Cuentas Claras

Pensiones y Jubilaciones

2006-07-10

Es una falacia y una utopía que la edad de los trabajadores y el tiempo para jubilarse sean...

CIFRAS DE ESPANTO - CAPITULO 20

 

El tema de las pensiones y jubilaciones ocupa ahora el primer lugar dentro del contexto de comentarios y análisis serios sobre la problemática verdadera de la Deuda Pública. Es tal el problema que siempre se le ha marginado dentro de las cuentas públicas oficiales que se dan en el informe del total de la deuda de la Nación. En las cuentas nacionales no se considera ni se cuantifica siquiera un monto aproximado. A lo más que llegan es a llamarlos y reconocerlos como pasivos contingentes de la Deuda Pública sin poderlos precisar. Sobre la ausencia de una información al respecto se manejan cifras que consideran que los pasivos de los fondos inexistentes de las pensiones y jubilaciones oscilan entre los 5 y los 11 billones de pesos, cuando la deuda pública, sin considerar este pasivo, llega actualmente a 3.5 billones de pesos.

Recientemente Carlos Slim, el hombre mejor informado de México, se refirió al problema financiero del IMSS y del ISSSTE, y dijo que: "si se eliminaran las contingencias laborales del Estado, cuyo monto lo calculan los propios funcionarios públicos en 170% del Producto Interno Bruto a valor presente, se podría hacer un replanteamiento del sistema de jubilaciones y pensiones que reconozca la nueva expectativa de vida de la población".

Tomando en cuenta esta referencia del 170 por ciento del PIB anual del país y las últimas cifras del Producto Interno Bruto a finales del año pasado: 6.25 billones de pesos, nos da como resultado la escalofriante cifra de 11.7 billones de pesos. Ésta entonces sería, según la información de Slim, la cantidad real y el faltante que se encuentra "desaparecido" dentro de las reservas de los Fondos de Pensiones y Jubilaciones y a la que algunos llaman "pasivos de contingencias laborales".

Un dato más para estimar el monto de las reservas de los Fondos de Pensiones y Jubilaciones lo encontramos en una declaración del coordinador de Políticas Públicas de la Presidencia, Eduardo Sojo Garza-Aldape, quien afirmó ante gobernadores, presidentes municipales y legisladores asistentes a la sesión plenaria de la Convención Nacional Hacendaria el pasado 5 de febrero, que la deuda más grande del país, implicados en ella los tres niveles de gobierno, es la referida al pago de pensiones a jubilaciones, cuyo monto supera los 4.5 billones de pesos, más del 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), que se estima en
unos 6.2 billones de pesos.

«Los pasivos contingentes estatales son del 25 por ciento, más los del ISSSTE que oscilan en 45 por ciento, es decir, 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país; pero, a eso todavía habría que sumarle lo de Pemex, CFE y otras instituciones (como las universidades)», precisó Eduardo Sojo.

Sojo Garza-Aldape precisó que el último diagnóstico sobre el pago de pensiones en los estados corresponde a 1999, cuando se estimaba en un billón 536 mil 900 millones de pesos, es decir: el 25 por ciento del PIB, a la cual se sumaban 170 mil millones de pesos, de deudas por pensiones en universidades.

«Hay gran incertidumbre respecto de la magnitud exacta del problema de las pensiones porque no se tiene información actualizada al respecto. Tenemos seis años de rezago», agregó.

Por su parte, la Secretaria de Hacienda señaló recientemente que los pasivos contingentes del gobierno federal asociados a pensiones equivalen al monto total de la deuda del sector público a valor presente, es decir, más de 26% del PIB. Así lo reconoció el director de Planeación Hacendaria de la SHCP, Alejandro Werner. Sobre esta última referencia, la Deuda por este concepto llegaría a los 7,870 billones de pesos, el doble del total de la Deuda Pública reconocida.

El director de la Unidad de Política y Control Presupuestal, Guillermo Bernal, señaló que el incremento de gasto corriente también está "siendo acicateado" en buena medida por el incremento en el costo de las pensiones que el gobierno tiene que pagar y que se tienen que sufragar ante la insuficiencia de los fondos de retiro.

Para reforzar la dimensión de esta situación, Werner ilustró que el crecimiento o la presión que se anticipa únicamente para el caso de los servidores públicos federales, es que el pasivo contingente por pensiones podría ser mayor eventualmente a la deuda total del gobierno federal en la actualidad.

