Increiblemente Cierto

Petróleo: autonomía o sometimiento

2008-06-12

La histeria de los países consumidores se revela en artículos internacionales...

Manuel Bartlett Díaz, El Universal

El precio del petróleo generó una crisis mundial. El tema está en los medios internacionales. Divide a los países en productores o consumidores; éstos en diferentes tonos exigen mayor producción para ellos y menos precio, pero la balanza del poder no está de su lado. Bush exige a Arabia Saudita más producción con amenazas, el rey Abdullah lo rechaza y le señala que no es sólo crecimiento de la demanda sino la economía deficitaria de Estados Unidos y su geopolítica.

El Financial Times de Londres editorializa el 16 de mayo: "Es tiempo de convocar al Grupo de los Ocho con tres objetivos: impulsar la eficiencia para reducir la demanda; la inversión para aumentar la oferta, y asegurar el reciclamiento de los billones de dólares que reciben los productores de los consumidores, de regreso a los consumidores". Una de las formas que propone es "un acuerdo entre las compañías nacionales, como Pemex en México y las compañías como Chevron y British Petroleum. Un grupo tiene petróleo y el otro tecnología y experiencia". Suena conocido. Los ocho se reunieron el 8 de junio y pese a exigencias de presiones para someter a los productores, con lenguaje diplomático propusieron lo mismo: más producción, menos despilfarro. Respecto a los productores se mencionaron los subsidios a las gasolinas, que ya no soportan los países en desarrollo, arriesgando inestabilidad social.

La histeria de los países consumidores se revela en artículos internacionales catastróficos: "será el dislocamiento financiero", "la caída del nivel de vida", sostenidos durante años por el bajo precio del petróleo, o sea, la constante transferencia de riqueza de los productores a los consumidores.

La situación apunta al fortalecimiento de los petroleros: Arabia Saudita, Rusia, que reunió esta semana a todos los directores de las petroleras occidentales en el primer informe del presidente Medvedev. Ahí estuvieron pese a acciones renacionalizadoras, conflictos locales con British Petroleum, con Shell y a la airada declaración del director de Exxon de que en Rusia no hay respeto a la ley.

En México la balanza del poder hacia los petroleros no nos beneficia. El gobierno ha decido seguir los dictados de los poderosos aunque estén hoy en desventaja. Apegado al Financial Times, el proyecto es producir más para ellos sin tomar en cuenta las reservas ni el aprovechamiento máximo nuestro. Eso es lo que significa que Carstens insista en que no tenemos recursos pese al elevado precio del petróleo porque se nos va —se recicla— en importación de gasolina y gas. No hacen nada pese a la urgencia para corregir esta situación absurda sólo explicable por compromisos de gobierno de no hacerlo, y de refinar en su caso como lo propone Calderón con empresas extranjeras en México para cederles las ganancias y el destino del producto.

La preocupación del director de Exxon sobre el respeto a la ley en México no inquieta, el contratismo que tratan de imponer sólo "le da la vuelta a la ley", el legalismo transnacional es circunstancial.

La crisis mundial no altera a Calderón, el proyecto está decidido y de permitírselo el Congreso, nuestra industria petrolera será colonizada y convertida en "recicladora" de dinero hacia Estados Unidos, fortaleciendo su economía en lugar de la nuestra. Tendremos menos recursos para combatir la pobreza y ellos tendrán más para reforzar la infame muralla fronteriza levantada para detener a los pobres; ellos no serán reciclados, sólo el dinero del petróleo.

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Ex secretario de Estado



EEM

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