Internacional - Seguridad y Justicia
Rusia se acerca a la captura de Vugledar, en Donetsk, tras años de asedio
Leópolis (Ucrania), 25 sep (EFE).- La demoledora ofensiva rusa en Donetsk, basada en su ventaja numérica, de artillería y aérea, amenaza ahora con la toma de Vugledar, donde las tropas ucranianas siguen infligiendo grandes pérdidas al enemigo, aunque corren el riesgo de verse cercadas.
La situación cerca de este otrora importante nudo logístico en el centro de la región se ha vuelto crítica después de que las fuerzas rusas consiguieran alcanzar sus afueras orientales en los últimos días, según DeepState, una influyente plataforma de análisis militar.
Las tropas ucranianas defendieron la ciudad durante más de dos años y asestaron varios golpes dolorosos al enemigo al repeler sus asaltos frontales, en particular en el verano de 2022 y la primavera de 2023.
Sin embargo, los recientes éxitos rusos en torno a la ciudad les colocan en una situación precaria y hacen que la cúpula ucraniana se enfrente al dilema de meterse en una guerra urbana o retirarse de la semidestruida ciudad antes de que los rusos corten los enlaces logísticos restantes.
El asedio destructor
Más de un centenar de residentes permanecen en la ciudad, fuertemente bombardeada, donde antes del comienzo de la invasión vivían unos 17,000.
"Los katsaps (término peyorativo para referirse a los rusos) están intentando rodear el asentamiento y no hacen más que arrasarlo con artillería y bombas aéreas guiadas", subraya DeepState.
Mientras los grupos de infantería rusos intentan adentrarse en la ciudad desde el este, los asaltos continúan también desde Pavlivka, en el sur, así como cerca de Vodiane, en el noreste, y desde Prechistivka, en el oeste.
Según Oleksandr Kovalenko, observador militar del grupo Resistencia Informativa, el control de Vugledar es importante para los rusos porque garantizaría el buen funcionamiento del enlace ferroviario entre las partes ocupadas de Donetsk y Zaporiyia (sur).
Si Ucrania decide luchar por ella todo el tiempo que pueda, el terreno beneficioso puede ayudarle a infligir grandes pérdidas al enemigo, aunque es probable que la situación se complique si Rusia consigue adentrarse más en la ciudad.
Una posible retirada
La ciudad está siendo defendida por la experimentada, aunque muy agotada, 72ª brigada mecanizada, que debía retirarse para un largamente esperado descanso justo cuando los rusos intensificaron su ofensiva hace varias semanas.
Mantener Vugledar hasta el final significaría darle mayor valor a las ruinas de la ciudad que a las vidas de los soldados, subrayan varios analistas y blogueros militares.
"Es probable que estemos asistiendo a las últimas etapas de su defensa... Sólo puedo esperar que se hayan dado las órdenes correctas, priorizando las vidas de los soldados sobre cualquier deseo de mantener el terreno", escribe un oficial ucraniano y responsable de la plataforma analítica "Frontelligence Insight", conocido como "Tatarigami".
Los ucranianos tienen que estar psicológicamente preparados para una "muy probable" retirada no sólo de Vugledar, sino también de Toretsk y Selidove, escribe el analista militar Kostiantin Mashovets.
Una batalla de percepciones
Aun así, el progreso ruso en Donetsk no acaba de suponer un gran avance y no significa que Rusia sea capaz de derrotar militarmente a Ucrania, según los analistas.
La caída de Vugledar no aportaría ventajas significativas a la logística rusa ni abriría el camino hacia nuevos avances en el oeste de Donetsk, señala en su último informe el Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Estados Unidos.
Sin embargo, con una Ucrania altamente dependiente de la ayuda exterior, los avances tácticos en el campo de batalla pueden tener un impacto estratégico, dijo a EFE Oleksí Melnik, del Razumkov Centre.
Al continuar sus avances en Donetsk, incluso a costa de perder más de 1,200 soldados cada día, Rusia busca crear la impresión de su invencibilidad y afectar así a la voluntad de los partidarios de Ucrania en Occidente de mantener su apoyo a la nación invadida, explica.
Mientras Occidente duda en permitir a Ucrania utilizar misiles de largo alcance para atacar los aeródromos en Rusia, el ejército invasor se abre paso lanzando miles de bombas aéreas guiadas y destruyendo así las ciudades y pueblos ucranianos del este.
aranza
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