 

EL PROBLEMA REAL

De tal forma, como se plantea la problemática, el gran problema para el gobierno no es cómo lo van a resolver, porque capacidad, visión, conocimientos ni recursos existen; el meollo del asunto es solamente cómo lo van a esconder o a disfrazar para que pase desapercibido y se herede al nuevo gobierno que venga.

Haciendo una síntesis de la historia y del problema, después de toda la lectura de la información sobre la problemática de los Fondos de Pensiones y Jubilaciones, de la que todos hablan y opinan, pero que nadie sabe a ciencia cierta, podemos concluir que la única manera congruente, lógica, razonable e inteligente para resolver el problema de las pensiones y jubilaciones, sería reintegrar, restituir, desembolsar, repatriar o localizar los 8 o 12 billones de pesos que han desaparecido de las reservas estratégicas en donde deberían encontrarse todas las aportaciones y cuotas que los trabajadores y las empresas o patrones han hecho durante todo el tiempo que las estuvieron aportando; mismas que junto con los intereses y el rendimiento del capital deberían existir para producir la rentabilidad financiera suficiente para cubrir el presupuesto actual según las demandas de los pensionados y jubilados.

No tendría por qué haber déficit presupuestales en este sentido y mucho menos que no existan las reservas estratégicas. Si no fuera por la desaparición de las mismas no tendríamos problema alguno y el monto estimado que debería haber, sería suficiente para producir la rentabilidad equivalente a las obligaciones actuales.

Así pues, si nos concretamos específicamente al problema de las 5 principales paraestatales: IMSS, ISSSTE, PEMEX, CFE, LyFC, para las cuales el gobierno tiene que distraer del presupuesto general de la Nación aproximadamente 130,000 millones de pesos al año para que estas instituciones cumplan cabalmente con las obligaciones que tienen con sus pensionados y jubilados; tendríamos que pensar en un fondo con reservas monetarias de no menos de los 3 billones de pesos, 5 veces más que las reservas monetarias que registra en su contabilidad el Banco de México.

Esta última cifra del capital sugerido tan sólo para que genere los intereses o rendimientos financieros equivalentes a los compromisos que se tienen por concepto de pensiones y jubilaciones de la burocracia para el año en curso, tomando en cuenta el nivel actual de las tasas de interés en un rango del 7 por ciento anual. Solamente para que produjera esta rentabilidad equivalente al subsidio o transferencias extraordinarias que hace el gobierno federal en vista de este faltante. Ésta en sí, es la solución definitiva de este problema: que se reintegren los fondos que deben existir y que nadie sabe en dónde están. Pero si practicáramos una auditoria de ellos seguramente que los encontraríamos.

Por eso, es una falacia y una utopía que la edad de los trabajadores y el tiempo para jubilarse sean el problema, ya que los estudios matemáticos y estimaciones financieras del capital debieron contemplar siempre estas variables. La realidad en este problema es que los fondos desaparecieron o se destinaron a otra cosa. De tal forma, no existe el capital debido para generar el rendimiento que demandan las prestaciones, pensiones y jubilaciones a que se comprometieron las instituciones obligadas con sus afiliados; ahora pensionados y jubilados.

No entiendo por qué el actual gobierno que aparentemente no tiene que ver nada en esta herencia maldita pueda encubrir la situación real y que no proceda retroactivamente para encontrar este faltante de dinero que no son cacahuates sino lingotes de oro.

Al igual que como el problema de la banca con la desaparición de los depósitos del público, así en cuanto a los Fondos de Pensiones y Jubilaciones, tal vez están pensando resolver el problema con otra especie de Fobaproa para salir del paso y de tal forma repetir la misma historia endosando este quebranto al gobierno federal y convertirlo en deuda pública.

Por eso, en el caso de los fondos de pensiones y jubilaciones, no debería ser visto este quebranto con una cínica simpleza y pasarlo directamente al gobierno para que éste lo absorba y que el dinero que falta se quede embolsado en las carteras de los maleantes que los sustrajeron. Así pues, en este caso como en el de la banca, habría que seguirles el rastro para que los defraudadores devuelvan y reintegren esos fondos y de tal forma quitar esta carga injustificable de la deuda pública.

Siempre será reconocido como un absurdo la creación de las AFORES, SIFORES y las demás réplicas que nacieron hasta culminar con la CONSAR... con el propósito de administrar los Fondos de Pensiones y Jubilaciones, así como las cuotas del SAR. A todas luces se vio una intención voraz de estas sociedades de inversión que nacieron de concesiones gubernamentales para favorecer a los aliados, cómplices y prestanombres de los jerarcas que gobernaron en esa época. El único fin mezquino que tuvieron fue quitarle al gobierno su función recaudadora de estos fondos, así como la consiguiente administración y operación de los mismos.

