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Libia repudia Islam extremo ante mirada atenta del mundo

2011-09-24

Por Mohammed Abbas, Reuters

TRIPOLI (Reuters) - Cuando se trata del Islam, la moderación es la palabra clave en Libia, un país que se esfuerza por asegurarle al mundo que no se convertirá en un centro de extremismo ahora que Muammar Gaddafi no está en el poder.

Poco antes del décimo aniversario de los ataques del 11 de septiembre contra Nueva York por parte de Al Qaeda, el nuevo presidente de facto de Libia se refirió al futuro del Islam en su país, que muchos en el extranjero temen tenga un giro hacia el extremismo militante.

"El 90 por ciento de nosotros somos musulmanes moderados (...) el 5 por ciento está a la derecha y a la izquierda", dijo este mes Mustafa Abdel Jalil, semanas después de la caída de las tropas de Gaddafi el 23 de agosto.

Jalil instó a la unidad y pidió a aquellos con opiniones más extremistas sobre la religión que restringieran sus visiones.

Muchos en el extranjero apuntan a que el repentino aumento de islamistas violentos en Irak se debe a la invasión encabezada por Estados Unidos y la caída de Saddam Hussein en 2003, pero hasta ahora, el Islam parece tener una influencia más benigna en Libia.

Grupos e instituciones islámicas largamente oprimidas están renovándose silenciosamente e incrementando sus filas, pero dicen tener por ahora pocas ambiciones políticas y se muestran más interesadas en profundizar la unidad nacional y los valores islámicos.

"No queremos el poder o cargos políticos", dice Mohammed Hammadi, un salafista de espesa barba, perteneciente a una secta cuyos adherentes siguen lo que ven como una forma más pura del Islam, tal como lo practicaba el profeta Mahoma en el siglo VII.

Las largas barbas de los devotos han proliferado en Libia después de la caída de Gaddafi, quien reprimió con fuerza a los islamistas, a los que consideraba una amenaza para su gobierno absolutista.

CIEN POR CIENTO MUSULMAN

Libia, con una población de seis millones de habitantes, es casi completamente musulmán sunita y religiosamente conservadora, pero todavía hay opiniones variadas sobre el rol del Islam en el país en la era post-Gaddafi.

"Un hombre que no le teme a Dios no tiene lugar en Libia", asegura Nabeel Shoukry, un combatiente anti-Gaddafi en las afueras de una mezquita.

En tanto, otros hombres sentados cerca se oponían a este plantamiento.

"Pero hay personas, revolucionarios que lucharon junto a nosotros, que no rezan", sostiene el propietario de la tienda de dulces Nader al-Thayyab.

Un tercer hombre también dio a conocer su visión.

"Libia es 100 por ciento musulmán, pero existen tres niveles: un pequeño nivel es devoto, un segundo nivel que sólo sigue las leyes generales y un tercer nivel que no reza, los tecnócratas, quienes son musulmanes sólo de nombre. Todos tienen un rol en la nueva Libia", dice Mohammed al-Sagheer.

Nader Omrani, quien encabeza el organismo que supervisa los asuntos islámicos y las mezquitas de Trípoli, dijo que los temores occidentales a que se arraigue el extremismo en Libia carecen de fundamento.

"Esa es una falsa idea. Hemos vivido seis meses de revolución y no hemos visto evidencia alguna de esto", comentó.

Funcionarios en Estados Unidos han dicho que ven "destellos" de al Qaeda en las filas opositoras a Gaddafi, pero ha habido pocos indicios de una militancia islámica explícita.

Omrani y su par en Bengasi, la segunda ciudad libia, dicen que esperan abrir más universidades islámicas y promover sus valores, medidas que a su juicio impedirán que se arraiguen ideas extremistas.

La observación religiosa quedará a criterio del individuo, y los derechos de las mujeres serán respetados, dijo Omrani.

"Los organismos religiosos alentarán a las personas a respetar las reglas islámicas, pero no los forzaremos", asegura el hombre, añadiendo que es demasiado pronto para pensar en partidos políticos islámicos.

"Tal vez el Frente Islámico tenga ambiciones políticas. Pero aquello en lo que todos los libios están de acuerdo es en que es su elección. Una presencia política islámica todavía es una posibilidad lejana", dice Omrani.

"SOCIEDAD DEMOCRATICA"

Los nuevos líderes interinos de Libia, el Consejo Nacional de Transición (CNT), dicen que celebrarán elecciones y construirán una sociedad democrática, que aunque se base en la ley islámica, o sharia, respetará las creencias religiosas de los otros.

El 13 de septiembre, Jalil usó su primer discurso público en Trípoli para llamar a la moderación religiosa y el Estado de derecho.

"Buscamos un Estado de derecho, prosperidad y un Estado en el que la sharia sea la principal fuente de legislación, y para esto se necesitan muchas cosas y condiciones", dijo Jalil, añadiendo que "la ideología extremista" no será tolerada.

El lugar exacto de la sharia en el sistema legal sólo quedará definido una vez que se redacte una nueva constitución por parte de una asamblea constituyente y se apruebe con un referendo, medidas que tomarán muchos meses.

Las leyes de varios otros estados árabes técnicamente están basadas en la sharia, pero el alcance con el que se la aplica varía mucho.

Un islamista que sí tiene ambiciones políticas es Alamin Belhaj, miembro del CNT y un importante integrante de los Hermanos Musulmanes, un agrupación islamista inspirada en la poderosa congregación egipcia del mismo nombre.

"Por supuesto que he leído mucho sobre las preocupaciones de occidente, pero puedo asegurarle que los islamistas en Libia, en su mayoría, o el 100 por ciento, son moderados", dice Belhaj.

"Creemos en un Estado democrático, en todos los mecanismos democráticos. Necesitamos basar nuestra democracia en la sharia", añadió el hombre.



gilberto

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