Religión

Benedicto XVI, un papa sin carisma pero igual de querido por los jóvenes

2011-08-21

También parece ser reflejo de una afirmación de identidad en un momento en que los...

Por Jean-Louis de la Vaissière, AFP

MADRID- Un millón y medio de jóvenes católicos de todo el mundo han aclamado en Madrid en los últimos días a un Papa sin carisma, que rechaza ser una estrella, pero al que siguen porque encarna una fe que continúa inspirándoles.

La presencia de jóvenes de 193 países en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid, adonde viajaron a veces haciendo un gran esfuerzo financiero, no está sólo unida a un hombre carismático, como algunos observadores afirmaban en la época de Juan Pablo II, artífice de este evento.

También parece ser reflejo de una afirmación de identidad en un momento en que los escándalos de pedofilia desacreditaron la fe católica en la prensa y en la opinión pública occidental.

"El Papa no es la estrella en torno a la cual gira todo. Es absoluta y sencillamente el vicario" de Cristo, dijo Benedicto XVI en 2008.

Aunque parece sentirse más a gusto entre los jóvenes que al inicio de su pontificado, no aprovecha la adulación ni propicia el espectáculo.

Este domingo, en la misa final de las JMJ, un joven le tendía una bandera de Brasil, donde se celebrará la próxima Jornada, en 2013. Podría cogerla y tener una buena foto en la prensa mundial, pero se contenta con bendecirle tímidamente.

Su liturgia es antigua y sin fantasía, su voz es débil y no engancha. La mayoría de los jóvenes no siguen lo que dice este intelectual y teólogo, dicen sus críticos. No le salen las frases de Juan Pablo II que encandilaban a los jóvenes.

Pero según otros, explica de forma pedagógica, como el profesor de universidad que fue, transmitiendo con claridad un mensaje coherente.

"Con Joseph Ratzinger no hay fachada, es lo que se ve. Con este Papa que se difumina detrás de Cristo, los jóvenes comprenden mejor el misterio de la Iglesia", dice el cura francés Guy Gilbert.

Contrariamente a su reputación de duro, su sencillez y su escucha ha empezado a calar en los jóvenes, aunque el mensaje mantiene su rigor: valentía, fidelidad, desconfianza frente a las nuevas libertades y condena del relativismo.

En una sociedad en la que priman las apariencias, esta franqueza y coherencia se aprecian como algo sincero, aunque los jóvenes no lo sigan en todo, o simplemente no lo sigan.

En un mundo en que los jóvenes buscan modelos, el hecho de que el Papa parezca sólo interesado en dar a conocer el cristianismo y no en sobresalir juega a su favor. Benedicto XVI es respetado.

Para los jóvenes es "el que ha querido enfrentarse al problema de la pedofilia". Ellos sienten que "se ha mentido sobre él cuando le han tratado como nazi", según el vaticanista español Antonio Pelayo.

Exigente, conservador en la moral, Benedicto XVI hace a los jóvenes "una propuesta amistosa", sin ser autoritario, cuando habla por ejemplo del matrimonio indisoluble, estima.

Los expertos también han apreciado que en su estancia en Madrid no ha emitido condenas específicas sobre comportamientos sexuales, que podían chocar en los discursos de Juan Pablo II.



EEM

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