De tal forma los concesionarios de las reservas monetarias estratégicas (ahorro de los trabajadores) no sólo las jinetearon a su antojo, sino que se beneficiaron todavía con el 35 por ciento de las ridículas ganancias y rendimientos que produjeron, razón por la cual las instituciones como el IMSS y el ISSSTE, las más representativas, están en quiebra frente a las obligaciones de los fondos de pensiones y jubilaciones. No había ninguna necesidad de terciar e intermediar la custodia, administración e inversiones de estos fondos de las tesorerías de las instituciones responsables. No podemos aceptar que las tesorerías privadas sean mejores que las tesorerías gubernamentales y que no consigan mejores tasas, rendimientos y ganancias de capital que los banqueros. Si esto sucede es sólo por la ineficiencia e incapacidad de los que están al frente como tesoreros que al final resultaron unas sardinas en un mar de tiburones.

Obviamente que el gobierno se vio rebasado frente a la magnitud del problema y no puede negar ahora su parcialidad para beneficiar a los barones del dinero. Si no fuera cierto, no existirían estos problemas. Nadie puede negar que hay toda una jerga de corrupción enlodada alrededor de estos fondos de pensiones y jubilaciones: actores y cómplices, contubernios, sobornos, etc.

La siguiente es una reseña periodística editada que nos habla de la situación real. Son las opiniones de los expertos y analistas, sobre el problema de los Fondos de Pensiones y Jubilaciones. Son cápsulas informativas que son como cabos sueltos que se enlazan para descubrir este otro atraco a la Nación en la era salinista con el nacimiento del SAR (Sistema del Ahorro para el Retiro); y luego del zedillismo, con el nacimiento de las AFORES como genial idea para expropiar estos fondos hacia las sociedades de inversión creadas ex profeso. Algo así como los Contratos de Servicios Múltiples mediante los cuales se encubre actualmente la privatización de las actividades y trabajos que son propios de PEMEX.

Estos son apuntes tomados directamente de fuentes oficiales y periodísticas que culminan en una reseña del problema de los Fondos de las Pensiones y Jubilaciones. Sobre este diagnóstico deberían recetarse las indicaciones para encontrar la mejor solución y dejar de experimentar con recetas ineficaces sólo para salir del paso. La única tarea que tienen y no cumplen aquellos que nos gobiernan es "leer los diagnósticos" (leer los periódicos) sobre los problemas nacionales y luego consultar a los que saben para emprender las acciones pertinentes en la vía de una solución acertada.

Éste es pues el diagnóstico hilvanado de la situación de los fondos de pensiones y jubilaciones. Su objetivo es la comprensión del problema, del que todos hablan pero que muy pocos conocen; del que muchos opinan, pero muy contados saben a ciencia cierta.


CÁPSULAS INFORMATIVAS Y DESCRIPTIVAS:

