Historias

Benazir Bhutto, el asesinato de los 15 años

2008-01-04

¿Quién mató a Benazir Bhutto? La élite de Pakistán que...

Por George Chaya, Diario de América

 
La ráfaga de balas del Kalashnikov utilizado por el terrorista islámico que la mañana de ayer ponía fin a la vida de Benazir Bhutto ponía punto y final también a una vida heroica bañada de sangre y polémica. 

Benazir fue la primera mujer que ocupó una cartera de premier en el mundo musulmán, habiendo sido además elegida democráticamente. Se exilia en Londres durante más de una década a causa de acusaciones de corrupción, y cuando finalmente regresaba en octubre para encabezar visiblemente la oposición política al presidente Pervez Musharraf, era ya blanco de un ataque terrorista con dos coches bomba detonados en la manifestación multitudinaria organizada para recibirla. Más de 140 personas fueron asesinadas, pero la líder opositora salió ilesa y se dedicó por completo a la campaña política de cara a las elecciones que se celebrarían el 8 de enero.

Asesorada por sus fieles, Bhutto entendió como nadie que aun a riesgo de su vida, no podría prescindir de realizar actos públicos con sus partidarios. "No seremos disuadidos", expresaba con valentía y enérgicamente en aquel momento. Su padre, Zulfikar Ali Bhutto, descendiente de una familia acomodada de terratenientes del sur de Pakistán y fundador del PPP (Partido Popular de Pakistán) fue presidente y luego primer ministro del país antes de ser derrocado en un golpe militar en 1977. Dos años después fue ejecutado por el gobierno del general islamista Zia-ul Haq. Un año más tarde, su hermano mayor, Shahnawaz, murió en circunstancias misteriosas - pero claras - en Francia: fue envenenado. 

Benazir Bhutto había estudiado políticas y gestión en Harvard y Oxford. Regresó a Pakistán tras la muerte de su padre para seguir trabajando en política. Fue detenida varias veces antes de exiliarse a Inglaterra en 1984. Dos años después volvía y lideraba manifestaciones en pro del retorno de la democracia. Mujer bella, inteligente y carismática, llevó a su partido a una victoria en los comicios y se convirtió en la primera mujer gobernante de un país musulmán. Lo habría hecho de nuevo el año que viene, y ese ha sido su crimen.

Su primer mandato se vio ensombrecido por denuncias de corrupción y enfrentamientos con la élite del poderoso ejército paquistaní. Su gobierno fue destituido 20 meses después de llegar al poder, pero sale elegida de nuevo en 1993, y entonces comienza un asesinato que culminaba ayer, pero comenzaba 15 años antes. 3 años después de volver al poder, su hermano Murthaza era asesinado en un tiroteo por agentes del ejército vestidos con el uniforme de la policía de Karachi. El esposo de Bhutto, Asef Ali Zardari, llegó a ser acusado del homicidio, y tan sólo 8 años más tarde la magistratura descubría que no había ninguna prueba. Benazir acusó al presidente Faruk Leghari de estar relacionado con la muerte de su hermano Murthaza, y Leghari destituyó en ese momento su segundo gobierno en medio de nuevas alegaciones de gestión poco clara del dinero público. Ella se presentó a un tercer mandato, pero perdió ante su principal rival, Nawaz Sharif. Era 1996.

Bhutto abandonó Pakistán en 1999, poco antes de que un tribunal le prohibiera dedicarse a la política. El veredicto fue posteriormente anulado, pero a pesar de los riesgos Bhutto permaneció desafiante hasta el final. Minutos antes de su muerte, en su ultimo discurso ante sus seguidores, proclamaba: "¡Bhutto está viva! ¡Bhutto está viva!". 

¿Quién mató a Bhutto? es la pregunta del momento. ¿Y quién envenenó a su hermano en París, hizo que el ejército se disfrazara de policía para acribillar a su otro hermano, quién - en definitiva - viene exterminando a la familia de la casi-premier paquistaní desde los años 90? 

En los próximos días Pakistán vivirá sin duda disturbios, que servirán al exgeneral Musharraf para recaudar más dinero de Washington y tal vez declarar otro estado de excepción, sabedor de que las elecciones del año que viene ahora le están abiertas de par en par. Puede que se nos presenten a un grupo de desgraciados ante las cámaras de CNN como autores materiales indiscutibles del atentado, en un proceso de investigación tan limpio como el que encarceló 8 años a su marido para "descubrir" que no había ninguna prueba en su contra. Pero en Oriente Medio las paredes oyen, y en Karachi todo el mundo sabe que Benazir Bhutto fue asesinada momentos después de su mitin político por un islamista suicida enviado por el brazo local de Al Qaeda. El mismo brazo local tan infiltrado en el ejército paquistaní que casi ya no hay ejército paquistaní.

El Presidente Musharraf responsabiliza a "los extremistas islámicos" (sabedor de que no puede concretar más sin provocar las iras de Washington por su ausencia de lucha contra los Talibanes) y dice que -- ahora - redoblará sus esfuerzos para combatirlos. "Esto es obra de los terroristas con los que mantenemos una guerra", manifestaba hace escasas horas en un discurso televisado. Los Talibanes controlan regiones enteras de Pakistán con el beneplácito del exgeneral. La retórica hueca no es exclusiva de "los socios de paz" palestinos.

Nawaz Sharif, el líder de un partido rival de la oposición y cercano a los Talibanes, exigía la inmediata renuncia de Musharraf y anunciaba que su partido boicoteará las elecciones. La Liga Musulmana de Pakistán también anuncia lo mismo, pero nadie cree que con Bhuto muerta, la transición paquistaní a la democracia vaya a tener algún sentido. Por otra parte, los partidos antidemocráticos de origen islamista no necesitan excusas para boicotear unas elecciones, máxime alteradas por otro islamista suicida. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

El ataque islamista mató algo más que la persona de Benazir Bhutto; probablemente haya asesinado la opción de democracia moderna que se esperaba en ese convulso país. Pero sobre todo, la bomba de ayer muestra que es imposible pacificar chamberlianamente una nación tan atormentada por la violencia islámica, y además se abre un interrogante peligroso respecto de la estabilidad nuclear cuando un gobierno como el paquistaní, que dispone de armamento de ese tipo, se muestra incapaz de prestar la seguridad más elemental ya no en las instalaciones nucleares, sino en la calle. 

¿Quién mató a Benazir Bhutto? La élite de Pakistán que conservará el poder en el 2008.



LLG

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