Ecología y Contaminación
En la COP29, países grandes y pequeños tienen la oportunidad de dar testimonio del cambio climático
BAKÚ, Azerbaiyán (AP) — Más de dos docenas de líderes mundiales intervenían el miércoles en la conferencia anual sobre el clima de Naciones Unidas, donde muchas naciones contaron de primera mano su experiencia con las catastróficas condiciones meteorológicas provocadas por el cambio climático.
Uno detrás de otro, los mandatarios relataron distintos desastres climáticos, cada uno de los cuales parecía superar al anterior. El primer ministro de Granada, Dickon Mitchell, indicó que, a principios de año, una sequía de 15 meses dio paso al huracán Beryl de categoría 5.
“En este mismo momento, mientras estoy aquí una vez más, mi isla ha sido devastada por inundaciones repentinas, deslaves y potentes aguaceros, todo en cuestión de un par de horas”, indicó Mitchell. “Puede que hoy sean los pequeños estados insulares en desarrollo. Mañana será España, Al día siguiente, será Florida. Es el mismo planeta.
Pequeños países insulares piden acciones climáticas más firmes
El primer ministro de Granada no fue el único dirigente de una pequeña nación insular con un discurso combativo.
Su homólogo de Bahamas, Philip Edward Davis, advirtió que “serán nuestros hijos y nietos quienes soporten la carga, con sus sueños reducidos a recuerdos de lo que podría haber sido”.
“No aceptamos, no podemos aceptar, que nuestra supervivencia sea simplemente una opción”, añadió.
Según Davis, los avances en la lucha contra el cambio climático suelen verse perjudicados por los cambios de gobierno, como está ocurriendo en Estados Unidos y Alemania.
“Si dejamos la acción climática al capricho de los ciclos políticos, el futuro de nuestro planeta se vuelve precario, muy precario”, sostuvo. “La crisis climática no se detiene por las elecciones ni para acomodarse a la forma en la que cambian las ideas o los vínculos políticos. Exige continuidad, compromiso y, sobre todo, solidaridad”.
Los líderes que participaron en un panel con miembros de la High Ambition Coalition, un grupo de naciones que quieren una acción climática más contundente, destacaron la “moralidad invertida” de los grandes emisores, que no asumen la responsabilidad del impacto que causan en naciones con más que perder.
Gaston Browne, primer ministro de Antigua y Barbuda, dijo que las naciones altamente contaminantes están “quemando deliberadamente el planeta”.
Las antiguas promesas de ayuda financiera no se cumplieron durante mucho tiempo, por lo que las pequeñas naciones insulares tendrán que buscar justicia y compensación en las cortes internacionales, afirmó.
La presidenta de Islas Marshall, Hilda Heine, calificó la crisis climática como “la amenaza de seguridad más apremiante” que enfrenta su país, pero indicó que cree que el proceso del Acuerdo de París — donde los países acordaron limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius (2,7 grados Fahrenheit) desde tiempos preindustriales— es resistente.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, aprovechó la ocasión para alinear a su país con la situación de los pequeños estados insulares en desarrollo en un discurso en el que criticó a las naciones desarrolladas, en particular a Francia y Holanda, por su pasado colonial.
Describió los daños causados por el colonialismo, que persisten hoy en día. La pérdida de biodiversidad, el aumento del nivel del mar y el clima extremo golpean a comunidades que a menudo son “brutalmente reprimidas”, dijo.
“Pero, ¿qué más podemos esperar si el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell llama a Europa un jardín y al resto del mundo selvas?”, indicó en referencia a un discurso de 2022 en el que el político español dijo que Europa — “un bonito pequeño jardín” — tenía que ir al mundo en desarrollo para cuidar de sus “selvas”.
Estados Unidos también intentó mostrar simpatía por los lugares más azotados.
“¿Aseguramos la prosperidad para nuestros países o condenamos a los más vulnerables a desastres climáticos inimaginables?”, dijo John Podesta, enviado jefe de Estados Unidos para el clima. “Las comunidades vulnerables no solo necesitan ambición. Necesitan acción.”
Líderes europeos repasan un año de climatología extrema
Los países europeos han advertido también de la catástrofe climática en su continente.
“En el último año, las inundaciones catastróficas en España, Bosnia y Herzegovina, así como en el sur de Croacia, han demostrado el impacto devastador del aumento de las temperaturas”, dijo el primer ministro de Croacia, Andrej Plenkovic. “El Mediterráneo, una de las regiones más vulnerables, pide acciones urgentes”.
Su homólogo albano, Edi Rama, se mostró consternado por la falta de acción y voluntad política y por el hecho de que los líderes de muchas naciones no acudan a una cumbre sobre clima en un momento en que el clima extremo azota cada vez más fuerte y con más frecuencia.
Frustrado por la palabrería de otros mandatarios, Rama lamentó que “la vida continúe con viejos hábitos” y que todos los discursos llenos de buenas intenciones no cambien nada.
“Lo que está sucediendo en Europa y en todo el mundo hoy no deja mucho espacio para el optimismo, aunque el optimismo es la única forma de supervivencia”, manifestó Rama.
El primer ministro de Grecia, por su parte, señaló que Europa y el mundo tienen que ser “más honestos” acerca de los compromisos necesarios para mantener la temperatura global baja.
“Necesitamos hacer preguntas difíciles sobre un camino que avanza muy rápido, a expensas de nuestra competitividad, y uno que avanza mucho más lento, pero permite que nuestra industria se adapte y prospere”, afirmó Kyriakos Mitsotakis. Su país se vio azotado este verano por sucesivas olas de calor luego de tres años de precipitaciones por debajo de la media. En Grecia, la situación incluyó cortes de agua, lagos secos y la muerte de caballos salvajes.
El ministro de Medio Ambiente de Irlanda, Eamon Ryan, canalizó algo de esperanza, diciendo que el tratado climático de París de 2015 “todavía vive” y que los países que se retiran se darán cuenta de que se están quedando atrás a medida que otros avanzan y ven beneficios económicos.
Los negociadores trabajan para alcanzar un esquivo acuerdo monetario
Los negociadores buscan concretar un acuerdo sobre cuánto dinero, y de qué forma, prometerán los países desarrollados para colaborar en la adaptación al cambio climático y la transición a energías limpias para las naciones en desarrollo.
El miércoles por la mañana se hizo público un borrador inicial de cómo podría ser ese pacto final, pero aún incluía múltiples opciones que los negociadores abordarán para alcanzar un consenso antes de que finalice la cumbre climática.
David Waskow, director de acción climática internacional en el World Resources Institute, afirmó que el borrador de 34 páginas refleja “todas las opciones sobre la mesa”.
“Los negociadores necesitan trabajar ahora para reducirlo a algunas decisiones clave” que se puedan trabajar en la segunda mitad de la conferencia, afirmó.
El último borrador “incorpora algunas demandas nuevas”, como la solicitud de uno de los bloques negociadores más grandes — el G77 más China — de 1,3 billones de dólares en financiación climática, dijo Avantika Goswami, analista de políticas climáticas del Centro de Ciencia y Medio Ambiente de Nueva Delhi.
“Los países en desarrollo han dejado claro que se debe establecer una meta provisional para responsabilizar a los gobiernos de los países desarrollados”, apuntó.
aranza
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