Policrato Philodemos

Dispersión y Caos

2006-09-01

Debido a que el hombre se diferencia de las bestias por tener historia y cultura, este temor de...

La ruptura de las sociedades

El secreto de cualquier relación humana descansa en la reciprocidad de  las conductas.

Las leyes de la naturaleza son las mismas en todo el ámbito del universo y en estas quedan incluidas aquellas que gobiernan y explican la conducta de los hombres y de las sociedades que forman.

Con la afirmación anterior quiero decir que las leyes de la física y la mecánica son también aplicables a las conductas sociales, como trataremos de demostrar en los siguientes párrafos.

Desde la escuela elemental nos enseñan en las clases de física las leyes de newton, siendo una de las mas conocidas la ley de la inercia que establece "a toda acción corresponde una reacción de la misma intensidad y con sentido contrario", lo que nos indica que los cuerpos tienden a conservarse en el estado en que se encuentran, a menos que exista una fuerza que lo modifique.

Ahora veamos cual es su similitud y aplicación en el cuerpo social así como en la relación entre las personas.

Dice la sabiduría popular que se divulga a través de los refranes, "el que siembra vientos, cosecha tempestades", o sea que cada quien recibe en la vida el resultado de sus actos previos, en una confirmación de que toda causa produce un efecto; podríamos ejemplificarlo observando y analizando la actitud que asume todo aquel que se ve amenazado o agredido por otro: si tiene suficiente fuerza o armas, se defiende anulando a quien lo amenaza o repeliendo la agresión, acciones en las cuales puede provocar un daño al agresor, de la misma naturaleza y contrario al que estaba destinado para el. Si carece de fuerza o poder suficiente para evitar el daño, buscara protegerse para sufrir lo mínimo y esperara a cobrar venganza del agravio que recibió, en donde se vuelve a comprobar que a toda acción corresponde una reacción de la misma naturaleza y con sentido contrario.

De la misma manera vemos que las acciones bondadosas, los favores y la cortesía, desencadenan como causas, reacciones de la misma naturaleza e intensidad en sentido opuesto, esto es, una buena acción obliga de alguna manera a quien la recibe a comportarse agradecido con quien la hace, aunque las divergencias de carácter entre las personas pueden matizar de alguna manera la intensidad y naturaleza de la respuesta.

Lo descrito en los párrafos anteriores es materia de experiencias cotidianas y del conocimiento de todos, pudiéndose deducir de ellos que la segunda ley de newton también describe una parte de la conducta humana, aunque tratándose de las relaciones sociales seria mas conveniente y descriptivo llamarla " la ley de la reciprocidad ", pues la bondad y la fraternidad nos lleva a respuestas bondadosas y solidarias, la justicia a respuestas respetuosas de la ley y la malevolencia, el abuso, el engaño o la infamia nos provocan respuestas de la misma naturaleza en contra de quien o quienes la provocan, iniciándose así una espiral de violencia que se retroalimenta a si misma, que provoca reacciones cada vez mayores y que dispersa o destruye el cuerpo social, por aumentar la desconfianza, el recelo y la agresión entre las personas que lo componen, en un caos en el que todos pierden.

Por otro lado, así como en la materia existe la inercia que se resiste a los cambios de estado, también en las sociedades se hace presente la inercia, pues los grupos sociales se resisten a cualquier cambio en su naturaleza o normatividad, solo que los estudiosos de la sociología lo llaman conservadurismo o amor a la tradición.

Al igual que en la física de la materia, la inercia en las sociedades aumenta con la dimensión del cuerpo social, pues resulta mas fácil cambiar la naturaleza de pequeños grupos sociales  que a grandes núcleos de población establecidos y asentados por largo tiempo, los que se resisten a todo cambio amparados en la defensa de las normas o costumbres conocidas y que llamamos tradiciones.

Detrás de toda esta argumentación se encuentra el instinto de conservación y el miedo a lo desconocido como reacción protectora de un sistema o de la especie.

En los animales que viven en libertad, podemos observar que cuando nace algún individuo que presenta impedimentos o diferencias con los de su grupo, este es sacrificado o abandonado a su suerte en el mejor de los casos, en una reacción instintiva que mantiene a la especie a salvo de los cambios y asegura su sobre vivencia.

En los hombres sucede lo mismo, solo que este esquema se amplia al terreno de la cultura.

En todas las sociedades se tiene una visión etnocéntrica de la raza humana, en donde se considera como arquetipo de perfección al hombre que tiene atributos de color, estatura y morfología semejantes a los del grupo al que se pertenece y que se ha idealizado como el mejor de la raza humana, razón por la que en una población de blancos se cuestiona la presencia de negros o amarillos, puesto que son diferentes al tipo que se considera normal en ese grupo social y perturban la idea que se tiene de lo que es el hombre, con el riesgo de que se puedan mezclar y "degradar" a la "raza"; de la misma manera en un grupo de chinos o japoneses se recela la presencia de otras "razas" entre ellos.

Debido a que el hombre se diferencia de las bestias por tener historia y cultura, este temor de "contaminación" y peligro de cambio en el cuerpo social.- sea este de naturaleza étnica, política o religiosa.- da origen al rechazo instintivo de todo aquel que muestre ser distinto y que se suma al rechazo que provocan las diferencias físicas y morfológicas.

La historia de la humanidad es rica en ejemplos de lo que se dice en los párrafos precedentes, siendo los mas relevantes por su infamia la esclavitud y discriminación de las razas de color en los países de blancos, la quema de brujas y herejes en el medioevo, el sometimiento de las minorías culturales y étnicas y las muestras de intolerancia criminal en un pasado reciente, que culmino en los ghettos, en los progroms y con el holocausto de los judíos en tiempos de la Alemania nazi.

De la misma manera se margina a todo aquel que destaca por su inteligencia como es el caso de los genios, se encierra o se destierra a los que piensan diferente y que pueden ser factores de cambio social, o se aísla a quienes acusan deficiencias mentales, pues la inercia de la sociedad que provoca el miedo a todo cambio y que ha inventado como defensa a ello el termino "tradición", alcanza a todo aquel que se sale de la condición que se ha idealizado como "normal" y que condena y limita a quienes pueden destacar, ajustándolos a la mediocridad del "común de la gente", siendo ese el objetivo primordial de todo sistema educativo que no ha entendido que existen diferencias de capacidad intelectual entre las personas y no se puede.- ni se debe.- limitar el desarrollo de quien es mas inteligente, tal parece que se ha olvidado que la diversidad cultural y étnica es un factor de enriquecimiento y progreso y no un obstáculo para alcanzar al arquetipo del hombre universal, para de esa manera lograr un progreso mas humanizado y la fraternidad entre todos los que componen la raza humana.

Tal es el origen del caos y de la dispersión que separa a los hombres en el mundo, la causa de la discriminación racial y del rechazo y agresión contra quienes muestran diferencias de alguna naturaleza, como son los genios, los locos, los raros, los negros o los judios, dependiendo lo anterior de la sociedad a la que nos estemos refiriendo, pues tal parece que el hombre esta destinado a la mediocridad del monton o a la discriminacion cuando se sale de ella, siendo esa la razon por la que todo innovador cientifico, social o religioso empieza siendo tratado como delincuente, hasta que triunfa su causa y se convierte en ejemplo para los demas en un nuevo orden social que se establece.



AAG

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