Anecdotario
La idea feliz de Einstein
Charlie Chaplin recuerda una cena en su casa de California, en 1926, en la que estuvieron presentes Einstein, su segunda esposa y otros dos amigos de Chaplin. Durante la cena, la señora Einstein le contó la historia de la manaña en que Einstein concibió la teoría de la relatividad.
Ella le dijo lo siguiente: El doctor, como de costumbre, bajó en bata para tomar el desayuno, pero apenas probó bocado. Pensé que algo iba mal, así que le pregunté qué era lo que le preocupaba. «Querida - me dijo -, tengo una idea maravillosa». Y tras tomar el café, se dirigió al piano y empezó a tocar. Se interrumpía constantemente, tomaba algunas notas y luego me decía: «tengo una idea estupenda, maravillosa». Yo le dije: «entonces, por el amor de Dios, dime de qué se trata y no me tengas en ascuas». Él respondió: «es difícil, todavía tengo que perfeccionarla».
La señora Einstein contó a Chaplin que Einstein siguió tocando el piano y tomando notas durante media hora aproximadamente, luego subió a su estudio diciéndole que no quería que le molestaran, y permaneció allí durante dos semanas. «Le mandaba todos los días la comida arriba; por la noche solía dar un corto paseo para estirar las piernas y luego regresaba para ponerse a trabajar de nuevo.»
«Finalmente - dijo la señora Einstein - bajó del estudio muy pálido.» «Ya está me dijo - mientras depositaba, con aspecto cansado, dos hojas de papel sobre la mesa.» Y allí estaba su teoría de la relatividad.
Einstein presentó su teoría durante las tres sesiones siguientes de la Academia Prusiana de Ciencias celebradas en noviembre de 1915. Más tarde habría de recordar este hecho como el momento más feliz de su vida.
EEM