Policrato Philodemos

¿Sirven de algo los diputados?

2010-11-09

Tal es ahora el espectáculo que nos están dando las cámaras legislativas y los...

Por POLICRATO PHILODEMUS

Quienes medran en la corrupción y la
podredumbre suelen perder el sentido
de dignidad y hasta cínicamente las
ponderan como virtudes

Tal parece que el cinismo histriónico de nuestra clase política carece de límites y nunca acaba de asombrarnos con su creatividad degradante, ya sea con oportunismo ruin e indecoroso (capaz de aprovechar las catástrofes naturales para chantajear políticamente apareciendo como "salvadores", siendo corresponsables de la magnitud de las desgracias), con el abusivo uso del fuero que otorga un cargo o representación, con la ostentación insultantemente obscena de riqueza mal habida a costa del erario, traficando con influencias, pisoteando autoritariamente los derechos ciudadanos, y/o moldeando de mil maneras diferentes la masa amorfa de la corrupción, ejerciendo el arte de la venalidad y el cinismo.

Tal es ahora el espectáculo que nos están dando las cámaras legislativas y los partidos políticos, quienes parecen estar en competencia para alcanzar el límite abusivo de la corrupción y el fraude, antes de que la tolerancia ciudadana se harte de seguir siendo la víctima, además de pagar el boleto para contemplar este espectáculo degradado, y decida echar del circo a estos actores que simulan hacer política para beneficiar al pueblo.

Como un ejemplo típico que podemos analizar es de la actividad de los actuales diputados en su cámara, empezando por preguntarnos… ¿Cuál debe ser legalmente la función de un diputado y lo que, desde hace varias legislaturas, han estado haciendo estos individuos?... para así poder confrontar el ser, con el deber ser establecido en las leyes, considerando que legalmente los diputados deben y dicen (en su retórica), representar a la ciudadanía de su distrito, tanto en la elaboración de las leyes como en sus aspiraciones y necesidades, sin embargo el espectáculo cotidiano que nos proporcionan estos parásitos del erario, es totalmente opuesto a lo que por ley deberían estar haciendo

Existen razones lógicas para entender su comportamiento venal y la degradación que han hecho de la política en México… veamos porqué:

I.- En primer lugar contribuye la carencia de una educación cívica entre la ciudadanía, producto de la degradación de nuestro sistema educativo, debido al contubernio mafioso entre políticos y líderes sindicales, quienes han transformado al sistema educativo oficial en un negocio de componendas de poder y de venalidad, en donde la educación como proceso formativo de ciudadanos ha sido relegado al olvido, y en su lugar  busca formar súbditos sumisos e ignorantes de sus derechos, con el fin de facilitar su acarreo a mítines y a que vendan su futuro en las urnas, convirtiéndolos en "clientes" que se dejan seducir a cambio de cualquier baratija o despensa, razón por la que actualmente se carece de una verdadera ciudadanía con educación política y conocimiento de sus derechos, ignorancia cívica que los convierte en masas humanas sin capacidad para reclamar sus derechos a las autoridades responsables, y de la misma manera sin saber como exigirle cuentas a quienes los gobiernan o representan.
II.- Contribuye a esta situación degradante el hecho de que desde hace varias décadas los partidos políticos son subsidiados generosamente por el sistema gobernante, con el fin de cubrir sus gastos administrativos y teóricamente, evitar que sean influidos por los intereses de quienes le aportaran fondos para su operación; El subsidio gubernamental los ha separado de la ciudadanía y transformado en verdaderos negocios de cúpulas y/o de familias, a la manera de templos del poder en donde los rabadanes de la política, a espaldas del electorado y sin respeto para quienes sufragan con su voto se reparten los puestos de elección popular, y venden al mejor postor las "simonías" del poder político en que han convertido a las candidaturas a los puestos de elección popular, y los cargos en el aparato de gobierno.

Dadas las circunstancias descritas anteriormente podremos comprender el porqué todas las negociaciones y arreglos que se hacen en las cámaras legislativas son en lo "oscurito", esto es, a espaldas de la ciudadanía, dado que ésta ya no cuenta en la agenda de los legisladores sino únicamente como "carne de cañón", napoleónicamente hablando (como son los acarreados para mítines, el populacho clientelar, el arcón de votos comprables llamados sindicatos, los imbéciles manejables, etc. etc.), dado que los intereses del país y las necesidades del pueblo han pasado a ser secundarios, ya que lo importante para las mafias políticas de los partidos es el mantenerse en el poder, para manejar discrecionalmente el aporte presupuestal que reciben, como un negocio personal, que así es como conciben el ejercicio de la política estos parásitos.

Por otro lado cabe señalar que un diputado para poder representar efectivamente al pueblo, requiere estar en contacto permanente con la ciudadanía de su distrito electoral, como única manera de poder tener la información necesaria sobre las aspiraciones de sus representados, de los problemas que viven, de las leyes que se necesitan de acuerdo a la situación y circunstancias cambiantes en su distrito, especialmente para defenderlos y procurar la equidad social y la distribución de los bienes comunes en su distrito.

