Campirano

Jóvenes conscriptos: segadores de mariguana

2009-06-18

El Ejército mexicano está invitando a los nuevos conscriptos a participar durante un...

José Manuel Linares, El Periódico de México

El ingeniero agrónomo Héctor Pedraza Olguín, candidato a diputado por el Partido Revolucionario Institucional, recorre los municipios hidalguenses con una sola idea en la cabeza: dice que a México le urge una "reforma agraria" para terminar con esta violencia, que cada día es más grave, y que es necesario erradicar los vicios, como el alcoholismo y la drogadicción, que padecen sobre todo los jóvenes, además de acabar con la explotación y la migración en el campo mexicano.

Asegura que esa reforma podría hacer que México consiga o recupere la soberanía alimentaria de antaño, cuando el país producía el maíz que consumía o era gran exportador de azúcar u otros productos del campo.

Pero su idea está muy alejada de las grandes decisiones del gobierno en turno. Los campesinos se transforman en migrantes no sólo por la crisis económica, sino por falta de apoyos o por la tardanza en que llegan los incentivos para impulsar a este importante sector de la economía, que a pesar de todas las crisis es el único que mantiene un crecimiento sostenido en lo que va de la década, según datos del Foro de Desarrollo Agropecuario y Forestal que organizó la Fundación Colosio la semana pasada en Tamaulipas.

Sabemos que el combate al narcotráfico no sólo se da en las ciudades, con el choque frontal, a veces, del Ejército o la policía contra los cárteles de las drogas que ya sentaron sus reales en la geografía nacional. Hay un terreno mucho más escabroso, literalmente, donde al parecer hacen falta más manos, además de las castrenses.

Los grandes sembradíos de mariguana o amapola que pintan las sierras o las montañas del país se han convertido en un gran dolor de cabeza para los soldados que participan en la erradicación de estos cultivos. Las nuevas técnicas de producción de enervantes hacen más difícil su destrucción. Un día destruyen un plantío, y al otro día aparecen dos, o tres.

Es por eso que el Ejército mexicano está invitando a los nuevos conscriptos a participar durante un mes en las campañas de erradicación de mariguana en las peligrosas sierras del país, a cambio de una compensación económica y liberarse de asistir todos los sábados al servicio militar obligatorio por lo que queda del año. Oferta tentadora para los jóvenes mexicanos, quienes recibirían dos meses de entrenamiento para ir a los campos a destruir mariguana y amapola.

¿Es este el futuro de las nuevas generaciones: prestar sus manos y convertirse en segadores de mariguana?



EEM

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