Internacional - Política

Harris desafía a escépticos en vía hacia nominación presidencial

2024-08-22

En una carrera que probablemente se decidirá por márgenes estrechos en un...

 

(Bloomberg) -- Con su discurso de apertura en la Convención Nacional Demócrata el jueves, Kamala Harris consolidará una sorprendente transformación política: de un vicepresidenta cuya capacidad de campaña y liderazgo fue constantemente puesta en duda por sus compañeros demócratas, a una candidata que ha tomado el mando de un partido recientemente galvanizado.

Harris caminó sobre la cuerda floja durante un verano convulso. Primero, sorteó las semanas incómodas en las que abundaban las preguntas sobre la viabilidad electoral de Joe Biden, expresando públicamente su lealtad. Una vez que Biden suspendió su campaña de reelección, Harris anotó récords de recaudación de fondos, aprovechó un frenesí en las redes sociales y convenció a las principales partes interesadas, incluidos potenciales rivales para la nominación.

El discurso del jueves también marca una transición hacia una fase más difícil de la campaña, cuando Harris tendrá el desafío de demostrar que su impulso reciente es más que una luna de miel de corta duración impulsada por el alivio por la salida de Biden.

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El evento también pondrá a prueba si Harris puede aprovechar un discurso de suma envergadura para ganarse a los votantes independientes e indecisos, y ofrecerá pistas sobre los mensajes que utilizará su campaña para cortejarlos.

Muchas encuestas ahora muestran que Harris tiene una ventaja sobre el republicano Donald Trump, lo que significa que le está yendo mejor que a Biden. En la convención, los demócratas de base, así como algunas de las mayores estrellas del partido, han comparado la energía que rodea su campaña con la de Barack Obama.

“Hay una enorme cantidad de demanda acumulada, entusiasmo y ansiedad en la coalición demócrata”, dijo Marc Morial, presidente de la Liga Urbana Nacional, quien habló a título personal. “En un corto período de tiempo, básicamente llenó el vacío”.

“Lleva las de perder”

Harris todavía se describe a sí misma como “la que lleva las de perder”, una postura que apunta a crear una red de seguridad de menores expectativas en una competencia reñida y mostrar humildad mientras los votantes aún sopesan sus opciones. “Tenemos mucho trabajo por hacer para ganarnos el voto del pueblo estadounidense”, dijo Harris a los periodistas el domingo.

En efecto, enfrenta serios obstáculos, incluido defender el historial económico de la Administración Biden después de años de descontento de los votantes por los altos precios, todo ello mientras sortea el racismo y el sexismo que han cerrado las puertas a generaciones de aspirantes políticos.

Harris aún no ha dado una entrevista personal desde que Biden le pasó la batuta, ni ha presentado muchas posiciones políticas detalladas, lo que podría alimentar la impresión de una campaña efímera. Se ha comprometido a dar una entrevista a finales de mes. Mientras tanto, el equipo Trump, que fue pillado por sorpresa por el ascenso de Harris, está perfeccionando sus líneas de ataque.

Muchos votantes también ven con mejores ojos a Trump que cuando dejó el cargo, a pesar de la serie de problemas legales, incluida una condena por delito grave y que un tribunal lo hallara responsable de agresión sexual.

“La calificación retroactiva de la gestión de Donald Trump es tan alta como nunca antes”, dijo el encuestador demócrata John Anzalone en un evento el miércoles en la Convención Nacional Demócrata organizado por el Instituto de Política de la Universidad de Chicago.

Sin embargo, las condiciones de su nominación también ofrecen una ventaja única: con menos de 100 días restantes en la carrera, Harris ha evitado las cicatrices de batalla que un candidato potencial suele tener después de meses de amargas luchas primarias y anuncios de ataque del partido opuesto.

Cambio de vibra

El llamado cambio de vibra en Harris representa un extraordinario cambio de suerte. Al comienzo del mandato de Biden, a la vicepresidenta se le asignó una cartera poco atractiva, que incluía la dirección del consejo espacial de la Casa Blanca y la atención de las causas profundas de la migración desde ciertos países centroamericanos. Se convirtió en blanco de ataques republicanos, a medida que aumentaban los cruces fronterizos y circulaban videos de meteduras de pata.

La atención negativa se manifestó en ansiedad de que Harris pudiera perjudicar la campaña de reelección de Biden. El año pasado, la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y la senadora Elizabeth Warren no apoyaron abiertamente a Harris como la mejor persona para seguir siendo compañera de fórmula de Biden. Más tarde, ambas aclararon esos comentarios.

“La gente que antes la odiaba ahora tiene que respetarla”, dijo Michael Blake, ex vicepresidente del Comité Nacional Demócrata que dirige el Kairos Democracy Project.

En los últimos meses, Harris prosperó abordando temas que eran más populares entre la base demócrata, incluida la prevención de la violencia armada y el derecho al aborto.

“Muy reñido”

La encuestadora demócrata Celinda Lake dijo que muchos votantes, especialmente aquellos menores de 50 años, ansían ver más mujeres y políticos diversos. Harris sería la primera mujer o estadounidense de origen asiático en ocupar la presidencia y la segunda comandante en jefe negra.

El discurso de Harris en la convención resaltará su educación de clase media y su carrera como fiscal, al tiempo que contrastará con Trump, según un funcionario de campaña.

Será la culminación de una semana que comenzó con un discurso de despedida de Biden y albergó a audiencias entusiasmadas por las duras críticas a Trump que Barack y Michelle Obama lanzaron en sus discursos.

En una carrera que probablemente se decidirá por márgenes estrechos en un pequeño grupo de estados clave, lo que está en juego para Harris en su discurso es extremadamente importante.

“Ella ha tenido una gran racha, pero nuestros números son mucho menos optimistas que lo que se ve en público”, dijo Chauncey McLean de Future Forward en un evento el lunes en la Convención Nacional Demócrata organizado por el Instituto de Política de la Universidad de Chicago. “Está muy reñido”.



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