Policrato Philodemos

Seguridad nacional y empresas trasnacionales

2008-02-02

El rápido desarrollo de la economía globalizada y el consecuente acercamiento entre...

¿ Filantropía y patriotismo en el "Libre mercado" ?

En los negocios no existen los valores,
pues su naturaleza y sobrevivencia
descansa en el lucro o la estafa.

El desarrollo acelerado de la tecnología ha hecho posible una mayor comunicación en el escenario mundial, acercando a todos los seres humanos y haciendo posible un mayor intercambio de todas sus actividades, cuya consecuencia más importante se ha dado en el ámbito del comercio internacional, y en el desplazamiento de las grandes empresas industriales y manufactureras hacia los países más pobres, en donde al encontrar mano de obra más barata para la producción, les ha permitido optimizar notablemente sus ganancias, mismas que  bajo las leyes del libre mercado y la generalización de los tratados de libre comercio existentes, salen del país en donde se generan para ser concentradas en los lugares donde tienen sus sedes estas empresas, provocando una sangría de capital que empobrece a las naciones en que se establecen.

Si bien es cierto que en muchos países pobres y subdesarrollados esta inversión extranjera que les llega, en forma de empresas maquiladoras o como comercializadoras trasnacionales, es vista y aceptada con beneplácito ya que al corto plazo les sirve como una válvula de escape al problema del desempleo por crear fuentes de trabajo, también es cierto que en el largo plazo se convierte en un nuevo problema al adueñarse de la economía (producción de bienes, de servicios, o de la comercialización), del área en donde se instala y de donde se llevan las ganancias al exterior, además de no contribuir al desarrollo tecnológico, científico o social del lugar, pues la tecnología y equipamiento que utiliza es traída del exterior, procurando mantenerla de manera exclusiva para la empresa sin compartirla con el país hospedero, con el riesgo latente de que en el momento en que encuentran otro paraíso salarial más conveniente, estas empresas emigran hacia él llevándose maquinaria, instalaciones y tecnología al nuevo lugar, ya que la característica principal de las empresas trasnacionales es el carecer de arraigo en sitio alguno, pues su lealtad es al dinero y su objetivo siempre será buscar la manera de obtener el mayor lucro posible, sin que les importe la forma, el lugar, ni la sociedad en donde se instalan para lograrlo, siendo raras las excepciones de compañías extranjeras trasnacionales que emigran para instalarse de manera permanente en un país, con la intención y planes de empatar su futuro desarrollo con el desarrollo de quien los acoge y para participar en el mismo, como ocurrió en el pasado cuando hubo emigraciones masivas de capitales e industrias, que se vieron forzados a huir de los conflictos bélicos en sus tierras de origen.  

El rápido desarrollo de una visión económica globalizada y el consecuente acercamiento entre distintas culturas y países con profundas asimetrías tecnológicas, además de estar creando una estandarización globalizada inductora de modas y necesidades superfluas, está dejando como secuela de estas actividades un sincretismo cultural que diluye identidades nacionales, tradiciones y costumbres, ya que al estar orientado por la mercadotecnia y el mayor lucro posible, su finalidad será siempre inducir y alentar el consumismo masivo y el desperdicio, lo que generalmente tiene consecuencias ambientales catastróficas al crear actitudes depredadoras del medio ambiente.

