Policrato Philodemos
El matón filantrópico
¿Negociaciones de paz?...... ¿O de sometimiento?
Resulta ofensivamente cínico, y grotesco por lo canalla e hipócrita, el lenguaje "diplomático" empleado por el binomio norteamericano-israelita clamando un "cese al fuego", solo que dirigido a las víctimas del genocidio que ellos mismos están cometiendo en Líbano, lo que es un verdadero insulto a la inteligencia de las naciones civilizadas a las que, arrogantemente, no les conceden alguna capacidad de razonamiento, apostando a que padecen de una falta de memoria histórica sobre las agresiones e intereses petroleros que dieron origen a la formación del estado judío, que hoy conocemos como Israel, y a la destrucción de las nacionalidades y pueblos que tenían más de 2000 años asentados en esta región del planeta.
Este tipo de diplomacia canallesca nos recuerdan en México a los métodos y lenguaje usado por los hampones secuestradores, cuando inician las "negociaciones" para que los familiares de sus víctimas les paguen un rescate, mientras que en el interludio de este infame trato les envían una oreja o dedo del secuestrado para intimidarlos y como confirmación de que lo tienen en su poder.
Antes de analizar las sinrazones y características de la brutal agresión que perpetra Israel contra el estado Libanés, se hace indispensable recordar la forma como se dio la colonización del Medio Oriente por el Imperio Británico a finales del Siglo XIX y principios del XX, así como el papel que jugó en este drama el movimiento sionista representado por Teodoro Herzl, el Histadrut, y el Mapai, así como la declaración de Lord Balfour sobre el apoyo británico para la creación de un "hogar nacional" para el pueblo judío en Palestina, movimientos y declaración que incidieron para una balcanización absurda, y mañosamente conveniente, que con la instauración del Estado Judío desestabilizó políticamente la rica región petrolera del Medio Oriente, y cuyos resultados han sido la destrucción de las naciones Palestina y Kurda.
La cada vez mayor importancia del petróleo para cubrir las necesidades energéticas del mundo actual hiper industrializado, ha convertido al Medio Oriente en una zona geoestratégica de vital importancia para la hegemonía norteamericana, heredera y sucesora del Imperio Británico desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y única superpotencia militar y económica predominante desde la desaparición de la Unión Soviética, al término de la llamada "Guerra Fría" al principio de la década de los 90 del Siglo pasado, potencia hegemónica que se ha auto designado un "destino manifiesto" para regir y decidir el futuro, a cualquier precio y pasando por encima de sus propios principios democráticos, de las demás naciones que pueblan nuestro planeta, y en el caso del Medio Oriente, utilizando como su peón de ajedrez y cuña desestabilizadora al Estado de Israel, quien debe su creación, desarrollo militar con armas de destrucción masiva, poderío económico, y permanencia, al irrestricto apoyo norteamericano.
Lo anterior explica claramente las dos guerras intervencionistas de los E.U. en el Golfo Pérsico, organizadas por la dinastía Bush, así como los conflictos con Siria (nación a la que Israel, apoyado por la "nomenklatura" norteamericana, le incautó como botín de guerra, el territorio de las alturas del Galán, principal fuente de agua de la región y nacimiento del Río Jordán), y la amenaza que mantiene sobre el régimen islámico de la república de Irán, así como la desgracia de la nación libanesa, que siendo un país de muy pequeño territorio y con unas fuerzas armadas menos que simbólicas ante el poderío militar israelí, está sirviendo de "chivo expiatorio" y pretexto para desestabilizar la región, al ser atacada militarmente y destruida, como provocación y advertencia hacia los demás países árabes que lo circundan (los que curiosamente poseen grandes recursos petroleros), para que se sometan a los dictados de la "nomenklatura" norteamericano-judía, en abierto desafío a la comunidad internacional, representada por la ONU, y utilizando una retórica belicista cínicamente descarada, acompañada de actos criminalmente abusivos que han dejado una secuela de ciudades inermes destruidas y asesinatos de la población civil, bajo el pretexto baladí de "combatir el terrorismo", siguiendo la inmoral doctrina "Bushiana" de "guerra preventiva", actos que hacen palidecer a las atrocidades cometidas durante la "blitzkrieg" nazi-fascista cuando invadieron Polonia, en los albores de la Segunda Guerra Mundial.
El cinismo y el doble lenguaje de la diplomacia norteamericana se manifiesta en toda su crudeza, cuando después de cometer los más grandes crímenes (que muestran ante el mundo su verdadera naturaleza gansteril), la "nomenclatura" norteamericana, aliada de los intereses hegemónicos trasnacionales, busca lavarse la cara ante el mundo y al mismo tiempo aplacar su mala conciencia, publicitando en el escaparate de la que considera "su aldea global", algunas obras filantrópicas de sus millonarios, o divulgando en la televisión satelital su preocupación por el maltrato a los perros o gatos que utilizan como mascotas, y/o criticando en países ajenos la violación de los derechos humanos, mientras que en sus prisiones clandestinas distribuidas fuera de su territorio encierran y torturan a los prisioneros, que capturan por sospechas en territorios de países amigos (violando sus soberanías), y sin darles derecho a un juicio legal.
La tragedia del pueblo libanés es el estar situado en las cercanías de las fuentes de petróleo más importantes del planeta, en la frontera Norte de Israel, y en estar militarmente inerme, situación que lo hace un blanco perfecto para desestabilizar la región . Al menos mientras el binomio norteamericano-israelí goce de la indiferencia o cobardía cómplice de la comunidad internacional, que de esa manera estará entregando su futuro a la hegemonía abusiva de los E.U.
JMRS
