Huesped

El arte de la guerra en chino

2007-07-21

Bien harían Calderón y su equipo en este momento crítico que enmarcaron sus...

Rossana Fuentes-Berain, El Universal

Hace 2 mil años un estratega chino, Sun Tzu, escribió un tratado sobre artes militares que los jesuitas tradujeron al latín por primera vez en el medioevo y desde entonces ha vendido millones de copias en todos los idiomas, difundiendo el principio cardinal de que para vencer al enemigo hay que usar la fuerza directa, Cheng, y la indirecta, Chi.

Sorprende que Felipe Calderón y su equipo no lo recuerden, porque otros chinos, Zhenli Ye Gon y su abogado Ning Ye, parecen actuar by the book, paso por paso, de acuerdo con tres de los seis principios torales del tratado: 1) conocimiento y simulación; 2) evita la fuerza, ataca la debilidad; y 3) moldea a tu opositor.

El lunes todo era expectativa respecto de la "historia del chino"; para ayer, viernes, la expectativa había disminuido. Sin pruebas contundentes en su esperada conferencia de prensa, Zhenli Ye Gon decepcionó al respetable público, pero cuidado, 2 mil años del conocimiento de El arte de la guerra nos observan.

Simular, dice Sun Tzu, requiere disciplina; engañar requiere control; mantener secretos, seguridad. No me refiero al operador del cártel sino a la tríada: la mafia con raíces en México, Estados Unidos, Canadá y por supuesto China, que respalda al operador.

Llama la atención cómo un ataque indirecto, la mención de un "Javier Alarcón", desbalanceó nada menos que al jefe del "cuarto de guerra" de Calderón. Como el manual recomienda, bordó sobre las debilidades de un general (pruddish) que antes de pensar en la estrategia pensó en sí mismo, en su "honra", haciéndolo salir al descampado para defenderla. Primer golpe.

El segundo fue atacar la debilidad. En el imaginario colectivo nacional, la política es un juego de billetes verdes en maletines que pasan de mano en mano; en el internacional, el pasaporte verde de los mexicanos es sinónimo de corrupción. Zhenli Ye Gon y sus asesores atacaron sin usar la fuerza, concentrando la atención en donde querían: vincular el aseguramiento de 207 millones de dólares con un conflicto electoral que es fuente de un continuado cuestionamiento respecto de la gobernabilidad por parte Felipe Calderón. No importa si las fechas no coinciden, si los argumentos son increíbles; el objetivo era sembrar la duda. Lo hicieron.

El prófugo Zhenli Ye Gon y sus cómplices buscaron el centro de gravedad del México actual, el lugar más débil, aquel en el que el ataque puede hacer el mayor daño posible con el menor costo posible y lo encontraron: es el vértice de la ilegalidad y la política.

La ilegalidad en tanto que el operador de este grupo introductor de todo tipo de mercancía de procedencia china llevaba años tratando con funcionarios de aduanas mexicanas y con la policía y los militares que venden protección a los delincuentes, pagando cuotas a políticos de todos los partidos, quienes reciben el dinero sin hacer muchas preguntas bajo la autocomplaciente excusa de que, sin él, no pueden competir en las campañas.

Ahí entra el tercer principio: moldea a tu opositor. Para derrotar al competidor, dice Sun Tzu, primero hay que hacerlo que se adapte a tu estrategia, tus reglas, tu voluntad, moldearlo. Una manera de hacerlo es capturar una posición estratégica. Si Zhenli efectivamente está ofreciendo cooperar con alguna agencia estadounidense para informarles sobre las cadenas de corrupción en México a cambio de negociar una sentencia más benigna pega en dos puntos básicos: el primero, la eterna rivalidad entre policías estadounidenses, y segundo, la sempiterna desconfianza de la mayoría de los mexicanos frente a Estados Unidos.

Bien harían Calderón y su equipo en este momento crítico —que enmarcaron sus primeros seis meses en una bienvenida lucha contra el narcotráfico— en releer la primera frase de Sun Tzu: "La guerra es el más importante asunto de Estado, la base de la vida y de la muerte, el Tao de la sobrevivencia y la extinción".

La batalla de Zhenli Ye Gon y sus cómplices apenas comienza.

Periodista e investigadora del ITAM



AAG

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