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Evo Morales impone dos condiciones a Arce para finalizar las movilizaciones en Bolivia

2024-09-23

“Esta parece una crisis terminal del MAS que ya no tiene propuesta para el país y...

 

LA PAZ, Bolivia (AP) — Una multitudinaria marcha contra el gobierno de Bolivia, liderada por el expresidente Evo Morales, llegó este lunes a La Paz. Desde allí, Morales presentó dos condiciones al presidente Luis Arce para poner fin a las protestas que han agitado al país durante la última semana: la destitución de varios ministros y que se le permita postularse como candidato del partido oficialista en las próximas elecciones.

Ante una multitud de seguidores que le acompañó por siete días en una marcha de 190 kilómetros hasta La Paz, Morales se dirigió al presidente Arce: “Si Lucho quiere seguir gobernando, primero, en 24 horas que cambie a ministros corruptos”. Además, Morales le advirtió que si “no resuelve van a seguir las movilizaciones”.

Esa no es la única condición que pone Morales para cesar con la llamada “marcha para salvar Bolivia” que, desde hace una semana, ha dejado al menos una veintena de heridos y ha tensionado al país andino.

Ante cientos de seguidores, en un mitin cerca del centro de La Paz, Morales dio plazo hasta fines de mes para que se resuelva las demandas de los disidentes del oficialismo que exigen el reconocimiento de Morales como su líder y candidato y advirtieron con tomar las carreteras si no son atendidos.

Tras el mitin que encabezó Morales, sus seguidores intentaron tomar por la fuerza las oficinas de la Central Obrera Boliviana (COB) alineada con Arce. La policía y mineros afines al oficialismo dispersaron a los manifestantes.

Morales fue ganando apoyo con su marcha entre sectores descontentos con Arce por la crisis que se traduce en un alza en el costo de vida, el desabastecimiento de carburantes subvencionados y la escasez de dólares que está encareciendo las importaciones, en medio de una caída de las exportaciones. La crisis está atizando un creciente clima de protestas antigubernamentales.

El gobierno no se pronunció de inmediato sobre las exigencias de Morales mientras el defensor del Pueblo Pedro Callisaya dijo que hacía esfuerzos para acercar a las dos facciones del partido gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) para buscar una salida negociada al conflicto que está generando tensiones en el país y ha puesto en crisis a ese partido que ha gobernado por 18 años Bolivia.

Las disputas por el liderazgo en el MAS derivaron en violentos enfrentamientos callejeros la víspera en una ciudad vecina de La Paz entre los seguidores de Morales y los de Arce que querían evitar que la marcha avanzara.

El lunes los manifestantes afines a Arce se congregaron en la plaza Murillo donde está la casa de Gobierno y la sede del Legislativo pero su número distaba mucho de la multitud que acompañó a Morales. Varias oficinas públicas y bancos estuvieron cerrados y las labores escolares suspendidas por temor a posibles enfrentamientos en el centro de La Paz. En el resto del país la situación era de tranquilidad, según reportaron las autoridades.

El Tribunal Constitucional emitió un fallo hace casi un año que inhabilita a Morales quien gobernó por 14 años el país (2006-2019) para volver a postularse como candidato presidencial mientras que el Tribunal Supremo Electoral no ha validado un congreso partidario que ratificó a Morales como líder de MAS, partido por el que quiere ser candidato.

Morales acusa a Arce de influir en ambos fallos. En tanto, Arce comanda otra facción del partido gobernante que lo reconoce como su líder y posible candidato a las elecciones presidenciales de 2026.

Es la más grave crisis que afronta el oficialismo en 17 años aue lleva en el poder, según analistas. Arce y Morales se disputan el liderazgo y control del aparato partidario de cara a las elecciones presidenciales.

Ambos líderes se acusan mutuamente de agravar la situación económica y de promover la violencia. Arce dijo hace unos días que Morales sólo busca imponer su candidatura “por las buenas o por la malas” y lo acusó de un “boicot” en el Legislativo para frenar la aprobación de créditos internacionales que reactivarían la economía.

Morales dijo, durante la marcha, que Arce envió “grupos de choque pagados y funcionarios públicos para atacar esta marcha pacífica”.

Los esfuerzos por arreglar las diferencias entre los dos líderes oficialistas no han dado frutos en más de dos años de disputas.

Es también la peor crisis política del país desde 2019 tras una polémicas elecciones denunciadas como fraudulentas por la Organización de Estados Americanos (OEA) en las que Morales buscaba una tercera reelección lo que provocó un estallido social con 37 muertos que obligó a Morales a dimitir y salir al exilio.

“Esta parece una crisis terminal del MAS que ya no tiene propuesta para el país y está demostrando una incapacidad para renovarse”, dijo el analista y profesor universitario Marcelo Silva.

“La crisis es estructural y va más alla de las peleas”, comento Javier Zabaleta, exministro de Morales.

En tanto, la oposición política de centro y derecha, dividida y debilitada observa de palco la pelea en el MAS sin una propuesta, según analistas.



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