Dentro de este panorama también existe un riesgo latente para la seguridad nacional, que generalmente pasa inadvertido para los países hospederos, como lo es el hecho de que las empresas trasnacionales que se instalan, siempre acuden con grandes inversiones respaldadas desde sus matrices extranjeras, invadiendo el mercado con precios subsidiados ( "prácticas dumping" ), y acostumbran adueñarse de los mercados locales utilizando prácticas desleales y monopolistas que los convierten en comprador único (monopsonio), para imponer precio a lo que adquiere y para desplazar a los productores e intermediarios nacionales, apropiándose de este modo de los mercados de la región en un muy alto porcentaje, cuyas consecuencias se advierten de inmediato en la influencia creciente que adquieren sobre las economías nacionales, con lo que convierten, de facto, a los gobiernos del país hospedero en servidores forzados de sus intereses; o peor aún, como ha sucedido en el pasado, que cuando estos inversionistas sienten amenazados sus intereses o pretenden mayores beneficios, acuden de inmediato a pedir apoyo y protección de los gobiernos en sus países de origen, que al ser atendidos provocan los conflictos que generalmente se resuelven con la imposición de sanciones catastróficas ( económicas, políticas o militares ), para el país que los alberga como ha sido el caso de Irak, país invadido por los EE. UU. durante la administración del presidente Bush jr. para así poder adueñarse de su producción petrolera.

Uno de los casos más notorios de este tipo de prácticas soterradas y desleales de las empresas trasnacionales, es el de una comercializadora con sede en los EE.UU. ( según analistas financieros es la mayor empresa en el mundo ), cuyos intereses están distribuidos en varios países y que hace pocos años se instaló en México, donde a través de prácticas no muy claras y notoriamente monopólicas, ha logrado irse adueñando de tiendas departamentales y establecimientos de servicios, lo que según analistas y publicaciones especializadas, le ha llevado a tomar el control de más del 50% de la comercialización que se hace en nuestro país, incluyendo el mercadeo de alimentos y artículos de primera necesidad, así como a imponer sus propias reglas ( algunas que son violatorias de las leyes mexicanas ), como es la de exigir que sus empleados renuncien al derecho constitucional de formar o adherirse a un sindicato de trabajadores, la imposición de reglas leoninas a sus proveedores sobre tiempos de pago, el transporte obligado de mercancías en su sistema logístico y al precio que impongan, así como la de ofertar descuentos al público castigando los precios de las industrias que los abastecen sin merma de sus ganancias, entre otras muchas imposiciones que puede hacer un dueño y comercializador único del mercado.

Si aceptamos el concepto de "Seguridad nacional" y lo entendemos como "La situación de paz, estabilidad social y económica, y la ausencia de amenazas externas, necesarias para garantizar la sobrevivencia de una nación y asegurar su desarrollo armónico en todos los órdenes", tendremos que aceptar también que todo aquello que obstaculice esta situación descrita en esta definición, deberá ser considerado y constituir una amenaza para la seguridad nacional.

Quiero señalar que lo anteriormente expuesto no significa, de ningún modo, que el autor de este ensayo esté en contra de la inversión extranjera ni del intercambio comercial globalizado, sino que pretende alertar sobre los riesgos a que se expone la nación, cuando atendiendo a las exigencias de los organismos financieros internacionales ( como son el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, quienes a nombre del neoliberalismo globalizado defienden a ultranza un supuesto e inexistente "libre mercado"  ),  se cede abriendo las puertas de nuestras fronteras sin establecer límites precisos y controles a la inversión extranjera en el país, dejando desamparados a sus homólogos nacionales ante una competencia desleal ( como ha pasado con la industria refresquera mexicana, por citar un ejemplo evidente ), y permitiendo que los inversionistas extranjeros desarrollen una capacidad económica o comercial ( y por ende, de control político ), mayor que la de nuestros empresarios nacionales o la del propio gobierno.

Como colofón a todo lo expuesto y en un ejercicio de imaginación, para dimensionar el tamaño del riesgo a la seguridad nacional de nuestro país, supongamos que la empresa trasnacional establecida en México, que comercializa más del 50% de los productos alimenticios de primera necesidad, ropa y artículos hogareños que cotidianamente se consumen en el país, entrara en conflicto con las autoridades por negarse a acatar las disposiciones legales y decidiera cerrar todos sus establecimientos como una forma de presión para doblegarlas a su voluntad e interesesÂ… ¿ Acaso no provocaría un gran desabasto alimentario y generaría un caos con repercusiones políticas, económicas, y sociales ?... ¿ Acaso lo anterior no representaría un problema de seguridad nacional ?



JMRS
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