  • La deuda del IMSS con sus trabajadores para el pago de pensiones aumentó de 350 mil a 400 mil millones de pesos en el 2003; es decir, crece 4 mil millones de pesos al mes.
  • En este año, el instituto gastará más en el pago de la nómina de 120 mil ex trabajadores del IMSS jubilados, 21 mil millones de pesos, que en la compra de medicamentos y material de curación para más de 45 millones de derechohabientes, cuyo importe significaría 20 mil millones de pesos.
  • Las famosas Afore generaron una nueva burocracia para su captación y un generoso negocio bancario para su manejo con las voraces comisiones que ya son características de la banca mexicana ya extranjerizada. El IMSS no se salvó trasladando la responsabilidad de este ramo del seguro a la iniciativa privada, liberándose de dar cuenta de la extraña pérdida de cuantiosos fondos a su cuidado que, según los cálculos actuariales, se debían mantener.
  • Ya desde tiempo atrás se sabía que el IMSS se había convertido en una fuente de financiamiento subrepticio para el gobierno en sus campañas. Mientras en otros países los fondos de pensiones jugaron un papel importante en el mercado financiero, en cambio, en México, por la secrecía que la Junta de Consejo Técnico tripartita de gobierno le daba a estos fondos, permitió un manejo discrecional y desaseado de los mismos, que se fueron minando hasta casi su total desaparición. Nadie quiere explicar el pasado.
  • Los representantes patronales y de los trabajadores, coludidos con los del gobierno, hicieron fortunas al estar en el Consejo Técnico del instituto con acceso a los negocios de contratos de obras, proveedores de equipos, medicamentos, etcétera. Todo ello como pago a un silencio y desinterés por las maniobras y dispendios del Seguro Social, que desencadenaron la trágica situación actual.
  • El pretexto del crecimiento de la esperanza de vida (hombres a 72 y mujeres a 75 años) que se ha dado en todo el mundo, es una buena excusa para ocultar lo que ha ocurrido en México con los fondos y reservas para pensiones y jubilaciones.
  • Está fresco el traspaso que el grupo de Gurría Ordóñez hizo a Nacional Financiera del fondo que el Banco de México constituyó para las jubilaciones de los investigadores y expertos del Instituto Mexicano de Investigaciones Tecnológicas (IMIT), que fue inexplicablemente cerrado con todo y los laboratorios y acervo documental que estaban al servicio del desarrollo tecnológico de México.
  • La experiencia en este caso nos sugiere que transferencias parecidas se pudieron haber realizado con frecuencia en el pasado. Todavía se pueden identificar los personajes que - participaron y ganaron mucho dinero en estos movimientos oscuros y que ahora militan en el gobierno del cambio.
  • La posición de la dirección actual del Seguro Social, de plantear el conflicto económico para que se le reconozca la imposibilidad de cumplir con las prestaciones a sus empleados en materia de jubilación, sería una vía correcta (aunque no deja de advertirse la contradicción de que los propios representantes de los trabajadores en su Consejo Técnico sean corresponsables del hecho) si ésta nos permite llegar al fondo para saber desde cuándo, por qué y quiénes en el IMSS son responsables de la insolvencia actual.
  • Con base en un estudio presentado en la mesa número tres de la Convención Nacional Hacendaria, el déficit actual de los sistemas públicos de pensiones incluyendo IMSS, ISSSTE, los regímenes estatales, las paraestatales (Pemex, CFE y LFC), y - banca de desarrollo, sin considerar municipios y universidades públicas es de más de 5.2 billones de pesos, o sea el equivalente a 80% del PIB de un año.
  • Estos pasivos seguirán creciendo en forma cada día más acelerada si no modificamos de inmediato la edad promedio de jubilaciones, ya que el aumento en la expectativa de vida está provocando que el tiempo de jubilación de un trabajador público sea casi igual en promedio al tiempo de trabajo, es decir que, para poder garantizar la pensión, habría que hacer un fondo casi equivalente a 50% del salario. Actualmente, la gran mayoría de los trabajadores públicos se jubilan con una antigüedad menor a los 30 años de trabajo, alrededor de los 53 años de edad, y la expectativa de vida es de 75 años en promedio, o sea, el tiempo de trabajo es casi igual al tiempo de jubilación, lo que hace financieramente inviable al sistema, por mucho que así lo diga la ley, o el contrato colectivo de trabajo.
  • Según el estudio mencionado, mientras en 1975 la esperanza de vida era de 64 años actualmente es de 75, la edad promedio de retiro era de 62 años y hoy es de 55, el tiempo de disfrute de la pensión cambió de 2.5 años a 19 y los cotizantes por pensionado era de 20 y actualmente de sólo 5.2.
  • Las condiciones han cambiado radicalmente y por lo tanto es necesario adecuar los fondos de pensiones y las condiciones de jubilación a la nueva realidad. Hay quienes quieren - culpar a los trabajadores de las ventajosas condiciones de jubilación y en general de trabajo que tienen los servidores públicos, pero hay que recordar que estas condiciones se dieron dentro de un régimen presidencialista y corporativista poco democrático, que necesitaba una burocracia totalmente incondicional para gobernar. No se puede culpar a los trabajadores de exigir mejores condiciones de trabajo, a los que hay que culpar es a aquellos funcionarios que se comprometieron con algo que no era posible cumplir en el largo plazo. Si bien el problema puede llegar a hacer inviable al IMSS, y en general a los sistemas de pensiones, estamos en muy buen momento para buscar una solución.
  • Todos los sistemas de pensiones de los empleados públicos enfrentan problemas, no obstante son los contratos colectivos del ISSSTE y del IMSS los que representan mayor costo y un mayor conflicto político. Según datos de la mesa número tres mencionada, los cuales no coinciden con la información que presentó la Secretaría de Hacienda, el pasivo a valor actual de las pensiones de los trabajadores al servicio del Estado a nivel federal - importa 2.8 billones de pesos (según la Secretaría de Hacienda 1.6 billones), 1.5 billones el de los trabajadores de los gobiernos estatales, 350 mil millones el del IMSS y 483 mil millones el de las tres empresas paraestatales mencionadas.
  • Mientras que legisladores reiteraron su exhorto al Poder Ejecutivo para establecer una mesa de diálogo en la cual se realice un diagnóstico serio sobre los diferentes regímenes de pensiones que hay en el país, Roberto Vega Galina, líder del sindicato del Instituto Mexicano del Seguro Social, exigió se investigue en qué fueron utilizados los 300 mil millones de pesos aportados por los trabajadores a través de sus cuotas desde 1968 a la fecha. Éstas, agregó, debieron ser para el fondo de pensiones y jubilaciones. Aseguró que a los trabajadores les descuentan entre 700 y más de mil 500 pesos quincenales, según su sueldo, a partir de que realizan su primer cobro.
  • El año pasado, ejemplificó, hubo una evasión de pago de cuotas por parte de los empresarios hasta por 5 mil millones de pesos, así el dirigente sostuvo que el gobierno no ha aportado la parte que se comprometió a entregar desde hace dos décadas.
  • Por ello, los trabajadores demandan una auditoría financiera al Instituto y llegar al fondo de la problemática para saber cuál es el monto de evasión de pagos por parte de los - patrones y del gobierno. "Hasta ahora quieren culpar a los trabajadores de todos los problemas del organismo", aseguró Vega Galina.


