Ecología y Contaminación
La magnitud de la sequía y los incendios en Brasil
Por Mauricio Frighetto | DW
Brasil se enfrenta a la peor escasez de agua de la historia, mientras el fuego consume la Amazonía, el Cerrado y el Pantanal.
Los ríos se secan y los lugareños caminan por bancos de arena caliente sobre los que antes había agua. Los animales sufren de sed y mueren quemados. El humo se extiende por todo el país, afectando la salud de millones de personas y tiñendo de naranja y rojo los atardeceres. Todo ello es reflejo de la peor sequía que azota Brasil desde 1950.
Los profesionales del Centro Nacional de Vigilancia y Alerta de Desastres Naturales (CEMADEN) ya sabían que la sequía iba a ser grave este año. La semana pasada, publicaron una nota confirmando la gravedad del problema.
"Analizando diferentes datos, llegamos a la misma conclusión: se trata de la sequía más extensa, la más intensa y la más prolongada", dice a DW Ana Paula Cunha, investigadora del CEMADEN y especialista en sequías.
Sin mejoría hasta final de año
La falta de lluvias explica en parte otro fenómeno que asola Brasil: los incendios. Los datos del Laboratorio de Aplicaciones de Satélites Ambientales (LASA), de la Universidad Federal de Río de Janeiro, muestran récords en una serie de mediciones que comenzó en 2012. Este año se han quemado cerca de 21,7 millones de hectáreas en la Amazonía, el Cerrado y el Pantanal, una superficie mayor que todo el estado de Paraná.
"Estamos en un momento de emergencia. Tenemos que cuidar de la salud, especialmente de los más vulnerables, y no empeorar la situación. Así que no hay que hacer ningún tipo de fuego", dice Isabel Belloni Schmidt, profesora del Departamento de Ecología de la Universidad de Brasilia (UnB). "En esta época del año, todas las quemas son humanas. Durante la sequía, no existen los incendios naturales", subraya Schmidt. Las previsiones indican que la situación no mejorará hasta finales de año.
Dimensión e intensidad de la sequía
La actual sequía afecta a cerca del 59 por ciento del territorio brasileño. Una forma de observar el fenómeno es a través del Índice de Evapotranspiración Estandarizada de las Precipitaciones (IEEP). Este indicador puede medirse de dos formas: la cantidad de lluvia que cae, y la cantidad de agua que se pierde por evaporación y por transpiración de las plantas.
"Es un indicador de la disponibilidad de humedad, de la disponibilidad de agua. Cuanto más negativo sea el índice, menores serán las precipitaciones y mayor la evapotranspiración", explica Ana Paula Cunha. Los datos de la actual sequía, aunque parciales, ya muestran valores que indican que se trata de la más intensa y extensa de la serie histórica.
La previsión indica una mejora del escenario sólo a finales de año. Uno de los factores que debería ayudar es la aparición de La Niña, un fenómeno natural que genera un enfriamiento de las aguas en una franja del océano Pacífico y altera las condiciones climáticas. Como resultado, se esperan más lluvias, especialmente en el norte y noreste de Brasil.
Gestión de incendios
Si a corto plazo es necesario prevenir incendios y combatirlos, a mediano y largo plazo la solución pasa por actitudes que generen un medioambiente más equilibrado, como la lucha contra la deforestación, sugiere la profesora Isabel Belloni Schmidt. Ocho de las 12 cuencas fluviales de Brasil, por ejemplo, dependen del Cerrado. A medida que la vegetación de este bioma se pierde a causa del fuego o de procesos agrícolas intensivos, menos agua llega al Pantanal.
"A menudo se producen incendios en zonas deforestadas por haberse convertido en pastizales. Así que no es automático [el descenso de la deforestación y el descenso de los incendios]. Por eso, hay proyectos de ley en el Congreso para prohibir la venta de tierras incendiadas", explica Schmidt.
Otra solución para combatir los incendios tras el periodo de crisis es la Gestión Integrada de Incendios. En julio se aprobó una ley sobre el tema y, el martes (10.9.2024), el Gobierno publicó un decreto para la formación de un comité nacional y del Centro Federal Integrado de Coordinación Operativa Multiagencia (Ciman Federal).
Poner el tema en la agenda
Según la profesora Schmidt, hay que quemar en los periodos más húmedos para que el fuego sea menos potente y no se propague sin control. "De este modo, la vegetación muy seca, llamada 'combustible' por los ecologistas, se verá afectada, creando mosaicos en el paisaje. Y la próxima vez que la zona sufra un incendio, no se verá tan afectada, ya que tendrá formatos mucho más variados y actuará como barrera".
Hay otra sugerencia que la profesora Schmidt repite: dar importancia al tema en las elecciones municipales. "En la historia de Brasil, no tenemos líderes que realmente entiendan y pongan el medioambiente en la agenda, entre otras cosas, porque la sociedad no entiende que es importante. Pero pasar por esta tragedia climática podría ponerlo en la agenda".
aranza
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