Policrato Philodemos

Traición a la patria

2006-08-16

Cabe señalar, como antecedente necesario y descriptivo, que dicho individuo pudo alcanzar la...

Recurso desesperado de un frustrado paranoide

"El narcicista iluminado es capaz de incendiar al mundo para satisfacer su ego enfermizo"

El juego enfermizamente provocador hacia las autoridades encargadas del orden constitucional de la República, que ha elegido como estrategia para hacerse del poder el señor Andrés Manuel López Obrador (candidato perdedor en las elecciones presidenciales del 2 de Julio pasado), parándose en cada uno de los lados de la raya democrático-legal que divide el ejercicio de un derecho ciudadano con la realización de actos delicuenciales, según vaya conviniendo a sus intereses y a las circunstancias que se van presentando, a ciencia y paciencia de las autoridades encargadas de mantener el estado de derecho.

Cabe señalar, como antecedente necesario y descriptivo, que dicho individuo pudo alcanzar la candidatura presidencial de su partido político (que es el P.R.D.), pasando por encima de la democracia interna del mismo, envenenando y destruyendo la estructura y principios ideológicos que lo sustentaban como expresión de un grupo de izquierda, para después treparse sobre los despojos del partido que lo acogió, y que actualmente utiliza como instrumento desestabilizador del orden constitucional, para así lograr sus ambiciones personales, demostrando de esa manera que está muy lejos de una posición izquierdista y menos aún patriótica, como lo demostró al buscar apoyo de organizaciones extranjeras para hacerse del poder, circunstancia que lo exhibe como un arribista apátrida que se ha incrustado en la política mexicana, utilizando falsamente un discurso demagógico presuntamente izquierdoso.

Lo anterior ha quedado claramente en evidencia durante el ejercicio autoritario y manipuladoramente abusivo de las esperanzas, de quienes lo creen la reencarnación del mesías que los redimirá mágicamente de la miseria, mientras que bajo la droga de su megamelomanía autocomplaciente, no se ha dado cuenta (o no le ha importado), que ha cometido el delito de “Traición a la patria” cuando, a través de su enviado a los E.U., Manuel Camacho Solís, pidió el respaldo y apoyo de organizaciones extranjeras en dicho país (tal y como lo declaró ampliamente el periódico norteamericano “New York Times”),  para llevar a cabo su proyecto, que consiste en desconocer el orden constitucional del Estado Mexicano, así como anular a las instituciones encargadas de hacerlo cumplir, proyecto que ha expresado repetidamente en sus arengas durante las “asambleas informativas”, a las que convoca en la Plaza de la Constitución, Zócalo, de la Ciudad de México.

El citado delito de “Traición a la Patria” que ha cometido Andrés Manuel López Obrador está tipificado en el Artículo 123, del Código Penal Federal, que a la letra dice (sic.) “Se impondrá la pena de prisión de 5 a 40 años y multas hasta de 50,000 pesos al mexicano que cometa “Traición a la Patria” en alguna de las formas siguientes:

II.- Tome parte en actos de hostilidad en contra de la Nación, mediante acciones bélicas a las órdenes de un Estado extranjero o coopere con éste en alguna forma que pueda perjudicar a México.

VI.- Tenga, en tiempo de paz o de guerra, relación o inteligencia con persona, grupo ó gobierno extranjeros o le dé instrucciones, información ó consejos, con objeto de guiar a una posible invasión del territorio nacional ó de alterar la paz interior”.

Precepto legal en el que se encuadran perfectamente la conducta seguida por el “Mesías Tropical”, que así busca “redimir” su apetito enfermizo de poder, argumentando falazmente que lucha por la “democracia” (aquella que el interpreta de manera conveniente), y por el “bienestar de todos”, especialmente el de su desmedido ego paranoide, que de no constituir un verdadero peligro para la estabilidad de la república, sería motivo de risa por lo grotescamente falaz y políticamente sobreactuado.

¿Hasta cuando la mesura y tolerancia gubernamental puede admitir esta parodia “democratizante”, sin que conduzca al país para que cruce la línea de no retorno, precipitándolo al abismo del caos social que provocan la anarquía y la ingobernabilidad?.... Las autoridades federales tienen la palabra para darnos una respuesta, dado que el gobierno de la Ciudad de México ilegalmente (debido a las responsabilidades inherentes a su investidura y autoridad), se ha declarado inoperante al respecto, por estar abiertamente subordinado y al servicio cómplice del señor López Obrador. 

Como colofón a este artículo y demostración del desprecio que tiene hacia las leyes y hacia los derechos de la ciudadanía el grupo formado por la “Coalición por el bien de todos” (encabezado por el señor López Obrador y sus secuaces incondicionales), en su esfuerzo por trastocar el orden constitucional, nulificar a las instituciones republicanas y hacerse del poder ejecutivo, cabe señalar, como ejemplo paradigmático el virtual asalto al palacio legislativo de San Lázaro intentado por un grupo de diputados del P.R.D., seguido por una turba de seguidores acarreados, quienes a nombre de una abusiva “libertad de expresarse” pretendían sitiar la entrada principal a la Cámara de Diputados, con uno de sus llamados plantones, en un acto manifiesto de provocación a las fuerzas del orden, que a solicitud de la propia Presidencia de la Cámara de Diputados se encontraban resguardando los alrededores del Palacio legislativo, plantón que tenía como finalidad evidente, dada la cercanía del evento, impedir el acceso del Presidente de la República a dicho recinto el próximo día 1 de Septiembre, en donde por ley, tendrá que cumplir con su informe oficial a la soberanía del pueblo mexicano, bloqueo que afortunadamente las fuerzas del orden pudieron abortar, y de esa manera simultáneamente aseguraron también el derecho de libre tránsito para la ciudadanía.

En esta acción provocadora hacia los poderes Legislativo y Ejecutivo, fueron notorias las contradicciones a su cargo y representación en que incurrieron los diputados del Partido de la Revolución Democrática, participando activamente como agitadores profesionales en un acto violatorio de la legalidad, como es el cerrar los accesos a la Cámara de Diputados, legalidad que ellos mismos han determinado como legisladores, y que por dicha razón debieran ser los primeros en respetar como ejemplo de civilidad para la ciudadanía que dicen representar, pero que demostraron despreciar en los hechos en aras de un protagonismo enfermizo que pretendió escudarse en un abusivo uso del fuero constitucional, que en este caso fue usado para violentar la ley, y no como protección para el ejercicio de sus altas responsabilidades como legisladores al servicio de la ciudadanía, lo que aparentemente, a la luz de estos acontecimientos, están muy lejos de cumplir y de respetar.



AAG
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