Desgraciadamente, si se hiciera una encuesta para saber cuantos ciudadanos conocen al diputado que los representa en la cámara, encontraríamos que casi ninguno conoce siquiera el nombre del diputado de su distrito electoral, y menos aún encontraremos que alguno de ellos haya sido entrevistado por su representante en dicha cámara, para así enterarse de sus necesidades y/o aspiraciones relativas al bienestar económico, político, o social de su distrito.
Son también una rareza los diputados que tienen oficina en su distrito electoral (y más raro aún que asistan a ella en caso de que exista), a donde puedan acudir sus "representados" para informarle sobre las condiciones en que se encuentran los habitantes del distrito, o para hacerle llegar alguna solicitud o propuesta ciudadana que deba ser resuelta en las cámaras legislativas.

Dado el distanciamiento y desencuentro provocado por la actitud descrita anteriormente, necesariamente surge de manera lógica y obligada la siguiente pregunta... ¿Realmente tendrán algún interés estos supuestos "representantes populares" en trabajar a favor de la población ó ciudadanía de su distrito?

Si atendemos a su comportamiento actual en las sesiones de su cámara en donde solo atienden ("por disciplina partidaria", cualquier cosa que esto signifique), las directivas de su rabadán cameral impuesto por la cúpula de su partido, quien generalmente llegó a diputado como plurinominal (sin participar en elección alguna), y al comportamiento de los diputados en su trabajo dentro de las comisiones que desempeñan, veremos que solo negocian acuerdos a espaldas de la ciudadanía, notaremos también que los diputados únicamente están atentos y preocupados de los intereses de su grupo, de las ventajas para el partido político en el que militan, y de su porvenir personal, tanto político como económico, además de cotidianamente abusar de la impunidad que les otorga el fuero legislativo para violar las leyes, lo que dicho en palabras llanas y con lenguaje descarnado, nuestros diputados (salvo raras excepciones), son verdaderos parásitos inservibles al pueblo (padrotes de la política), que más valdría desaparecer de nuestro sistema de gobierno, y así utilizar los millones de pesos del presupuesto que se ahorrarían dejando de mantenerlos, para crear obra social e infraestructura, ya sea aplicándolo al desarrollo industrial o para mejorar la educación e investigación científico-tecnológica.

Pero sería incompleto hacer este análisis para entender la conducta de los legisladores en las cámaras, si no se incluyen en el mismo los intereses que actualmente determinan y gobiernan el comportamiento de los partidos políticos en México, pues es en los sótanos y cloacas de éstas entidades mafiosas en donde se cocinan las propuestas y arreglos en lo "oscurito", que posteriormente los legisladores discuten y negocian, para después aprobar por consigna en los plenos de las cámaras legislativas.

Al respecto cabe señalar que los partidos políticos en México son, como se señaló anteriormente, financiados por el gobierno (tanto en sus gastos corrientes de sobrevivencia administrativa, como en los correspondientes a sus campañas electorales), circunstancia que los transformó negativamente, dado que al no necesitar del apoyo de la ciudadanía para sobrevivir financieramente empezaron a darle la espalda a sus bases hasta degradarse en su totalidad, convirtiéndose en negocios cupulares de mafias políticas y/o familiares, que han secuestrado el quehacer político de México volviéndolo una franquicia exclusiva de ellos y ajenos a la sociedad, partidos políticos cuya preocupación ha sido defender los privilegios que se han auto concedido, vía las cámaras legislativas, y servir de escalera hacia el poder, arropando como candidatos al mejor de los postores que responda a sus intereses y no a los de la nación, independientemente de la tendencia ideológica o doctrinaria que tengan, de su congruencia e historial ético-político, o de su capacidad para el desempeño de las funciones que deberá realizar.

Dado lo anterior sería una sorpresa la existencia de buenos diputados (senadores, gobernadores, y munícipes), si el crisol de donde salen como candidatos son los partidos políticos ya convertidos en cloacas, donde se trafican simonías del poder político, y en los que el futuro de los políticos depende de la servidumbre que le muestren a sus corruptos mecenas.

Ante esta situación prostituida en que políticamente nos encontramos cabrí preguntarse… ¿Hacen falta a la sociedad y a la nación este tipo de diputados bajo las condiciones descritas?... la respuesta lógica sería un "Nó" categórico, ya que no son representantes del pueblo y solamente medran en las cámaras legislativas defendiendo sus intereses personales y los de las mafias a las que pertenecen, además de que estos individuos le salen muy caros a la nación como parásitos del presupuesto, que no es otra cosa que el dinero de nuestros impuestos, ya que como diputados no aportan nada al desarrollo del país, por estar ocupados solamente de cuidar sus obscuros negocios, siempre a la sombra del poder y con un uso abusivo del fuero legislativo.



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