De Fábula

Dame tu generosidad

2006-11-17

El viajero le dio las gracias y marchó lleno de gozo con aquel regalo inesperado de la...

Las palabras pueden convencer..., pero los ejemplos arrastran (Foucault)

Un monje andariego se encontró, en uno de sus viajes, una piedra preciosa y la guardó entre sus cosas. Un día se encontró con un viajero y al abrir su bolso para compartir con él sus provisiones, el viajero vio la joya y se la pidió.

El monje se la dio sin más. El viajero le dio las gracias y marchó lleno de gozo con aquel regalo inesperado de la piedra preciosa que bastaría para darle riqueza y seguridad todo el resto de sus días.

Sin embargo, poco días después volvió en busca del monje mendicante, lo encontró, le devolvió la joya y le suplicó: Ahora te ruego que me des algo de mucho más valor que esta joya, valiosa como es. Dame, por favor, lo que te permitió dármela a mí.



AAG

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