Reportajes

Las contrariedades afloran con la condena a diario ecuatoriano

2011-09-20

Militares y policías garantizaron que unos y otros se mantuvieran distantes y se dedicaran a...

Por Alexander Martínez, AFP

GUAYAQUIL - ¡A la cárcel, desgraciados!, gritó una partidaria del presidente Rafael Correa a un hombre durante un altercado, tras el fallo que ratificó la condena a tres años de prisión y multa de 40 millones de dólares a los dueños del diario ecuatoriano El Universo por difamar al mandatario.

Separados por una reja en la entrada del Palacio de Justicia de Guayaquil (suroeste), ambos se trenzaron en un cruce de insultos luego del dictamen de segunda instancia, que será apelado por los tres directivos y el periodista Emilio Palacio, autor de un artículo que motivó la demanda por injuria.

Ella, una abogada seguidora de Correa que asegura haber sido difamada por el diario, y él, un vendedor informal de periódicos que ve en peligro su trabajo si el rotativo quiebra.

"Acá hay gente trabajadora, yo lo hago vendiendo periódicos", dijo el hombre justificando su defensa del diario de Guayaquil (270 km al suroeste de Quito), capital económica de Ecuador y su ciudad más poblada, con 3,6 millones de habitantes.

En esa urbe nació Correa hace 48 años, y siendo un dirigente estudiantil tuvo su primer roce con El Universo, según él al no recibir apoyo para una campaña contra la publicidad antitabaco.

"¡Grítales mantenidos!, azuzó una voz en el corrillo que se armó para respaldar al vendedor, que enfrentaba la bulla de otros abogados litigantes y confesos "correístas".

"¡A la cárcel, sabandijas!, ¡Abajo la cloaca de El Universo!", se escuchó en el otro bando, donde la jurista Jenny Unamuno denunciaba que el rotativo se había negado a rectificar acusaciones de que acosaba a un sacerdote católico.

"Gracias a Dios Correa tiene pantalones y les puso freno a estos infames", señaló la mujer, profundamente exaltada.

Contrariedades como estas afloraron en los alrededores del Palacio, en donde se instalaron centenas de empleados y lectores del impreso fundado hace 90 años, y simpatizantes de Correa, un economista de izquierda educado en Estados Unidos.

Banderas verdes del movimiento Alianza País adornaron el mitin oficialista. Del otro lado también ondearon pabellones, algunos negros y con leyendas como "¡Corrupción judicial, qué vergüenza!".

Militares y policías garantizaron que unos y otros se mantuvieran distantes y se dedicaran a lanzar arengas y comentar el fallo, recibido con alborozo por los oficialistas e indignación por su contraparte.

"Ya sabíamos que iba a ser así, estamos de luto", afirmó Andrea Monge, un ama de casa de 53 años. "¿Quién va a invertir en este país si mañana viene Correa y hace lo que quiere con la justicia?", añadió la mujer, vestida de negro.

"El pensamiento está enterrado", anotó Elizabeth Molina, una comerciante de 53 años, rechazando señalamientos de que quienes apoyan a El Universo son las élites de Guayaquil.

"¿Esto es ser pelucón?", cuestionó mientras enseñaba sus zapatos rotos y apuntaba que no cree en la promesa de Correa de que destinará la indemnización a un plan del gobierno contra el calentamiento global o, de ser necesario, a recapitalizar al cotidiano.

En otro flanco del edificio, la sentencia fue celebrada con cánticos como "Y llora y llora El Universo" y "Ya lo ves, que les ganamos otra vez".

"Por primera vez tenemos un presidente que defiende los derechos de los pobres, que nos da medicinas y educación gratis", dijo un manifestante.

Mientras, en un hotel del centro de la ciudad el director del diario, Carlos Pérez, expresaba tranquilidad indicando que el "que tiene miedo pierde". "Por algún motivo los que están arriba patean piedras y El Universo es una con la que se ha tropezado el presidente", sostuvo.

Por su parte, Correa, en una rueda de prensa en el Palacio de Justicia, resaltaba el fallo como la "caída del mito de que la prensa es intocable".

Pero también reconoció que le dolía la "situación de las familias de los acusados" y reiteró la posibilidad de una salida menos traumática.

"Una vez que se haga justicia y digan la verdad, como siempre he dicho, tomaremos las decisiones del caso. Esta clase de delito se puede perdonar en cualquier instancia del proceso", afirmó.

Sin embargo, sus palabras fueron cuestionadas por el subdirector del periódico, Nicolás Pérez. "Para mí no es digno ser disculpado luego de haber sido encontrado culpable. ¿A qué estamos jugando?", aseveró.



EEM

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