Internacional - Política

El Senado, la última barrera de Trump en la formación de su controvertido Gobierno

2024-11-19

Si se produjera un empate con 50 votos a favor y 50 en contra, el voto decisivo lo tendría...

 

Washington, 18 nov (EFE).- El controvertido Gobierno que está perfilando el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, está sometido no solo al escrutinio público, sino también al del Senado, cámara de la que depende la autorización de los nombramientos y que podría frenar los planes del político republicano.

En manos de ese hemiciclo está dar el visto bueno como secretario de Sanidad al antivacunas Robert F. Kennedy Jr., como fiscal general a Matt Gaetz, investigado en el pasado por abuso de una menor, o como secretario de Defensa a Pete Hegseth, que pagó a una mujer para silenciar su acusación de asalto sexual, entre otros puestos en el punto de mira.

¿Qué cargos dependen de la autorización del Senado?

La Cámara Alta supervisa el nombramiento de los miembros del Ejecutivo, de los jueces federales y del Tribunal Supremo, de los embajadores y altos cargos diplomáticos y de los directores de agencias federales destacadas, como la CIA o el FBI.

No tiene en su mano en cambio validar otros funcionarios clave, como el vicepresidente, los asesores de la Casa Blanca o el jefe de gabinete del mandatario en la Casa Blanca.

El proceso requiere que el nominado presente una declaración financiera y testifique ante un comité del Senado. Una vez concluida esta etapa, el comité vota sobre la nominación, y, si es aprobada, el candidato pasa a ser sometido a la votación final en el pleno del Senado.

¿Cuántos votos se necesitan?

La mayoría simple, 51 de los 100 senadores. Tras las elecciones del pasado 5 de noviembre y a partir del 3 de enero, el Partido Republicano controlará 53 escaños, pero en las filas conservadoras hay voces que se han levantado ya en contra de algunos de los nombramientos más polémicos.

Si se produjera un empate con 50 votos a favor y 50 en contra, el voto decisivo lo tendría el presidente del Senado, un puesto que ocupará el actual senador de Ohio, J.D. Vance.

¿Se puede evitar el voto del Senado?

Trump, que asumirá el poder el 20 de enero, podría acogerse a los Nombramientos en Receso, una cláusula establecida en el artículo II de la Constitución que estipula que el presidente tiene el poder de llenar todas las vacantes durante un periodo sin sesiones en el Senado.

Serían nombramientos temporales, hasta la siguiente sesión, pero en la práctica esa designación podría estar en vigor dos años y el presidente puede nominar en receso a una misma persona de forma sucesiva, según el Servicio de Investigación del Congreso.

El magnate neoyorquino ha dejado caer que podría acogerse a esa medida y el futuro líder de la mayoría conservadora en el Senado, John Thune, ha comentado que es una posibilidad que está sobre la mesa, aunque confía en que la colaboración con los demócratas evite llegar a ese punto.

Ni el Senado ni la Cámara de Representantes pueden entrar en receso durante más de tres días sin el consentimiento de la otra cámara, pero los republicanos tendrán el control de ambas a partir de enero. En caso de no haber acuerdo entre las cámaras, el presidente puede también aplazarlas hasta el tiempo que considere apropiado.

¿Ha habido nombramientos en receso en el pasado?

Los exmandatarios republicanos Ronald Reagan (1981-1989), George H. W. Bush (1989-1993) y George W. Bush (2001-2009) y los demócratas Bill Clinton (1993-2001) y Barack Obama (2009-2017) utilizaron nombramientos en receso, aunque para puestos de perfil bajo.

Esa práctica, sin embargo, no ha estado exenta de controversias. En junio de 2014, el Tribunal Supremo consideró que Obama había excedido su autoridad constitucional con este tipo de designaciones y determinó que el Senado debe estar en receso al menos diez días para que puedan realizarse.

¿Hay antecedentes de rechazos?

En los últimos 100 años el Senado solo se ha opuesto a tres nominaciones, todas ellas impulsadas por presidentes republicanos: Charles Warren como fiscal general en 1925, Lewis Strauss como secretario de Comercio en 1959 y John Tower como secretario de Defensa en 1989.

El Servicio de Investigación del Congreso recuerda que en la práctica las nominaciones rara vez son rechazadas en el pleno del Senado, porque los candidatos más controvertidos no suelen llegar hasta ese momento decisivo.



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