poder en Bangladés al frente del Gobierno interino tras la caída de la primera ministra Sheikh Hasina, un salto meteórico a la primera línea de la política impulsado por años de acoso institucional por parte de la líder autoritaria que lo convirtieron en el 'karma' y antagonista favorito para sustituirla.

Explorando los pueblos de Bangladesh post-independencia, Yunus comenzó a prestar poco más de 20 dólares a campesinas empobrecidas, a las que ningún banco ayudaría, para liberarlas del control de los prestamistas locales y fomentar su independencia financiera", relata en su autobiografía titulada "El banquero de los pobres".

Tras comprobar que aquellas mujeres le devolvían puntualmente los préstamos, Yunus concibió una idea revolucionaria: el Banco Grameen, o 'banco de la aldea'. Este proyecto de microcréditos, que le valió el Premio Nobel de la Paz en 2006 y el Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998, permitió a millones de personas salir de la pobreza.

Sin embargo la última década del "banquero de los pobres" trascurre en un tribunal, con una vida más parecida a la de un criminal y más de un centenar de casos judiciales con riesgo de llevarle a prisión, aliñados con saña tras la llegada de Hasina al poder en 2008.

Hasina puso a Yunus bajo escrutinió después de que el documental "Atrapados por el microcrédito", emitido a finales de 2010 por una televisión noruega denunció un trasvase de fondos donados entre dos de sus entidades, ocurrido en 1996.

El Banco Grameen de Yunus transfirió en aquel año el equivalente a 96 millones de dólares de fondos noruegos a una entidad hermana creada con esa intención, Grameen Kalyan, que lo reintegraría al banco en forma de crédito con intereses.

Yunus defendió que la operación era una 'innovación financiera' que buscaba aprovechar una exención fiscal vigente, pero la revirtió para resolver el conflicto con los noruegos, quienes por su parte aseguraban que no existían pruebas de corrupción.

Hasina, que ganó reputación de autoritaria y de ejercer el poder con puño de hierro, no alivió la presión sobre el "banquero de los pobres" al que se refirió públicamente y en reiteradas ocasiones como un "chupasangres" de los pobres.

La "dama de hierro" bangladesí, que fue destronada esta semana del régimen más largo ejercido por una mandataria, insistió en repetir que "los micro-banqueros han convertido a los pobres de Bangladesh es sus "conejillos de indias" acabando con la reputación del reconocido economista que en todo este tiempo no había tenido mayores intereses por la política.

Yunus ha sido el blanco de manera intermitente, tomando turnos en ocasiones con Khaleda Zia, la líder del principal partido de oposición, el Partido Nacionalista de Bangladesh, encarcelada también durante el régimen de la Liga Awami de Hasina.

Zia, que también gobernó la nación asiática de 170 millones de habitantes, en dos periodos (1991-1996 y 2001-2006), es hasta ahora la única persona que ha podido disputar el poder a Hasina. Ambas son las únicas que han dirigido el país desde 1991, a excepción de breves periodos de gobiernos interinos.

Un artículo publicado por la revista Times el mes pasado, señala que el ensañamiento de Hasina con Yunus tiene un trasfondo complejo, que incluye los celos por el galardón del premio Nobel que la ex primera ministra ha deseado y que pensó que obtendría con el Acuerdo de Paz de Chittagong, firmado entre el Gobierno y la insurgencia armada en 1997, o por su decisión de acoger a los refugiados rohinyás de la persecución de Birmania en 2017.

“Se ha escrito que tengo un problema con él (Yunus) por el premio Nobel, pero no tengo rivalidad con nadie. Tampoco deseo el premio Nobel. No tengo dinero suficiente para contratar lobbystas y nunca lo desearé”, afirmó Hasina el mes pasado en un encuentro con periodista.

Pese a que, según ella, cree que Hasina merecía un premio por sus logros: "Yo les dije que no necesitaba esos premios. Quienes reciben premios internacionales suelen tener motivos políticos detrás”, añadió la mandataria, según recoge el diario Prothom Alo.

Otro de los tropiezos en la áspera relación va hasta 2007, cuando el Ejército tomó el poder y ofreció a Yunus tomar el puesto de manera interina, tras una intensa crisis derivada de la rivalidad entre Zia, en el poder, y Hasina, entonces líder de la oposición.

Aunque Yunus rechazó la propuesta e intentó fundar su propio partido, la falta de apoyó popular le hizo desistir de la idea poco despúes y aseguró que no tenía más ambición política. Hasina, que fue encarcelada en ese mismo periodo de régimen militar, no le perdonó la ambición.



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