EL DINERO DESAPARECIDO

  • Al advertir que este dinero desapareció, el dirigente de los trabajadores del IMSS explicó que estos pagos los hacían los trabajadores   cada   quincena con el propósito de crear  el  fondo  de  pensiones  y  jubilaciones,  de  esta manera   se   preveía    hacer  frente  a  la  demanda  de  retiro  de  450  mil trabajadores.
  • Recordó también que en 1995 el gobierno federal, bajo administración priista, suscribió un convenio con los patrones para exentarlos del 30 por ciento del monto total de su cuota, bajo la condición de que generaran fuentes de trabajo mientras que la autoridad aportaría ese porcentaje, sin embargo ninguna de las partes cumplió.
  • En tanto, Miguel Alonso Raya, presidente de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados, expuso la urgencia de hacer una revisión minuciosa de la problemática sobre pensiones. Se refirió no solamente a la situación que atraviesa el IMSS, sino ver la situación de forma integral, abarcando al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y al Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM).
  • En este sentido, manifestó que habrá oportunidad de auditar los fondos para llegar a la transparencia y poder aclarar a cada uno de los derechohabientes, y gente que esté interesada, todas las preguntas que tenga sobre este problema.
  • Por su parte, el ahora senador Genaro Borrego, ex director del IMSS hace 7 años, justificó
    la nueva Ley del Seguro Social (1997) "con el fin de liberar para siempre el pasivo que amenazaba la salud financiera de la institución y que limitaba drásticamente su capacidad para atender las necesidades presentes y futuras de los derechohabientes".

Hoy, siete años después, esos pasivos se convirtieron en una bomba de tiempo que está a punto de explotar. Desgraciadamente, la capacidad del gobierno y los gremios involucrados no responden con una solución acertada a la magnitud de este problema. Ni siquiera vislumbran las consecuencias de la actual insolvencia en que se encuentran.

Así, la historia nos demuestra cómo actúan y cómo gobiernan nuestros gobernantes, que solamente trotan por periodos de 6 años y van posponiendo y endosando los problemas a futuras generaciones. Ahora vemos con claridad las equivocaciones, errores, corrupción, demagogia, incompetencia e incapacidad de aquellos gobiernos que por desgracia ahora se siguen repitiendo en aquellos que están al frente, y que en muchos casos, son los mismos de aquel nefasto sistema que los antecedió. Por lo mismo, deberían sentir vergüenza y renunciar ante la cosecha de fracasos que sembraron con sus tesis, postulados, doctrinas o programas económicos neoliberales.

Al final de cuentas, todas esas conductas desembocan en un mar de corrupción que tiene infestado y rodeado a la Nación. Tal es el faltante de las reservas estratégicas que deberían existir respaldando los compromisos que van venciendo de las obligaciones por las pensiones y jubilaciones de los asegurados, mismos que aportaron sus cuotas con este fin. ¿ En dónde están esas reservas? Claro está... que están ¡en el mar de la corrupción! También está clarísimo que si existieran tales reservas, que ahora nadie sabe dónde están, el problema que ahora nos agobia y amenaza a todos, no existiría y estaríamos ocupados en otras cuestiones. Los subsidios y transferencias extraordinarias que se hacen por este concepto estarían sirviendo para atender otras necesidades imperiosas.



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